Capítulo 8: Aquí Estoy.

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Abro los ojos poco a poco, la habitación está completamente oscura y supe que ya era de noche.

10:28 pm.

Mi estómago empieza a gruñir, así que decido ir a la cocina.

Ya con mis tres sándwich en un plato me dirijo a mi habitación a pensar que mañana me iré a Canadá, cuando termine de comer deje mi plato en el escritorio y me dirijo al baño a darme una ducha y cepillarme los dientes.

Me meto debajo de mis sabanas y nuevamente caí en un profundo sueño.

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Me desperté poco a poco ya que la alarma de mi reloj despertador sonó.

7:00am.

- Es hoy.

Me levanto de la cama, me doy un baño, me cepillo los dientes, tomo un suéter negro holgado y unos pantalones del mismo color. Al terminar decido bajar a la cocina para prepararme algo de comer.

- vaya pensé que no te ibas a levantar, ya estaba a punto de ir a tocarte la puerta-dijo Ana mientras le servía el desayuno a Robert

- Como olvidar el día en el que por fin me voy de aquí- dije con sarcasmo.

- Siéntate ahí está tu desayuno.

Hago lo que me dice Ana y desayuno

Al terminar Robert vio la hora y dijo que se hacía "muy tarde" y que "perderíamos el avión"

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En el trayecto de ir al aeropuerto todos estamos en silencio, cuando llegamos al aeropuerto Robert aparco el auto.

Ya dentro, las personas corrían de un lugar a otro todo es un caos, nos sentamos los tres en unas de las muchas sillas a esperar que digieran en los altavoces el nombre de mi vuelo.

Vuelo 134 con destino a Toronto Canadá, por favor abordar el avión.

Nos dirigimos al avión y abordamos nuestro vuelo.

Llegamos a Canadá tomamos un taxi, Robert le dio la dirección al taxista, Ana, Robert y el taxista hablan cómodamente mientras que yo miro por la ventana del auto luego me di cuenta que nos estamos alejando de la civilización y supe que el lugar queda a las afueras de la ciudad.

- Ya hemos llegado- dice el taxista.

Robert le paga.

El taxista y Robert bajan mis maletas, mientras yo miro todo con una gran sorpresa, se ve mucho mejor que en las fotos, en la entrada las rejas están pintadas de un color dorado que dice "Bienvenidos a Cuerpo y alma" dirijo mi vista en la parte delantera, hay taxis y autos pequeños de ellos salen desde niños hasta adolescente de mi edad.

Me voltee a ver la que alguna vez fue mi madre y lo que hice y dije no me lo esperaba.

La abrace.

-Adiós mamá- le susurre- cuídate

Mire sus ojos y están cristalinos pero aun así me dijo.

- Tú no eres mi hija así que no puedes llamarme madre.

Con eso tuve más que suficiente, asentí con la cabeza lentamente para luego sonreír y adentrarme a lo que sería mi nuevo mundo sin mirar atrás.

- Bueno, aquí estoy.

Luchar o MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora