Capitulo 12 - Nuevos Sentimientos-

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Camine por su apartamento con solo una camisa de vestir negra de Daniel, quería preparar desayuno pero observe su cocina y una señora de unos sesenta y pocos se encontraba haciéndolo.

- Hola señorita – Me saludo educada. También me miro intrigada pero no le dio importancia - ¿Desea desayunar? – Me pregunto, era una latina rellenita con un moño postizo.

- Si, huele delicioso - Le sonreí y pensé que si estaba acostumbrada de que Daniel trajera mujeres a su casa.

- Hice unos huevos rancheros con tocino y panqueques que están para morirse - Amaba su acento - Veo que es tan bonita como el patrón Daniel me dijo. – Abrí mi boca algo impactada sentándome en el desayunador.

- ¿Le hablo de mi? – Le hice referencia a Daniel y sonreí.

- Todo el tiempo. Que la señorita Moretti esto, que la Señorita Moretti lo otro, y hasta triste estuvo por un tiempo, en fin yo lo conozco como si lo hubiese parido y estoy segura de que era por usted. - Mi cara era un poema.

- ¿Si? ¿Lo conoce desde hace mucho? - Le pregunte curiosa por saber mucho de él.

- Ufff fíjese que desde que nació. Yo le cambie los pañales a él, al hermano y la hermana, los quiero como mis hijos, lástima que las señorita Salvatore este como este - Hizo cara de tragedia. - Pero sé que usted hará que no piense tanto en eso y mejorará el estado de ánimo del niño Daniel. - Sonrió y me sirvió el desayuno.

- ¿Hablaban de mi? - Se escuchó la voz de Daniel, voltee a mirarlo y su sonrisa estaba de oreja a oreja, cabello despeinado y solo un mono de dormir, ¡Joder! Qué hermoso hombre.

- Pues si... Me dijeron que eres un consentido. – Le sonreí comiendo un trozo de panqueque. Rocky se me acerco para que le lanzara algo de comida y le tire un panqueque, lo devoró al segundo.

- ¡Rosita! ¿Dijiste eso? - Se hizo el sorprendido riendo.

- Para nada niño Daniel - Ella río y el la abrazo besando su cabeza.

- Buenos días Rosita – Camino hasta el desayunador y acaricio a rocky. Me miro y me beso. - Veo que ya estás comiendo.

- Amo comer... – Tome zumo y él se lamio los labios clavando el tenedor en sus huevos.

- Lo sé, eres italiana nena, está en tu sangre. – Me guiño el ojo y siguió comiendo. - ¿Dormiste bien? - me miró a los ojos.

- Mejor que nunca – Susurré, me beso en la mejilla llego hasta mi oreja y la mordió.

- ¿No te duele nada? - Me susurro y me ruborice.

- Para nada - Me hice la mártir - Más bien hasta me apetece otra tanda. - Sonreí y él me miró sorprendido.

Comimos y reímos mucho con las cosas que decía Rosita, cuando terminamos nos fuimos a la habitación.

- Báñate y vístete, te llevare a un lugar. - Lo mire confundida.

- Pensé que nos quedaríamos aquí - Sonreí.

- Créeme que por más que quiera, también quiero llevarte a un lugar que se que también la pasaras genial - Me beso atrayéndome a el por la cintura.

- Bueno pero tengo que ir a mi Departamento para cambiarme, recuerde Señor Salvatore que usted me rapto anoche y solo tengo mi vestido.

- Bueno ponte estos - Me entregó unos shorts. - Yo me bañare y luego te llevo a tu departamento te bañas te cambias y nos vamos ¿Si?

- Esta bien – Lo volví a besar.

****

Busque las llaves del departamento y no las encontré... ¡Joder! Ahora tenía que tocar el timbre y no quería preguntas de mis amigos, cuando estuve a punto de tocar el timbre sale José con una camisa manga larga mostaza de lana sus jeans rotos sus botas y su guitarra, toque el timbre quería entrar, sentía la vergüenza a flor de piel cuando noto que estaba allí.

- Veo que la pasaste bien ayer - Mencionó José cerrando con llave su puerta.

- Yo... José discúlpame de verdad, es que... - Me interrumpió.

- No digas nada... Dinero mata a galán. – Sonrió falsamente - Algún día saldrás mal de la relación con él y pues tocaras mi puerta, lo bueno es que ya sabes donde vivo, cuídate. - Me dejó con la palabra en la boca. Sera idiota. Trague saliva y la puerta se abrió, mostrando la imagen de mis amigos.

- ¡Eres una golosa! - Grito Camilo. Veo que él y Franco se habían arreglado.

- ¡Perra! - Grito aun más fuerte franco.

- Ahora si no te salvas - Rio María.

- ¡Déjenla quieta! – Me defendió Alejandra.

- Gracias – Le agradecí entrando a mi departamento.

- De nada... Ahora cuéntanos ¿Qué tal la follada? - Rieron todos y yo voltee los ojos.

- Si folla asombrosamente bien, la tiene así de grande - Hice una medida con mi brazo y todos se asombraron - Ahora tengo una cita con él y me están retrasando apenas vuelva les cuento hasta cuando...

- Ya tranquila, entendimos. - Me paro Camilo con cara de asco.

Sonreí y corrí a ducharme, me coloque ropa cómoda pero sexy. Baje a los treinta minutos, vi a Daniel hablando con su mano libre por teléfono, subí a la camioneta, el volteo y me miró guiñándome el ojo.

- Esta bien, si... Hablamos luego Mike estoy con mi novia. - Mis ojos se abrieron y lo mire confundida, él me miro y me beso. - ¿Que pasa amor?

- Nada – Le sonreí. Se acerco a mi oreja y me susurro.

- Eres mía nena, dime ¿Cuanto crees que vas a gritar cuando te folle? - Se mordió el labio luego de sonreír pícaro.

Ahora tenía novio.

El Socio De Mi Padre ©️ Mapu Olivieri Donde viven las historias. Descúbrelo ahora