XVIII: Item 48

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-Mucha suerte Clint- dijo Felicia abrazándolo -Y ten, ábrelo cuando estés allá

-Muchas gracias mocosa- dijo dándole un beso en la frente y la chica sonrió sintiéndose a salvo con él -Bueno, gracias a todos por los abrazos y las despedidas pero ya es mucho sentimentalismo. Volveré pronto, no me extrañen

Todos rieron y lamentaron la partida de Clint. Sabían que eso significaba su retiro. Esa misma tarde una llamada de Fury entró en la sala de operaciones.

-Vengadores, tengo una nueva misión para ustedes. Mañana por la noche habrá una subasta, un evento clandestino muy lujoso. Según mis contactos, tienen el ítem número 48 de las armas chitauri que se perdieron en la invasión. Necesito que lo recuperen

-¿Entonces qué? ¿Gastamos los millones de Tony en eso?- preguntó Natasha con una sonrisa ladina.

-Em, si...No. Creo que acabo de gastar la mitad de mi fortuna dándole becas a unos niños en la universidad- comentó apretando sus labios en un gesto muy rápido, lo demasiado como para no ser detectado por todos.

-Como es obvio, Rogers, Stark y Romanoff son lo suficientemente conocidos alrededor de todo el mundo como para ir a un evento como ese y que no lleguen a poner ni un pie en la puerta. En cambio, los Maximoff y Visión no salieron en tantos medios, para nuestra suerte- Felicia quiso hablar pero Fury no la dejó -Y sí, Felicia. Ya sé que preguntarás, sí puedes ir con ellos también. Tienes que demostrarme que puedes hacerlo bien y no estoy tomando una mala decisión, asi que estás a cargo

-¡¿Que estoy qué?! ¡Wo-oh!- gritó festejando y haciendo un gesto de triunfo con su brazo. Steve rodó sus ojos ante la actitud de la chica.

-Romanoff, Stark y Rogers los ayudarán desde fuera por si necesitan algo. Pero creo que ellos estarán bien- los miró con su ojo derecho uno por uno -El arma estará resguardada en una bóveda de alta seguridad, tendrán que sacarla de ahí antes de que decidan ofrecerla en la subasta.

Tony les enseñó un gran vestidor lleno de ropa de diseñador en uno de los pisos más altos del edificio. Felicia no podía creer que no sabía de la existencia de ese lugar habiendo recorrido todo el edificio en los días en que se quedaba sola allí. "Maldito Jarvis, te lo tenías bien guardado" dijo recordando que la inteligencia artificial era la que le sugería por donde ir.

-¿Qué tal este?- preguntó Felicia mostrandole un vestido amarillo a Wanda y ella negó con una mueca de disgusto.

-¿A ti te gusta este? Quizás debería probarmelo...

-¿Quizás? Hazlo ahora- la arrastró hasta el cambiador con el vestido negro que Wanda le había mostrado -Y pruebate este también

La chica se probó ambos y Felicia estaba tan indecisa de cual le gustaba más que la sokoviana preguntó a otra persona para tener una segunda opinión.

-¿Y a ti Vis? ¿Cuál te gusta?

-No creo que deba influir en la decisión de su guardarropa. Pero si me piden una opinión, el rojo me gusta...- respondió él nervioso y luego se fue a seguir buscando un traje para él.

-Tiene razón, usa el rojo- dijo Felicia buscando un labial para pasarle a la chica -Y un labial rojo también, resalta tus ojos...

Wanda comenzó a maquillarse y peinarse mientras Felicia aún buscaba qué vestido usar. Se probó al menos diez prendas de distintos colores sin que ninguno le convenciera. Estaba mirándose frente al espejo con uno verde, cuando Pietro apareció junto a ella con otro en la mano.

-Ese te queda bien. Pero este color será mejor

-Que el azul sea tu color, no significa que sea el de todos- dijo ella con sorna al verlo con un traje azul, un poco más oscuro que el del vestido -Igual no tengo nada que perder, dámelo

Cuando salió del probador las comisuras de Pietro se elevaron en una sonrisa y ella imitó el gesto cuando se vio en el espejo. Para ella ese vestido era hermoso, y sentía que ese color sí le sentaba bien a ella misma.

-Te lo dije, printsessa. Visión no es el único que sabe de moda aquí- comentó antes de irse dejándola aún mirándose el vestido puesto desde todos los ángulos posibles.

Cuando los cuatro estuvieron listos con sus vestimentas, se encontraban en la sala de operaciones colocándose los comunicadores y las pequeñas cámaras. Tony había preparado dos de sus autos de colección para que se dirigieran al evento.

-Sabes manejar, ¿verdad niño?- dijo dudando en si darle la llave a Pietro o no.

-Sí. ¿Cuántas veces tengo que repetirlo?- dijo él suspirando con su mano arriba que esperaba por la llave, hasta que al fin Tony se la dio.

-Cuídalo bien, me costó mucho conseguir ese auto- advirtió y el chico blanqueó sus ojos -Y cuida a Felicia también. Recuerda que es solo actuación eso de que llegan como pareja, asi que ojito niño

Visión llegaría manejando el otro auto junto a Wanda. Una vez en el lugar, Tony, Natasha y Steve se encontraban viendo toda la operación desde un vehículo negro a doscientos metros del lugar, en caso de que los demás necesitaran refuerzos.

-Buenas noches. ¿Quiere que guarde su abrigo, señorita?- ofreció el hombre abriendo la puerta que llevaba al lugar de la subasta. La fachada era un bar de malamuerte pero detrás de él se encontraba un gran salón en donde semanalmente se daban ese tipo de eventos.

-Sí, muchas gracias- respondió Felicia sonriendo y entregó su abrigo. El hombre hizo un movimiento vago con su cabeza en forma de saludo y los dejó pasar.

Al entrar, se toparon con personas vestidas increíblemente elegantes. Era un salón con varias mesas y con meseros pasando entre ellas dejando bebidas y bocadillos. Parecía una especie de restaurante increíblemente caro.

-Deja de mirar mal a todos- lo codeó levemente Felicia mientras sonreía con simpatía al pasar entre las personas sentadas.

-Todos esos tipos te observan de arriba a abajo cuando pasas junto a ellos, ¿no debería mirarlos mal si se supone que eres mi pareja?-comentó fingiendo confusión y ella no respondió, solo siguió saludando a todos con pequeños gestos.

Habían tomado asiento a unas cinco mesas de distancia de Wanda y Visión. La subasta ya estaba dando comienzo.

-Buenas noches señoritas y señores. Para dar comienzo a esta noche tan especial, viajaremos un poco al pasado. Tenemos este cráneo en 2.000.000 de dólares. ¿Escucho dos millones por allí? -Un hombre levantó un cartel con su número -Ya tenemos dos millones, ¿escucho 2.100.000?

Ya se habían vendido al menos cinco objetos al mejor postor cuando Felicia pidió a Visión a través del comunicador que levantara su cartel.

-¡3.800.000 para el caballero de blanco! ¿Escucho 3.900.000? Vendido por tres millones ochocientos mil a las una. Vendido a las dos. Vendido a las tres. ¡Vendido al caballero de blanco! Recuerden que esto es solo para exhibir en sus casas y que si alguien pregunta, no se acuerdan de donde lo sacaron- todos en el lugar rieron. Visión había comprado una espada samurai.

-Chicos, lo tengo. Sé donde está el arma- comentó Felicia y Pietro pidió que le señalara el lugar -Está a unos 20 metros hacia tu izquierda Wanda. Están apunto de sacar algo de allí, debemos apurarnos. No pierdan de vista al tipo que está junto a la puerta, tiene el dispositivo para abrirla.

Corriendo | Pietro MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora