Capítulo 35: Recuerdo dolorosos y Hermosos.

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SCOTT GILMORE

Despierto con un terrible dolor en la cabeza, solo veo a una enfermera frente a mí que apenas ve que desperté se va corriendo a los minutos llega un doctor

- ¿Cómo te sientes?

- Me duele la cabeza

- ¿recuerdas algo de lo que paso?

Entonces todo viene a mí, la pelea con Anastasia, los gritos de Victoria

Victoria

- Mi hermana ¿Dónde está?- trato ponerme de pie y lo consigo solo que el doctor y la enfermera insisten en que vuelva acostarme

- ¿tiene familiares a los que podamos llamar?

- ¿Qué paso?

- Usted y su hermana tuvieron un accidente muy grave, me sorprende que haya sobrevivido

- Mi hermana ¿Cómo está?

Ellos se miran y la enfermera baja la cabeza

No, no puede ser bueno.

- Usted está bien dentro de poco le daremos el alta

- y mi hermana también le darán el alta dentro de poco ¿verdad?

- Su hermana- el doctor hace una pausa yo solo me estoy imaginando lo peor- murió, su muerte fue inmediata se golpeó la cabeza con la guantera del coche

Me cuesta respirar, siento que todo es una pesadilla o un chiste de muy mal gusto

- No, no es verdad ¡MIENTE!- me levanto dispuesto a salir a buscar a mi hermana y abrazarla para que me diga "¿te asuste idiota?"

- Lo llevaremos para que la vea, pero por favor cálmese

- Ella no está muerta -digo llorando- por favor dígame eso

- Como le dije, tuvo una muerte inmediata, no sufrió

Me siento en el suelo y grito, sacando toda la ira y sufrimiento

Fin de flashback.

Desde ese momento mi familia dejo de tratarme como antes, ahora lo que soy para ellos es un monstro la única que no dejo de quererme fue mi tía Karla, ella fue la única que me entendió.

En el funeral de mi hermana le hice ese juramento de no volver a enamorarme. Fue culpa del maldito amor, que me hizo sentir cosas hermosas y a su vez cosas dolorosas, por ello perdí a mi hermanita, a la que debí proteger y cuidar envés de eso la mate.

Después de eso mis padres no querían verme ni en pintura, me echaron a la calle, como si no les doliera, sin impórtales mi dolor y sufrimiento.

Mi tía vivía aquí en Canadá y me trajo con ella, me acogió como aquel hijo que jamás pudo tener y me apoyo pero, no fue suficiente.

Apenas cumplí 17 años me involucre en carreras ilegales, peleas y drogas, estaba cayendo en un pozo sin fondo, en un agujero negro de Depresión. Gracias a mi tía sigo con vida, ella me encontró antes de que una sobredosis acabara con mi vida.

Ahí supimos que no estaba nada bien y me internaron aquí poco después de cumplir 18, no fue solo por la adicción a las drogas sino porque mi Depresión me llevara a la muerte, mi tía con todo el dolor de su corazón me dejo aquí y ella se fue a trabajar Australia, donde espero que sea feliz.

No me estaba sintiendo bien, pensaba en las drogas y en mi hermana pero ella llego a mi vida como esa cura para mi dolor, no sé si en un vida pasada Kim y yo nos conocimos o somos almas gemelas destinadas a estar juntas, la historia se repite pero con la diferencia de que no voy a dejar ir esa chica ojos avellanas que desde el primer momento curo mi corazón.

Al ver los ataques de ansiedad de Eric me recordó a mi hermana, que también sufría ataques de ansiedad y desde pequeño me propuse a aprender cómo tratarlos y calmarlos.

- Hermanita, espero que no estés molesta por romper mi juramento pero, si lo rompí es por una chica que vale la pena.- susurro mirando las estrellas con la esperanza de que me esté escuchando.

Después de mirar el cielo y recordar todos esos momentos desde los más dolorosos hasta el más feliz de mi vida donde me quede mirando a esa hermosa chica que solo volteo y rodo lo ojos, mis ojos se empiezan a cerrar involuntariamente, bostezo, me da muchísimo sueño es como un deseo incontrolable.

Me levanto como puedo, empiezo a caminar de un lado a otro, mi vista se nubla, caigo de rodillas y lo último que veo es.

- ¿Sam?- susurro antes de cerrar los ojos 

Luchar o MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora