Un tipo de uniforme azul marino y zapatos negros se me acerca.
- Buenas tardes señorita, permítame ayudarle con su equipaje-tiene una voz muy suave y caballerosa de alguna manera su vestimenta me recordó al uniforme de los trabajadores de los hoteles que llevan tu equipaje a tu habitación.
- Si claro, gracias
- Estamos para servirle y ayudarle.
Tomo mi equipaje y se lo llevo dentro de uno de los edificios para ser más exactos el del centro.
De pronto las personas se reunieron en un punto en específico del gran patio delantero y me dio curiosidad que era lo que estaba pasando.
Lo primero que vi fueron muchos adolescentes y niños pero ¿Por qué no habían adultos?, eso me pareció extraño.
Mi atención fue dirigida a un hombre de un 30 años bastante guapo, con un traje negro y corbata del mismo color, alto, sus ojos son de un color avellana y su cabello de un color marrón muy claro a su lado esta una mujer de piel morena, cabello negro y con muchos rizos su cuerpo es de muerte, cintura pequeña, busto ni muy grande ni muy pequeño y con una falda tubo que le resaltaba más sus curvas con una camisa manga larga blanca y tacones negros.
-¡Bienvenidos sean a su nuevo hogar Cuerpo y Alma!, aquí no lo trataremos con camisas de fuerzas o cosas así- el hombre esperaba que nos riéramos de su comentario pero lo que hizo fue crear un ambiente pesado, el hombre se aclaró la garganta y siguió hablando- bueno creo que no estamos de humor hoy, mi nombre es Agustín Ridgway, dueño de este hermoso lugar y la señorita aquí presente- señalo a la hermosa morena a su lado-se llama Ivana Rhodes, mi secretaria, nuestros trabajadores y nosotros estamos para ayudarles y no se sientan mal porque seguramente a muchos de ustedes le han dicho que son un error- unos nos miramos con otros y otros asintieron con la cabeza agachada- pues aquí pensamos todo lo contrario ustedes son unos seres ¡MARAVILLOS!, piensan de maneras distintas, aquí vamos a tratarlos de una manera cariñosa como una familia para tratar de que sus impulsos desaparezcan y puedan sal...
Su discurso fue interrumpido por alguien, de voz angelical ni muy ronca pero ni muy suave el tono de voz perfecto.
- ¡JA!, se supone que nos tienen que curar completamente no a "Tratar" de curarnos.
Todos miramos en una misma dirección para ver quién era el que había dicho eso y más vale que no me fuera volteado.
Es un chico de 17 o 18 años, alto muy alto, cabello tan negro como la noche y desordenado dándole un toque despreocupado, sus fracciones son tan lindas y finas que parecía que estas en una clase de sueño, su piel es muy parecida a la porcelana que hacían un bello contraste con su cabello, su cuerpo es algo fornido, sus labios son rosados y a simple vista se ven suaves, pero lo que más me llamo la atención fueron sus ojos ¡DIOS QUE OJAZOS!, uno es Gris como si una tormenta estuviera a punto de arrasar en ellos y el otro es tan azul que parecía el océano más limpio del mundo y su vestimenta es todo negro.
Todos lo miran unos con admiración, todas las chicas lo miran de una manera descarada, unos que otros chicos con envidia y otros como si fuera la cosa más rara del mundo.
El me miro con esos ojos tan penetrantes que pensé que me desmayaría ahí mismo. Cuando pensé que me iba a ignorar como el resto de los demás, me sonrió.
- Bueno eso con el tiempo usted lo vera- dijo con una sonrisa Agustín - bueno como pueden ver hay tres edificios, estos los clasificamos como A, B y C, el A son para los niños y el B para los adolescentes.
- ¡Y QUE CON EL C!
Pregunto una muchacha como de 17 años alta, cabello rubio tan brillante que parecía oro puro sus ojos verdes, su cuerpo tan curvo que cualquiera pensaría que no es real y con ropa algo... corta. (Seguramente debió ser la popular del colegio). Ya que los muchachos la miraban como un león cuando va a casar su presa.
- Ese edificio son para los que aún no han mostrado avances.
- ¡QUEEE, OSEA QUE PODEMOS ESTAR AQUÍ DURANTE AÑOS!-chillo la rubia.
- No, no, no ya los casos de ellos son más... complicados.
- Espero que aquí no nos haga usar ropa blanca
- Aquí son libres de usar la ropa que quieran por algo empacaron ropa ¿no?- dijo lo último en un tono burlona hacia la rubia.
- Por lo menos- dijo alguien que no pude ver.
- Ah por cierto rubia- pregunto Agustín - ¿cuál es tu nombre?
- Scarlet Evans, porque ¿quiere un autógrafo?
- Bienvenida Scarlet Evans a "Cuerpo y Alma"- y con eso se fue al edifico A, llamando a los niños para que lo siguieran.
- Idiota- murmuraron a mi lado, gire mi cabeza para ver quién era y me lleve la sorpresa de que es Scarlet.- quien se cree para hablarme así, ¡hey! tu chica callada ¿cómo te llamas?
- Kimberly
- Kimberly sin apellido- dijo con sarcasmo eso me molesto, pero conté hasta 10 para no estamparle la cara contra el suelo.
- Kimberly Pérez- dije con una nota de molestia en mi voz que Scarlet claramente noto.
- Hey, solo jugaba no es para que te molestes.
- No lo estoy.
Me fui a algún lugar del patio, pero siento la extraña sensación de alguien vigilándome, gire sobre mi eje y ahí se encontraba el chico misterioso pero jodidamente guapo mirándome con una expresión seria en su rostro y luego se formó una sonrisa en su cara eso me dio algo de miedo, yo solo mi limite a rodar los ojos y seguir mi camino a una banca que vi debajo de un árbol me senté vi todo el mundo alegre grupos de niños corriendo y grupos de adolescentes conversando y riendo eso me pareció...extraño
- ¿Dónde me he metido? –pensé.
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Luchar o Morir
Teen FictionMi vida era "Normal" lo mismo de siempre, hasta que una noche mis demonios internos salieron a la luz ahí fue donde todo se vino abajo. Me envían lejos a otro País, para ser más exactos a Canadá donde van a tratar mis "Problemas". Me esperaba cual...