CAPÍTULO 9

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Me incorporo muy temprano gracias a la patente luz que empieza a entrar a mi habitación. Alzo la mirada hacia el reloj que está en la pared de mi derecha y veo que son las seis en punto. Kev, para variar, está dormido aún. Espero que tenga buena salud después de quién sabe cuántas cosas que enfrentó en el bosque.

En mi tarjeta sólo tengo 200p, pues ayer compré el cuarto, comida y agua. Fue como una maravilla reconfortante cuando me atraganté con una apetitosa comida y una bebida gaseosa de manzana. Pero dejando a un lado mi momento de felicidad, hoy estoy hecho para trabajar; elevaré mis puntos tanto como pueda. Principalmente porque me interesa ver el rollo de Utopia City. Parece una ciudad que alberga lujos y comodidades.

Me levanto por completo de la cama después de unos minutos de estar estirándome y respirando profundamente. Corro las cortinas para evitar que todos los muebles parezcan recién bruñidos. Estoy sumamente cansado. Ni idea de cuántos días han pasado desde la última vez que tuve el privilegiado placer de reposar en la comodidad de una cama.

Quiero empezar a trabajar fuerte desde temprano para ganar muchos puntos; sin embargo, no sé a qué tarea dedicarme. Limpiar máculas asquerosas de baños es lo que más me convendría, pero lo detesto. Me da mucho asco. Sumado a eso, soy la persona más grácil en cuanto a limpieza se refiere. Cuando estaba en casa, nunca me gustó hacer quehaceres que tuvieran que ver con limpiar (o sea, casi todos me disgustaban).

Coloco a la izquierda del tapete de seda sobre el que Kev está tumbado un poco de croquetas y un cuenco con agua. Le acaricio suavemente su cabecita de no más de quince centímetros. Me pregunto cuántos meses o días tendrá. Discurro y llego a la determinación de que tiene unas tres semanas, pero nunca he visto el crecimiento de un cachorro, así que no puedo afirmar nada.

Camino hasta la puerta que me da paso a un pasillo con más puertas. Al salir, miro con la vista borrosa a mis lados. Sólo distingo a lo lejos, haciendo la limpieza, a una mujer con una prenda de mangas acampanadas y una gargantilla brillante rodeando su cuello. Al parecer, casi no hay nadie despierto, lo cual es mucho mejor: menos ruido, menos gente, todo tranquilo.

Voy hasta ella y le pido con amabilidad si me podría decir dónde quedan los baños. Ya decidí trabajar ahí. Será repugnante, pero valdrá la pena.

—Perdone joven, pero no lo sé; tengo poco tiempo trabajando aquí —responde la mujer, apoyando en la pared el recogedor abarrotado con que acumula la basura que barre—. Le sugiero que le pregunte a Rossy, la señorita de la entrada.

Le agradezco y bajo las escaleras, peldaño por peldaño, con un dolor en mis costillas. Reconozco con claridad este malestar: me da cuando necesito urgentemente reposo. Pero, puesto que ya dormí más de ocho horas, me confunde la causa del dolor. Me sobo y raspo con mi mano derecha en la zona adolorida, como si eso ayudara. Abro mis fauces ampliamente; quejidos casi silenciosos salen de allí.

Una ráfaga de luz y una de ruido conocen respectivamente mis oídos y mis ojos cuando bajo todas las escaleras. Ahora tengo frente a mí el vacío y extenso patio central. Es muy grande y parece agradable pasar el tiempo sentado en una banca o tendido en el pasto, con flores aromatizando el aire que es respirado. Anotando en una lista mental de espera el relajarme en este lugar, voy por el camino pedregoso que converge junto con otros en el portón.

—¿Qué hacen despiertos los dos a estas horas de la mañana? —cuestiono con sorpresa a Rossy y a Mark—. Ayer vi por mi ventana que estaban despiertos todavía hasta muy tarde.

Rossy se ríe y hace una mueca de «niño tonto, no digas tontadas».

—Llevo más de cinco años sin dormir un sólo segundo —dice Rossy; abro más mis oídos—. Tuve que ir a una celda de Utopia City donde realicé un trámite para recibir frascos con mililitros de claricimidis, la sustancia que te priva del sueño, y desde entonces me la inyecto a diario. Al principio me dolían las articulaciones, pero luego me acostumbré.

Tumor (Keykeeps #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora