El síndrome del impostor

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Hola, mi gente bonita, ya estoy por concluir este fic, solo uno o dos capítulos más 😀

Por lo pronto, espero que este capítulo sea de su agrado 😉

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-Hola- Saludó Ruby al salir de su departamento y encontrarse a Emma con Valentina en sus brazos.

-Hola, Ruby.

-Regina ya está adentro, yo voy a ensayar, te quedas en tu casa- Besó la cabeza de Valentina y se fue.

-Hola- Saludó Regina empujando la carriola doble en la que solo estaba Valeria- Hola mi amor- Tomó a Valentina de brazos de Emma y las madres se besaron la mejilla- Emma, gracias por quedarte con Valeria estos días.

-Sabes que adoro cuando mi princesa se queda conmigo- Acarició el rostro dormido de Valeria- Pero, ¿Para qué necesitas que me quede con ella?

-Me ofrecieron un puesto en el centro de crianza- Respondió con una torpe sonrisa y acomodó a Valentina en la carriola junto a su hermanita.

-Que buena noticia- Sonrió.

-Sí, solo que es en Boston- Soltó de un tirón.

- ¿Cómo? – Frunció el ceño- Arizona y tú no se van a llevar a Valeria a Boston- Negó con la cabeza.

-Te dije que terminé con Arizona- Esa confirmación hizo que el corazón de la rubia aleteara.

- ¿Qué pasó? No me lo dijiste en el retiro.

-Resulta que tenía una hija de la que no tenía ni idea, es como si no la hubiera conocido nunca- Exhaló.

-Lo siento mucho- No le gustaba que su señorita desastre sufriera- Pero, Regina, no te la puedes llevar- Miró a la niña dormida- Movimos cielo, mar y tierra para no separarlas.

-Lo sé, pero Emma, es una oportunidad muy importante para mí y para mi futuro, por lo tanto, para el futuro de nuestras hijas.

-Sí, entiendo, pero...

-Nos podemos poner de acuerdo para seguirnos viendo con las niñas en las vacaciones, hacer videollamadas o incluso...

-No, Regina- Negaba con la cabeza- No, perdón, pero no estoy de acuerdo- Se levantó y tomó la carriola.

-Emma- También se levantó- Hay que platicarlo con calma, ¿Ok? – La rubia no respondió y avanzó a la salida- Emma, no podemos- Exhaló cuando la puerta se cerró- Eso salió bien- Se dejó caer en el sofá- Si tan solo me pidiera que me quedara por otras razones- Se llevó un brazo al rostro.


-Tenemos que hacer algo- Le decía Emma a Kristin mientras jugaban con las niñas en el jardín de la mansión- No podemos dejar que Regina se lleve a Valeria a Boston.

-Yo no puedo obligarla a quedarse cuando le ofrecen el trabajo de sus sueños.

-No, ya sé, por eso creo que tengo el plan perfecto para que se quede.

- ¿Ah, sí? – Frunció el ceño Kristin.

-Te cuento, pero solo si le entras, porque necesito que me ayudes.

-Emma, no, tus ideas pueden ser algo extremistas a veces- Swan rodó los ojos y después puso cara de cachorro- Bien, te escucho, pero eso no significa que vaya a estar de acuerdo si me parece algo descabellado- Advirtió y Emma sonrió.

Madre solo hay dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora