Madres e hijas

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Regina extraña a Valentina y Emma extraña a Valeria, por no decir que se extrañan entre ellas ¿Qué harán al respecto? Vamos a averiguarlo 😉

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Emma caminaba por el pasillo de un edificio de departamentos, sus tacones repiqueteaban mientras su miraba se deslizaba por algunos jóvenes ebrios y aparentemente drogados sin percatarse de nada.

La puerta ni siquiera tenía timbre, así que con el puño golpeó la puerta sintiendo el corazón latir en la garganta.

La puerta se abrió y apareció Regina con el cabello más largo, algo descuidado, maquillaje pesado, una playera negra con el logo de alguna banda, pantalones ajustados y rotos de las piernas y un arete en el labio inferior.

- ¿Dónde está Valeria? - Preguntó mirando por encima del hombro de la menor y dándose cuenta que había una fiesta llena de excesos.

-Tú nos corriste hace muchos años, ya no tienes nada que ver con nosotras- Respondió con el ceño fruncido y dio una calada a su cigarrillo.

Emma sintió que su corazón le dolía al ver así a su hermosa señorita desastre.

-No la puedes tener viviendo en este ambiente Regina- Ladró y entró por la fuerza.

-Emma ¿Qué te pasa? - Gruñó y la siguió.

Los ojos de Emma se abrieron como platos y de su boca salió un grito ahogado al ver a personas bebiendo, drogándose y prácticamente teniendo sexo, Kristin y Ruby estaban ahí.

- ¿Dónde está Valeria? - Preguntó angustiada.

- ¿Alguien pregunta por mí? - Apareció una niña de 10 años.

Estaba delgada, en un short demasiado corto, blusa sin mangas con el logo de la misma banda que la de Regina, tenía rastas oscuras, sus ojos verdes azulados estaba enrojecidos y tenía una sonrisa inestable.

Los ojos de Emma la recorrieron y sintió que le dolía el corazón, cuando su mirada se posó en una de las manos de la niña, vio un cigarro de mariguana entre sus dedos.

-Te dije que no tomaras mis cosas pingüino- Kristin le arrebató la mariguana y se fue con sus amigos.

- ¿Por qué mi hija trae un tatuaje? - Preguntó Emma a Regina, también le dolía ver a la morena perdida, no era esa jovencita encantadora y dulce que dejó de ver hace 10 años.

-Porque ella lo quiso- Se encogió de hombros.

-Esto no puede estar pasando- Se acercó a la niña y la tomó del brazo- Me la voy a llevar- Valeria se retorció en su agarre.

-No sé quién es usted señora, pero está loca si cree que me va a separar de mis mamás- Escupió la niña y Emma sintió que no podría aguantar el dolor, su hija ni siquiera sabía quién era.

-Suéltala Emma- La retiró de su hija- Quiero que te largues de mi casa- La arrastró a la puerta con rudeza y Emma ya no controlaba sus lágrimas.

- ¿Qué le hiciste a mi bebé Regina? No quiero que siga creciendo así ¿Qué te hiciste a ti misma cariño? - Preguntaba llena de angustia y arrepentimiento.

-Eso no es de tu incumbencia- La empujó al pasillo- Tú ya no eres nada de nosotras, nos echaste porque para ti fue más importante que tu esposo te pusiera el cuerno con mi madre que nosotras, así que lárgate y olvídanos para siempre- Le cerró la puerta en la cara.

Emma se despertó de golpe bañada en sudor, sentía que le faltaba el aire y la visión.

-Oh, gracias a Dios fue una pesadilla- Salió de la cama, se dio una ducha y bajó a desayunar.

Madre solo hay dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora