25. Epifanía

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Capítulo 25 

Con toda la tranquilidad del mundo pasa la mano por su tatuaje siguiendo con la pierna doblado solo con boxers negros —Mis favoritos— mirándome arreglar.

—Si quieres te vistes para irnos.

—Si quieres te desvistes y nos quedamos —Guiña un ojo.

—Tengo tantos nervios que creo que vomitaré al frente de mi papá —Termino de hacer la línea en mi párpado.

Después de desaparecer de la faz de la tierra e ignorar mi existencia, papá vuelve a mi vida pidiéndome una cita para volver a ser los de antes, se que es imposible, pero lo intentare.

—Creí que estabas nerviosa por la cita con el dueño de Juls —Pasa la mano por su cara— Luciana son las seis de la mañana y tu cita en el recorrido es a las once, solo respira por favor, cuando te escuchen van a rogarte para que te quedes en ese puesto.

—¿Por qué todo se junta hoy? —Me quito el blazer y me hundo en la cama.

—Puedes con todo, pero no con todo a la vez. Si sientes que verte con tu papá es muy pronto estás en todo tu derecho de aplazarlo, prioriza tus sueños.

Lo abrazo dándole un beso en la mitad del pecho, está frío por la ducha que tomó obligado al decirle que llegaría tarde si no se arreglaba ya.

—Lo extraño, quiero que sea una de las primeras personas que sepa como me fue en el instituto.

—Seguro él también te extraña y se alegrará de verte —Masajea mi cabello— ¿Quién en su sano juicio no te extrañaría?

—Eso sube mi ego para estar segura hoy —Sonrio— gracias por ofrecerte a llevarme.

—Con mucho gusto señorita Luciana —Toca uno de mis senos— ¿Usas siempre el collar?

—No tenias que tocarme una teta para decirlo —Me estiro tratando de encontrar sueño para distraerme.

—Se dio la oportunidad —Juega con la mariposa del centro.

—Si lo uso siempre. Se parece a la mariposa que se me paró en el hombro en una de las caminatas terapéuticas que hacíamos hace tiempo después de encontrarme llorando en la autopista.

—Por eso la elegí —Sonríe.

No hubo sueño para distraerme sino algunas caminatas dentro del apartamento, Arthur se vistió más rápido de lo que pensé para irnos y que esté tranquila una hora antes en el lugar.

—Tobias estoy haciendo algo muy importante con Luciana, no puedo ir.

Si Tobias ella es más importante que ir con ustedes —Apaga el carro— no me interesa, estoy con ella y la voy acompañar, ya eres un adulto que puede hacerle frente a papá.

—Arthur —Le tomo la mano— es mejor que vayas con él.

—Dame un momento —Baja su celular— Lu esto es más importante, te dije que iba a llevarte.

—Me puedes dejar donde Manu y me voy con él, no es que vaya a morirme sin tu compañía aunque si la quiera.

—¿Sigues muy nerviosa? —Acaricia mi mejilla.

—Si, pero a veces debes escoger a tu hermano sobre las demás personas —Le doy un beso en la mano casi convenciendolo.

—Entonces —Vuelve a tomar la llamada— primero voy a almorzar con Antonia, después voy con ustedes. Adiós.

Me deja en la casa de Manu, gritando por quinta vez que me contrataran apenas me escuchen hablar.

—Ya me deseaste mucha suerte adios —Me despido con la mano.

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