X: Yo no duermo...

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-Eres un idiota. Me voy de aquí- dio un paso y esta vez no pudo reprimir el quejido que le produjo el dolor en su tobillo.

-Sigo confirmando que eres una testaruda. ¿Por qué no me dices que necesitas ayuda y ya?- Pietro la miraba con diversión mientras cruzaba sus brazos.

-Porque no la necesito- dio dos pasos más para intentar demostrarle que lo que decía era cierto. No daría el brazo a torcer. Él solo la observaba cojear llevando la caja y avanzando muy lentamente.

-Solo tienes que pedirlo...-canturreó y ella rodó sus ojos -Que testaruda.

Pietro negó con la cabeza y cargó a Felicia junto con la caja en sus brazos. La llevó al cuarto que compartía con Wanda y la dejó sentada sobre una de las camas con cuidado. Todo esto en un nanosegundo. Mientras tanto, la hermana del chico miraba la situación confundida.

-Te dije que no necesitaba tu ayuda.- Felicia abrió la caja dejando ver mucha ropa para ellos -Supongo que aquí está todo, ya sabes donde estoy si tú me necesitas Wanda...- remarcó el "tú".

-¿Qué? ¿Ahora me ignorarás porque te ayudé?- Felicia hizo exactamente eso. Lo ignoró y empezó a caminar con dificultad para salir del cuarto. Pero en un segundo ya estaba allí, Pietro la había cargado y dejado en su cama esta vez. -Testaruda

Murmuró antes de desaparecer dejando un aura azul y plateada tras él. "Que idiota" pensó Felicia apoyando su cara en la almohada. Esa misma noche Steve y Clint llevaron al edificio la máquina de la Dra Cho con algo dentro de ella. El cuerpo estaba en proceso de generarse. Pero eso no es lo que llamaba la atención de Felicia.

-¿Dónde mierda está Nat?- Clint bajó su cabeza.

-Felicia, cuida tu...

-Me importa una mierda tu lenguaje Steve. Quiero saber donde está ella, ahora- exigió Felicia mientras la preocupación se plasmaba en su cara. No soportaría perder a Natasha.

-No lo sabemos. Ultrón se la llevó cuando se estaba subiendo al jet de regreso. La recuperaremos, Felicia... Solo hay que localizarla donde quiera que ese bastardo de metal la tenga

La chica se fue a su habitación sin decir nada. No se esperaba eso. Natasha era como una hermana mayor para ella, o mejor dicho, era como una madre. Peleaban seguido pero se querían muchísimo, y jamás soportarían perderse la una a la otra. La culpa carcomía a Felicia: "Si yo los hubiera acompañado en vez de quedarme aquí por estas estúpidas heridas, quizás esto no hubiera pasado. Él debería haberme llevado a mí". La chica se lamentaba y se preguntaba por qué las cosas tenían que ser siempre así de complicadas. Amaba su vida, pero a veces deseaba tener la de cualquier otra persona en la Tierra.

Felicia no podía dormir. Habían pasado horas desde que la casa se había sumido en un silencio total, ella supuso que los demás ya descansaban a esas altas horas de la madrugada. Decidió que buscar algo de comer en la cocina quizás le daría un poco de sueño. Además, no haber cenado la tenía con el estómago vacío hace mucho tiempo. Caminó con dificultad hasta el lugar y comenzó a abrir todas las alacenas en busca de un paquete de papitas. Cuando lo encontró, trató de sacarlo haciendo el menor ruido posible.

-¿Estás escondiéndote de alguien?- Felicia profirió un grito y tapó su boca como reflejo, dejando caer el paquete. -Creo que esto es tuyo

La persona hablando volvió a poner el paquete en la mano derecha de Felicia. La chica se mantenía atónita, porque la persona allí no era una persona como tal.

-¡¿Quién mierda eres tú?!- tomó una cuchara de la mesa rápidamente y le apuntó al pecho.

-No estoy seguro de que puedas causarme algún tipo de daño mortal con esa herramienta que estás empuñando como arma.

-N..no, pero...¡Puedo sacarte esa cosa que tienes en la frente! Estoy segura de que debe ser algo importante- amenazó acercando la cuchara a su cara -Ya dime quien eres...O ¿qué eres?

-De hecho...No estoy muy seguro. Estoy hecho de vibranio y tengo vida gracias a la gema que quieres sacarme, pero no puedo decirte con seguridad quién soy - El sintezoide hablaba cabizbajo. "Su voz es como la de Jarvis", pensó Felicia.

-¿Jarvis? ¿Eres tú?- preguntó ella bajando la cuchara y analizándolo con atención.

-Algo así. Según lo que mis conocimientos me dicen, las neuronas que componen mi mente están formadas por varias capas. Todas esas capas tienen algo de las personas, o más bien, inteligencias que usaron para crearme: Jarvis, Ultrón, Anthony Stark y el Doctor Bruce Banner.

-Entonces...¿Tú realmente no sabes quien eres? ¿No tienes nombre?

-No. Pero tengo una visión distinta a todos ellos- comentó mientras miraba hacia el suelo con el ceño fruncido. De inmediato pudo armar una conclusión -Eso es... una visión. Mi nombre es Visión.

-Bueno Visión, es un gusto- dijo Felicia sonriéndole, el androide le transmitía la suficiente confianza como para creer todo lo que estaba diciendo. Él por fin puso su cabeza en alto. Ambos estrecharon sus manos en señal de presentación.

-Puedo preguntar, ¿Qué estabas haciendo? Si eso no lo consideras una falta de moral o...Perdona, es que no conozco a muchas personas- dijo Visión sonriendo levemente.

-No te preocupes por eso, quizás puedo enseñarte un poco- propuso ella y luego respondió a su pregunta- No puedo dormir. Vine a buscar algo de comer, quizás eso me da sueño. ¿Y tú? ¿Tampoco puedes dormir?

-De hecho, yo no duermo...

-Oh, claro, que tonta- dijo ella negando con la cabeza cayendo en cuenta de algo que parecía obvio.

-Detecté una torcedura en tu tobillo. Según lo que puedo ver estás al menos a un 97% cerca de que el hueso astrágalo se parta. Según mis cálculos, si das 29 pasos apoyando por completo ese pie, la recuperación será más tardía.

-Ok, me convenciste. ¡Estás invitado a curar mi tobillo en el laboratorio!

Felicia se llevó una papa a la boca para luego dirigirse hacia el lugar mencionado con ayuda de él. Tomó asiento en una silla y Visión estiró varias veces su pie preparándolo para colocar un soporte.

-¿Quieres una?- Felicia le ofreció una papa por cuarta vez en media hora, justo cuando él terminó de ajustar la altura de las muletas que la chica necesitaría usar durante esos días.

-Terminé, prueba hacer unos pasos con esto- dijo ayudándola a poner una muleta bajo cada uno de sus brazos. Felicia siguió las instrucciones de Visión y logró darle un recorrido a todo el laboratorio sin ningún incidente.

-¡Están perfectas! Gracias Visión- le sonrió y él devolvió el gesto -Ahora acepta las papas. Son muy ricas, tienes que probarlas. Te prometo que no dañará tu sistema- dijo tomando el paquete de la mesa para luego dárselo.

-Es la quinta vez que me ofreces. Si como al menos una, ¿dejarás de ofrecerme más?- ella asintió y él se llevó una pequeña papa a la boca. Felicia lo miraba con atención analizando su reacción ante el nuevo sabor, y no se decepcionó al ver la cara del nuevo residente del edificio.-Felicia, tenías razón. ¡Esto sabe delicioso!

La chica rió ante el comentario de Visión y decidieron buscar un paquete de papas para él también. Se pasaron el resto de la noche hablando en el laboratorio, y en la casa ya se asomaba la luz del sol mientras que sus temas de conversación jamás llegaban a su fin. Felicia antes era acompañada por Jarvis cuando se quedaba en el edificio, pero sintió que esta vez la compañía era mucho mejor.

Corriendo | Pietro MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora