XXXX: Plan

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-Luego de que lo rescaten, esperare por tu señal. Apenas sepan la ubicación de la habitación roja, las sacaré de allí y nos iremos, ¿está bien?

-Yo iré con Felicia- dijo Pietro con decisión. La chica sonrió, y asintió sutilmente. Estaban armando el plan que llevarían a cabo desde ese mismo día, y lo primero sería rescatar a Alexei, el falso padre de las "hermanas" Yelena y Natasha.

-Bien, preparemos las cosas señoritas- dijo Nat sonriendo hacia un lado, como usualmente lo hacía. Sin embargo, esta sonrisa ocultaba un poco de nerviosismo: después de todo, el plan era sacar de la cárcel a la persona con la que había compartido momentos que en ese tiempo para ella eran lindos, aunque ya no más.

Felicia se dispuso a guardar el traje que tenía sin usar desde que se había infiltrado en La Balsa junto a Steve y Bucky. También se equipó con las armas y granadas con las que solía pelear y con algunos otros dispositivos que llevaba por si acaso. Estaba realmente agradecida de que Fury y Coulson dejaran todo lo necesario, como si fueran a hacerse las misiones que los Vengadores frecuentaban luego de la batalla de Nueva York. En el medio de toda su preparación, Wanda se acercó al pequeño cuarto con monitores.

-Felicia...¿Podemos hablar?- la chica dejó el bolso a un lado en el suelo para girarse hacia la sokoviana.

-Claro, ¿está todo bien?- preguntó al ver su rostro: mostraba un tono de preocupación.

-No sé como decir esto- apretó sus labios y tomó asiento en el suelo junto a Felicia -Sé que quieres ayudar a Nat, pero no quiero que vuelvas a meterte en algo que puede salir mal. ¿No crees que ya te arriesgaste lo suficiente por nosotros?

-Jamás será suficiente si alguien necesita una mano, Wanda

-Lo sé...- asintió un poco afligida -Y sé que no podré evitar que vayas, solo.. No quiero que les pase algo malo ni a ti ni a mi hermano

-Mira.. no fue nada fácil, pero estuve un mes sin contactarme con las personas que más quiero en el mundo. Sobreviví a eso, y fue bastante bien hasta ahora, ¿no crees que puedo sobrevivir a esto también?- sonrió intentando alivianar el ambiente de cavilación.

-Sé que superaste todo lo malo que pasó en tu vida, que tú puedes cuidarte sola - comentó con seguridad -Pero también sé que mi hermano te seguirá a donde vayas, y hasta daría su vida por ti. Lo peor, es que eso no es lo que me preocupa... Me preocupa que si a ti te pasa algo, él es quien no lo superará

-No pienses eso, Wanda...- pidió antes de abrazarla. Los ojos de Wanda se cristalizaron al solo pensar en la posibilidad de que a su amiga le sucediera algo malo. La sokoviana ayudaría a Natasha en cualquier otra condición, pero no arrastraría a Visión a la mira del gobierno, ni mucho menos a peligros mayores de los que podían vencer. Por supuesto que tampoco le gustaba la idea de que Pietro sí lo hiciera, pero ya había intentado frenarlo y no habría forma de que desistiera de la idea -Todo saldrá bien, recuerda que tengo que volver para festejar mi cumpleaños, ¿o acaso lo olvidaste?

Wanda hizo un gesto de negación con una sutil sonrisa formándose en sus labios. Pensamientos más lindos y positivos comenzaron a generarse en su mente.

El rojizo de su cabello se intensificó en esos últimos días, haciendo contraste con el color de sus ojos verdes ahora mojados. Nadie supo a qué atribuir ese repentino cambio en su cabello, pero una imaginativa Felicia pensó que de alguna extraña manera podría estar relacionado a la llegada de Visión. Así como ella mostraba sus ojos de color naranja cuando tenía emociones fuertes, quizás Wanda también conectaba sus sentimientos con lo físico.

La decisión de quedarse en casa, fue difícil para Visión. Después de todo, sintió un poco de culpa al ver que Felicia no pidió su ayuda para rescatar a los demás de la prisión Raft. Sin importar las explicaciones que ella le dio, un mínimo sentimiento de culpa se mantenía latente y hubiera buscado una forma de remediarlo de no ser por Wanda.

El contratista amigo de Natasha consiguió dos helicópteros que los ayudarían en su designio.

-Lo que necesitaba era unos jets- comentó Natasha acercándose al hombre, quien estaba parado frente a uno de los helicópteros.

-Y lo que yo necesitaba era tiempo, el dinero no otorga los jets- se encogió de hombros y comenzó a caminar hacia ellos.

-¿Qué no se supone que eres el mejor? ¿Que eres "super pro"?- preguntó Yelena cargando uno de los bolsos en su espalda, y Pietro sonrió ante el comentario.

-Ay disculpe Zarina, ¿Acaso el departamento gratis y las provisiones de kissel no le agradaron?- respondió en un tono sarcástico.

-Ja -soltó la rubia, tajante.

-No dejes que te provoque, es muy sensible- advirtió Natasha con fingida seriedad.

-No, a nadie le permito que impugne mi profesionalismo- el ceño fruncido del hombre indicaba que hablaba con decisión.

-Bueno, me instalaste un generador que se apagó a las 6 horas- la pelirroja se encogió de hombros. Pietro y Felicia se miraron divertidos ante la expresión en el rostro del hombre.

Un helicóptero fue controlado por Natasha y Yelena mientras que el otro era llevado por Felicia en compañía de Pietro. El plan era que las hermanas sacaran a Alexei de la Prisión del Séptimo Círculo en la que estaba hace años, y luego irían todos a donde él los guiara. Los jóvenes esperarían en una posición alejada, por si las dos viudas que tenían como equipo necesitaban refuerzos.

Pasaron horas sentados dentro de una aeronave estacionada en el medio de la nada, y rodeados por kilómetros de nieve hacia donde miraran. Su único entretenimiento fueron unos naipes que la chica empacó para una situación como esa.

-Ya me cansé, ¡no puede ser que siempre ganes!- exclamó tirando sus cartas y ella sonrió satisfecha. Era la séptima vez que salía victoriosa e iba a hacer un comentario al respecto, pero su teléfono sonando la interrumpió. Pietro tomó el dispositivo, atendió y se lo pasó -Ten printsessa, es Clint

-Hola niña, créeme que te extraño-habló con amabilidad y al instante su tono de voz cambió - pero pasame con el rufián que acaba de darte el teléfono, ahora

Pietro frunció el ceño y movió la cabeza en negación, al creer saber lo que se venía. La chica no le hizo caso a su gesto y simplemente le entregó el celular.

-¡¿CÓMO QUE "PRINCESA", BASTARDO VELOZ?! ¡SOLO YO PUEDO PONERLE APODOS, ES COMO UNA HIJA PARA MI! ¿ACASO ES TU NOVIA COMO PARA QUE LA LLAMES ASÍ?

El chico alejó el dispositivo de su oreja y tenía sus ojos abiertos de par en par ante los gritos de Clint. "¿Qué le digo?, no puedo mentirle a alguien que es como mi suegro" le susurró a Felicia, tapando el micrófono, o al menos eso creyó.

-¿"SUEGRO"? ¡¿"SUEGRO"?!- volvió a gritar y eso solo hizo que Felicia se diera un golpe en la frente ante la situación. Pidió el teléfono y Pietro se lo pasó.

-Lo siento, no te lo conté- se disculpó ella con el tono más tranquilo que encontró para tratar de contagiar a Clint.

-Creo que lo noté- dijo con el ceño más fruncido que nunca, pero sin gritarle como al chico -Ponme en altavoz, Felicia... Bien, ahora que ambos me escuchan, voy a decirlo una sola vez: si no la cuidas te mataré

-¡Amor, no exageres con ellos!- se escuchó una voz lejana del otro del celular.

-Lo siento, Laura... Como decía: te mataré si la lastimas -susurró la advertencia para que su esposa no lo escuchara y Pietro miraba con una mueca de susto a Felicia -¿Me escuchaste?...¡Te pregunté si me escuchaste!

-Sí, sí.. Lo escuché señor

-Bien, así es como debe ser -dijo asintiendo al escuchar la palabra "señor". Felicia reprimió una risa por la actitud que estaba teniendo el hombre -Ahora sí, hablemos Felicia

Corriendo | Pietro MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora