29. Así que ¿Una boda?

17 3 0
                                    

Capítulo 29

TW: +18

¿Por qué una pintura a medio terminar luce peor que una iniciada? Supongo es porque no cumple con tus expectativas, no alimenta tu satisfacción y es una obra a la que no admiraras por su carencia de totalidad.

Mi pintura a medio terminar es la vida. Terminar prácticas, esperar el grado y buscar trabajo me agota emocionalmente, además claro de no ir a la casa de mis padres para evitar a papá.

En la mañana le di mi última visita a Liz dejándola en manos del señor Charpentier, como aún no tengo título ni mucho menos tarjeta profesional, él se encargará de su proceso hasta que pueda remitir conmigo si sigue siendo necesario, pero al verla hoy creo que no lo será, va avanzando como se esperaba y ya solo queda dar tiempo para saber si Juls la aceptará como paciente por medio de mi proyecto.

Buscar trabajo quedará en la lista de las cosas más aburridas de la existencia, no puedo vivir para siempre de realizar asesorías cosa que ya no hago hace meses y quiero ejercer mi profesión, para eso la estudie.

El cierre de semestre ocupa más a Arthur de lo que me gustaría, pero no sé en qué momento creí que era buena idea desviarme del camino a casa para venir a visitarlo.

Conozco únicamente los lugares a los que recurro con Ben y Abigail, le escribo a Arthur, pero ni siquiera aparece en línea, sigo caminando a la facultad de ciencias contables llegando a una de las cafeterías.

—¿Luciana? —Arthur alza la cabeza desde una mesa, frente a mi nariz y buscándolo— ¿Todo bien?

—Si —Me siento en la silla de al frente— estaba buscando tu oficina, pero no contestabas.

—Deje el celular en la oficina —Revisa sus bolsillos— ¿Por qué tienes números en tus brazos?

Intenta borrarlos.

—Son números de empresas que aceptan a psicólogas sin experiencia, no tenía dónde apuntar y los brazos resultaron ser un lugar para guardarlos. Luego los apunte en un chat de mi celular y ahora no borran —Los froto con la mano.

—Ay Luciana. ¿Era un marcador permanente?

—Claro que sí caballero, solo es una acción de contingencia en mi vida.

—Lograrás entrar, confía en ti. —Saca alcohol de su bolsillo.

Porque obviamente una persona carga alcohol en su bolsillo.

—Gracias —Toma una servilleta y se dedica a quitar cada mancha.

—Hay personas que forman palabras usando números, en la universidad me lo enseñaron —Niega con la cabeza, le hace gracia mi lugar de notas— Pensé que por eso tenías los brazos así, por cuestiones trascendentales a las de una propuesta de trabajo.

—Dime una palabra creada con números.

Revisa mis brazos ya limpios y olorosos a alcohol.

—Solo me se dos combinaciones y no es el momento de decirlas —Caminamos hacia el edificio de los directivos— ¿Quieres algo de comer?

—No, estoy bien.

—¿Te pasó algo? —Se detiene mirándome de pies a cabeza.

—Nada, solo te quise visitar. ¿Te espero en mi casa?

—No, no, espérame. Solo que pensé que te había pasado algo y por eso venías a buscarme.

—No solo te busco cuando estoy en problemas —Frunzo el ceño reconociendo que si fue apresurado venir a buscarlo— A veces la gente extraña a los demás y decidí visitarlos.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora