CAPÍTULO 45

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Estupefacto, miro a la pantalla. Boquiabierto, releo vez tras vez lo que ha aparecido para poder así reafirmar mi conjetura. ¿Que estoy a punto de... indagar en la Zona X? ¿Por qué? ¡Ahora resulta que esta «privada zona militar» y el asunto de los keykeeps están relacionados! No es de extrañar; ambos celan misterios, y ambos son queridos por todos de una manera para nada amorosa. Gracias a los dos ha habido inimaginables pendencias.

La pantalla antes negra se ilumina con una imagen de una gran explanada de tierra árida. Unas pueriles instrucciones en la parte inferior me dicen que puedo manejar y navegar con la ayuda de las flechas del teclado. Oprimo la flecha con la punta apuntando a la derecha y la imagen cambia: ahora puedo ver unas pequeñas estructuras formadas principalmente por vigas de metal. La construcción se divide en cuatro casillas, cada una con un nombre que pende de los tejados: Agua, Tierra, Nube y Espacio; ésta última lleva debajo un texto superpuesto que me indica que no tengo acceso a esa casa de investigación.

Podría quedarme mucho tiempo mirando el exterior, el cielo y las tierras, pero sería provocar un revés, puesto que no puedo perder tiempo, así que oprimo las flechas en cierta secuencia para lograr entrar por la casa de Tierra, pues es ahí donde la información de los keykeeps debe de estar.

Al entrar, el dispositivo que he estado usando me enseña un corredor largo que da a una cámara llena de cierto objeto que no distingo cuál es a causa de la mala calidad de la computadora. Sin otro proceder naciente en mi mente, me aventuro y recorro el silencioso pasillo aderezado únicamente con candelabros enormes que cuelgan del techo. No ventanas, no suelo pavimentado, no nada. Si apareciera en este lugar, pensaría que estoy en una casa abandonada y de inmediato buscaría la manera de salir.

Ya una vez dentro de la cámara, me encuentro con una situación adversa: hay una descomedida cantidad de cajones que atascan las altas cuatro paredes que me rodean. ¡Son muchísimos! Es como si aquí se encontrara toda la madera del mundo.

¿Y luego? ¿Cómo rayos encontraré información acerca de los fieros keykeeps en los miles de cajones existentes? Es como un laberinto descomunal. El hecho de mirar a ellos marea, sin exagerar. Me resulta realmente difícil encajar la complejidad de lo que sigue.

Me aproximo a uno cualquiera (al que está hasta la izquierda, hasta abajo), y veo la palabra «Aaaeros Criaturas» en el costado del cajón. Encima de éste, el nombre «Aaatiloxis» yace también al costado. Miro los tres cajones que le siguen, y por los nombres, puedo concluir que todos están ordenados por orden alfabético. Puros nombres que necesitaría de alguien que me explane sus significados para poder comprenderlos.

Una vez sabiendo cómo funciona este confuso lugar, muevo las flechitas muchas columnas adelante y miro de reojo los nombres de los cajones: «Caso 2085HHH», «Dramaturgos Tumoreños», «Férreas Décadas»..., «Kamikazes: Humanos sin Piedad (2050-2070)»..., «Keykeeps». El cajón de madera reluciente y sin tacha que contiene información de los keykeeps está ahí, siendo asfixiado por nueve cajones y siendo rodeado por miles de estos. Es como si fuera algo tan simple en los miles de incidentes sin soluciones convenibles y hechos importantes que existen (o existieron) en la tierra. Los keykeeps... en medio de una inmensidad de palabras que desconozco. Me parece fascinante, pero me desilusiona al mismo tiempo.

La palabra «Abrir» flota frente al cajón; oprimo una flecha cualquiera y el luengo cajón es abierto unos cuantos decímetros. Meto la cámara al interior y reviso el contenido. Sólo una hoja. Una hoja en un espacio de más de dos metros de largo. ¿Es eso todo lo conocido de estas criaturas, lo que sea que se encuentre en la hoja?

Volteo la pantalla para mirar al solitario rectángulo de papel, y, no suficiente con ser una única hoja, también hay unas únicas frases en la parte superior, y el resto está en blanco.

Pero las frases me dicen mucho; son poderosas. No son cualquier disparate. Pueden decir más que mil palabras... Me atemorizan y me dejan claro cuál debería ser mi proceder si quiero continuar con esta misión que comenzó desde que mi vida en el Tumor nació. Sin embargo, es una difícil decisión, porque los recuerdos de la afable maestra Jiggla aún me persiguen. Además, en esta posible última parte, necesitaré el apoyo de tres personas más que estén dispuestas a arriesgar su vida.

Esto es lo que se sabe de los keykeeps:

Rebanar un cordón = Objetivo indeseado.

Rebanar cuatro cordones al unísono = Objetivo querido.    

Tumor (Keykeeps #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora