CAPÍTULO 13

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¡Vaya que el jet que me transportará a Utopia City es precioso! Me puedo ir haciendo una idea inveterada de cómo estará la misma ciudad.

Cuenta con una sala incluso más grande que la de mi propia casa antigua. Una pequeña fuente resplandece en el centro de ésta. Es realmente hermosa y dentro contiene peces que nunca antes había visto: son redondos y de color oro, y sus ojos azul claro resaltan bastante.

—El vuelo durará una hora —me dicen los hostiles raros, y me lanzan a uno de los sillones de la sala—. Debe permanecer sentado con el cinturón abrochado. Si necesita ir al baño, sólo dé la vuelta a la derecha.

—Gracias —respondo, y pongo mis labios en línea recta. Me están increpando y se hacen los amables que me están tratando como un príncipe privilegiado.

Me abrocho el cinturón y tiro de lo que sobra para dejarlo bien apretado. Casi de inmediato, ya estamos a bastantes metros arriba en el aire. Esta aeronave va a una increíble velocidad.

Me asomo por la ventana de cristal polarizado para apreciar cómo en unos pocos segundos ya estamos aún más arriba. Sin duda alguna, la aeronave con el techo de vuelo más alto en que he estado. Las nubes se asemejan a un abismo insondable que me atemoriza y me asombra a la vez. Me siento contento y satisfecho de que mi estadía en el Tumor haya tomado este rumbo. ¿Quién lo pensaría? Estoy muy agradecido.

Después de seguir pensando un rato y comerme las grandes rebanadas de pizza que me regaló Charli, opto por dormirme. Estoy un poco cabizbajo; la falta de una vida bulliciosa a mi lado como la de Carmen o Charli y el ya no estar en un pueblo gregario como M87 Town me afecta lenta y cuidadosamente, y eso que no han pasado ni quince minutos. Por otro lado, sé que iré a Utopia City, y eso me anima aunque sea un poco. Lo suficiente para dormir con una mente tranquila.

—¡Eh! ¡Reacciona! Cinco minutos y tú estarás en el sueño ansiado —me dice el hombre de hace un rato, despertándome. Aun así, los traqueteos que hace el jet me hubieran despertado tarde o temprano.

Me asomo por la ventana para ver un cálido ambiente nocturno. No tengo ni idea de si realmente llevo una hora en el interior de esta lujuria. O también puede ser que, por la magnífica velocidad, hemos alcanzado a la noche muy rápido. Eso estaría espeluznante. También denotaría que el ir tan rápido sólo es para poder eximirse del pasajero a bordo, y de ahí la actitud tan malhumorada que tienen.

Más tarde, luego de estar descendiendo, atravesamos el montón de nubes que observaba como un abismo cuando nos encontrábamos más alto. Éstas producen unos agites muy bruscos que me dejan mareado. El uso de cinturón de seguridad siempre es imprescindible, pero en este jet lo es más que en ningún otro.

Al pasar las nieblas y hacerlas trizas a todas, quedo fascinado ante la imagen que tengo ante mí. La hermosa y aclamada Utopia City conoce mis ojos, y mis ojos no la conocen a ella porque ya están desmayados. Una ciudad espectacular sin lugar a dudas. Parece un sueño. Está inundada de luces brillando por todo lugar y gigantes rascacielos que sobrepasan las nubes que acabamos de atravesar. Puedo ver un tren elevado larguísimo de color violeta que bordea toda la expansión. Las vías van en forma circular y otras en línea recta, y están a unos metros en el aire, por lo que para abordar este transporte tienes que subir unas escaleras eléctricas que parecen eternas por la altura. Un transporte interurbano innovador.

Hay edificios de todo tipo de estilos y colores: puedo apreciar desde aquí uno redondo de color naranja fosforescente y uno con forma de pino de un tono azul cielo con franjas de color azul marino. Sin embargo, a pesar de los muchísimos colores que tiene la ciudad, el principal que refleja ésta es el negro, resaltando así toda la gama de colores.

Tumor (Keykeeps #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora