Efímero

12. Sorpresa

Capítulo 12

Le gusto a Arthur, estuve en medio de otra discusión y le gusto a Arthur.

No se como actuar después de esta confesión, pero se que no quiero escapar, esto ya es un gran paso para mi.

Organizo mi cabello, me lavo el rostro y los dientes, por eso siempre hay que tener un cepillo de dientes en tu bolso, no se sabe qué día despertarás en otro lugar.

Salgo de la habitación para buscar a Arthur, no sé qué hora es, pero ya su hija tiene colgado el maletín despidiéndose para subir a un carro blanco aparcado al frente de la casa. Mientras Arthur habla con el chofer Antonia se devuelve al verme.

—Luciana.

—Si —Sonrio tratando de no sentirme incómoda por aún tener la camisa de su padre.

—Te quería agradecer por lo de ayer, estoy segura que fue gracias a ti que mi papá se disculpó y arregló las cosas después de todo ese show, sino sólo hubiera ignorado la situación hasta que yo le pidiera perdón —Suspira.

—Él solo hizo el trabajo de un padre, no hay nada que debas agradecerme —Pongo mi mano sobre su antebrazo.

—Me alegra que papá esté contigo, no me interesa de qué forma están, no lo quiero pensar me daría asco, supongo es algo serio porque dejo que te conociéramos y después de un año es extraño verlo con alguien, pero él luce más tranquilo desde que sale contigo, se que fueron a Beginnings y es su lugar especial así que bueno habla mucho de ustedes.

Es extraño que la hija de alguien te diga esto y para sorpresa de nadie, no se que decirle.

—No estamos precisamente, pero capto tu mensaje. Darle tranquilidad a una persona es una de las mejores cosas que puedes hacer por ella y me agrada la idea de que es eso lo que le doy a tu papá.

Además de otras cosas.

—Antonia —Me acerco un poco más— déjame darte un consejo que no me has pedido. No trates de amar a alguien que solo te quiere utilizar, ten cuidado a quien le das tu confianza.

—No creo que él me quiera utilizar —Baja la mirada a mi manilla y toma entre los dedos al pequeño ángel— ojala no me quiera utilizar. Espero verte de nuevo por ahí o con papá, no lo sé.

Nos despedimos, ella se acerca a Arthur dándole un beso de despedida y se sube al auto.

Todo va normal, desayuno y charla, sin percances o situaciones incómodas, como todo lo que hago a solas con él.

—Podrías contestar por favor —Sacude sus manos en el lavavajilla— no quiero mojar todo por aquí.

—Si, claro —Leo la pantalla— dice que es Tobías.

—Es mi hermano —Gira los ojos— contéstale.

—Buenos días.

—Uhhh, buenos días nena, ¿Quién eres?

—Ehh —no sé qué decir, quien contesta con un nena a un saludo de una extraña— soy una amiga de tu hermano.

Arthur voltea a verme con una mueca en sus labios.

—Vale, no te voy a quitar mucho tiempo, dile a mi hermano que recuerde que papá nos citó en la empresa, que no lo olvidé.

—Está bien, yo le digo.

—Gracias linda —Cuelga.

—Tu hermano dice que no olvides la reunión que tienen con tu padre en la empresa.