XXVI: Justicieros

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-¿De verdad aceptas mis disculpas?- interrogó Pietro sentado junto a la cama de Felicia.

-Dijo que sí, por quinta vez- Visión transmitió el mensaje -Creo que es mejor que yo ya me vaya...

Felicia le agradeció a Visión y luego posó su vista en el joven sokoviano junto a ella. Unos segundos de contacto visual se hicieron presentes. Pietro corrió un mechón de cabello de la chica hacia atrás de su oreja, y sus rostros quedaron más cerca del otro. La mano de Pietro acarició la mejilla de Felicia y su vista comenzó a moverse entre sus ojos y sus labios. No hizo lo que ella creyó que haría. Sin embargo, el beso que le dio en la frente la reconfortó.

-No te preocupes, lo haré cuando puedas pedir auxilio si quieres escaparte de mi- guiñó un ojo divertido. Ella se alegró con una sonrisa y él imitó el gesto. Sin embargo, su expresión seria regresó al momento en el que otra persona aparecía en la habitación. Era Steve golpeando la puerta abierta, con un tazón en su mano.

"No tiene sentido que golpees la puerta si está abierta. ¿Qué es lo que quieres?" fue lo que le hubiera gustado decirle. Había interrumpido una ocasión en la que estaba sintiéndose cómodo y feliz, como siempre que estaba con Felicia.

-Hola... Clint me pidió que te de esto- comentó entrando. El tazón tenía una sopa de letras y la chica al ver esto puso una expresión incrédula pero con tono jocoso -Te ayudo a sentarte así comes...

Ella asintió, Steve apoyó la comida en uno de los muebles y se acercó a la cama de Felicia. El sokoviano no se había movido de donde estaba, y tampoco tenía planeado hacerlo.

-¿Me permites?- Felicia asintió nuevamente. Ellos no sabían lenguaje de señas, asi que otra vez se limitaba a responder de esa forma. Steve quiso colocar sus manos en la cintura de la chica para ayudarla, pero antes de que siquiera la tocara, Pietro lo tomó de la muñeca, frenándolo.

-¿Estás bien niño?- preguntó con serenidad, aunque frunciendo el ceño ante esa actitud inesperada. Pietro no lo soltó y le dio una mirada de arriba a abajo -¿Puedes dejar que la ayude a sentarse?

Felicia le dio unos pequeños toques a la rodilla de Pietro y él entendió: estaba haciendo que la situación se tornara incómoda. Soltó la muñeca de Steve y se puso de pie.

-Yo la ayudo, gracias por traer lo que hizo Clint- dijo ahora él poniendo las manos en la cintura de la chica y contribuyéndole para que tomara asiento de la manera más cuidadosa posible.

Steve hizo un movimiento de cabeza mientras mantenía sus labios apretados. Se fue del cuarto sin más, y Felicia le dio una reprimenda silenciosa a Pietro ya que había malinterpretado las cosas. Por más de que no hablara, el chico de cabello platinado había comprendido perfectamente lo que ella le estaba queriendo decir.

Durante la semana siguiente y luego de muchos medicamentos, Felicia mejoró notablemente. Su voz había vuelto a la normalidad y ya podía recorrer todo el edificio a su gusto, como siempre hacía. En uno de esos paseos, escuchó la televisión del cuarto de Wanda en un canal de noticias.

-Una victoria a expensas de los inocentes, no es ninguna victoria en realidad -en la leyenda inferior de la pantalla, señalaba que la persona hablando era el rey de Wakanda. "Es el rey del lugar donde vive tecnológica05" pensó Felicia. Luego, un periodista era el que hablaba -Ellos están operando afuera y por encima del derecho internacional. Porque esa es la realidad si no respondemos a actos como estos. ¿Qué autoridad legal tiene un ser mejorado como Wanda Maximoff ahora, para operar en Niger-

Steve pasó junto a Felicia entrando al cuarto de Wanda y apagando la televisión. La chica decidió dejar que hablaran solos. No tenía idea de lo que había pasado pero estaba segura que se relacionaba con la misión que habían concluido hace dos días.

La mañana siguiente Pietro la despertó tocando su puerta repetidas veces. El Secretario de Estado quería hablar con todos los Vengadores y los estaba esperando en una de las salas para reuniones dentro de la base. James Rhodey y Sam Wilson, quien había participado en la última misión, también estaba allí.

Felicia tomó asiento en una esquina de la mesa junto a Pietro. Sus rodillas habían chocado. Fueron unos segundos los que tardó el chico en darse cuenta de que estaba conteniendo su respiración.

-El mundo tiene una deuda impagable con los Vengadores...-siguió hablando el Secretario Ross luego de contar una anécdota que Felicia no estaba muy segura de qué relación tenía con todo eso -Ustedes han... peleado por nosotros. Nos han protegido, arriesgando sus vidas. Pero si bien, un gran número de personas los ve como héroes, hay otros... Que prefieren llamarlos "justicieros".

-¿Y cómo nos llamaría usted Señor Secretario?- preguntó Natasha con una pequeña sonrisa, pero no era una de felicidad.

-Los llamo peligrosos. ¿O cómo llamarían ustedes a un grupo de individuos alterados, cuya base está aquí, en Estados Unidos. Que ignoran continuamente las fronteras, e imponen su voluntad en donde les parezca y a quienes, con franqueza, no les importa el caos que dejan a su paso?

Hizo dos pasos hacia un lado para dejar ver la pantalla. Tomó un control, presionó uno de sus botones y un video comenzó a transmitirse. Era sobre la invasión a la Tierra dirigida por Loki, el hermano de Thor.

-Nueva York- El video mostraba a personas corriendo y a Hulk saltando entre dos edificios, produciendo muchos daños. Luego pasó a otro, e indicó que era en Washington DC -Sokovia.

Los siguientes clips mostraban la ciudad despegando y edificios derrumbándose uno tras otro. En cada video podían verse personas aterradas, corriendo para resguardarse.

-Eso lo hizo Ultrón, no fuimos nosotros...-susurró Felicia para sí misma, pero alguien la escuchó.

-¿De dónde salió Ultrón?- respondió Pietro para que la chica sacara sus propias conclusiones.

-Lagos- ahora podían ver una explosión siendo retenida por un aura roja, que la llevó más arriba sin poder sostenerla más. La explosión terminó por impactar en uno de los pisos de un edificio. El siguiente clip era de personas heridas saliendo en camas de hospital, y otras tiradas entre los escombros. Felicia supo que el aura roja era de Wanda y asumió que el día anterior en la televisión estaban hablando sobre aquel hecho.

-Ok, con eso es suficiente- habló Steve al ver a la sokoviana bajando su mirada. Ross le hizo una seña a su asistente para que apagara la pantalla, y luego habló.

-Los últimos cuatro años, han operado con poder ilimitado y sin supervisión. Es un arreglo que los gobiernos del mundo ya no desean soportar. Pero creo que tenemos una solución- dijo apoyando un gran documento en la mesa -Los Acuerdos de Sokovia. Aprobados por 117 países, los cuales manifiestan que los Vengadores ya no podrán ser una organización privada. Y desde ahora, van a operar bajo la supervision de un panel de las Naciones Unidas, y solo actuarán cuando ese panel lo considere necesario.

-El equipo se formó para que el mundo fuera más seguro- soltó Steve. Jamás lo habían visto cabizbajo como esa vez -Y lo hemos hecho así.

-Dígame Capitán, ¿Usted sabe donde están Banner y Thor, ahora?

Corriendo | Pietro MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora