-Eso es lo que Stark quiere, que nos quedemos aquí. ¿Pero qué es lo que quieren ustedes?- preguntó Wanda. Visión había puesto su brazo para frenar el paso de la pelirroja, quien quería salir a comprar un ingrediente para una receta.
-Que la gente pueda verte, como yo lo hago...- la diferencia de altura entre ellos se notaba más cuando estaban a poca distancia.
Pietro miraba a Felicia expectante, preguntándose si ella diría algo al respecto, pero no lo hizo. No habían hablado sobre los Acuerdos desde lo que ocurrió en Viena. Ninguno quería mencionar el tema. La chica lo invitó a ver una película en la sala destinada a ese tipo de actividades y él aceptó con gusto.
Mirar una película de terror con Pietro mientras comían palomitas, esta vez desde la seguridad de su hogar y sentados en un cómodo sofá, era el mejor plan que ella hubiera podido pedir. Cuando el chico pausó de repente la película en una de las partes de tensión, ella se lamentó.
-¿Por qué la pausaste? Si eso fue un intento de asustarme creo que no te salió- dijo llevándose una palomita en la boca.
-Lo siento. Es que creo que tenemos que hablar...-Felicia movió el tarro del que estaba comiendo y subió sus pies al sofá, para ambos sentarse de frente al otro.
-Ahora sí me asustas...-comentó intentando sonar divertida, pero el semblante de seriedad del chico no desaparecía -¿Qué tienes Pietro?
-Estoy preocupado por esto de los Acuerdos. Tú los firmaste, nosotros no. Viste como están las cosas entre Stark y Rogers, ¿cierto?- ella asintió. Los dos jóvenes eran conscientes de que el grupo se había dividido -Tengo el presentimiento de que esto no terminará bien... Y no quiero que eso nos separe
Felicia volvió a asentir al estar de acuerdo. Hace un tiempo atrás no lo hubiera admitido, pero ahora estaba segura de que no quería separarse de Pietro Maximoff y de su acento sokoviano que tanto le gustaba. Le ofreció su mano y él la tomó.
-No nos separaremos por esto. Lo sé...- sonrió con tranquilidad. Él corrió un mechón de cabello que caía en el rostro de la chica, hacia detrás de su oreja, acortando un poco la distancia entre ambos.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
‐Creo que con esa serían dos...- las comisuras de sus labios se elevaron de manera leve.
-Sé que quizás esto debería hacerse con más preparación, y probablemente buscar el momento justo... Pero yo no creo que haya algún momento justo para hacer estas cosas tan importantes - Pietro dubitó por varios segundos. Dio un suspiro y tomó una gran bocanada de aire antes de volver a hablar, a centímetros de ella -Asi que, Felicia Clark ¿Quieres ser mi novia?
-¿Qué? No- la pregunta la había tomado desprevenida. Él abrió su boca para hablar nuevamente pero no pudo- Quiero decir, si. No, o sea, sí. Sí, sí quiero ser tu novia
Él sonrió y Felicia imitó el gesto. Pietro llevó una mano a la mejilla derecha de la persona frente a él, y juntó sus labios. Eso encendió un fuego dentro del pecho de Felicia. Borró cualquier pensamiento coherente que pudiera formar su cabeza, lo unico que deseaba era que esa calidez que sentía no se acabara nunca. Todo el mundo le había explicado alguna vez como se sentía el primer beso con una persona a la que quieres, pero todas esas descripciones no alcanzaban para las gigantes mariposas que se revolvían dentro de su estómago.
En cuanto a Pietro, él jamás se había sentido así antes. Sus pulmones fatigados por la falta de aire eran un disfrute para él. Así como también era un disfrute estar besando por primera vez a la chica que lo hacía sentir tantas cosas con tan solo pensar en ella. La velocidad con la que el joven se manejaba constantemente, en esos instantes no existía. No deseaba apurar nada, no deseaba que ese contacto llegara a su fin por ninguna de las razones en el universo.
De un momento a otro, la caricia en la mejilla de la chica se volvió más firme, y sus aceleradas respiraciones comenzaban a mezclarse. El calor que sus cuerpos emanaban no era percibido más que por el otro. La sensación de afecto y placer, hacía que se olvidaran de todo. Nada a su alrededor les importaba.
De pronto, Pietro sintió un pequeño ardor en su rostro y se separó bruscamente de la chica.
-Lo siento, yo... No sé qué hice mal
-No no, tus ojos...-comentó él observándolos con atención -Podría jurar que hace un segundo estaban naranjas
-Oh, eso - Felicia negó con la cabeza para restarle importancia -No es nada. Sucede cuando mis emociones son muy fuertes en algunos momentos
-¿Asi que yo te hice sentir así?- levantó y bajó sus cejas en un gesto rápido, divertido. Ella blanqueó sus ojos y Pietro le robó un pequeño beso - Espero que eso haya sido un sí, printsessa... ¿O debo decir, "moya devuska"?
Tres días normales habían transcurrido, normales exceptuando el hecho de que ahora comenzaba una relación entre Felicia y Pietro, y nadie del equipo sabía. Natasha y Tony habían sido citados hace días por el Secretario Ross: el gobierno estaba considerando juzgar a Steve y Sam por lo ocurrido en Bucarest, y por supuesto, también a Barnes. Eso mantenía a la chica un poco preocupada.
-¿Los gemelos?- inquirió Steve. Estaba charlando con Tony dentro de una pequeña sala vidriada, rodeados por dispositivos tecnológicos y personas expertas en temas relacionados a ello. Se encontraban en las instalaciones usadas por la Inteligencia del Gobierno.
-Están bien. Están confinados en el complejo, Felicia y Visión les hacen compañía.
-Por dios, ¡Tony!- la decepción se hacía presente en el rostro del Capitán Rogers -Cada vez, cada vez que creo que estás haciendo lo correcto...
-Son 40 hectáreas, con una gran piscina, sala de cine- las palabras de uno se sobreponían ante las del otro -Hay peores formas de proteger a alguien.
-¿Proteger? ¿Es así como lo ves? ¡Es prisión Tony!
-¡No son ciudadanos de Estados Unidos, y no dan visas a armas de destrucción masiva!
-Ay por favor. ¿Y qué hay si quieren irse?- la tensión de la situación aumentaba a cada segundo -Pusiste a Visión y a Felicia a cargo de ellos para que no los dejen salir, ¿Pero realmente crees que si se enfrentan, podrán con los gemelos?
-Por supuesto que lo creo- respondió con una notable determinación. Steve se puso de pie bruscamente sin poder creer lo que estaba escuchando.
-¡Son solo niños, Tony!- su voz se elevó, acusadora.
-¡DEJAME EN PAZ!- exclamó enojado. Suspiró, se pasó una mano en el rostro, y luego siguió hablando con la voz entrecortada -Hago lo que se debe hacer... Para prevenir algo peor
-Sigue convenciendote de eso, Tony- asintió Steve con decepción.
Felicia se encontraba leyendo en su habitación antes de la hora de cenar cuando un fuerte ruido se escuchó en la cocina. Bajó corriendo para ver qué sucedía. "¿Quién se cayó ahora?" fue lo que pensó. Pero fue un pensamiento muy alejado de la realidad.
Al dirigirse al piso donde solían cocinar, descubrió un gigante hoyo en el suelo. Al asomarse y ver en el interior, notó la gran profundidad del hueco, así como también la persona que estaba en el fondo.
-¡Visión!-exclamó asustada. Él intentaba sacarse los escombros sobre su cuerpo -Espera, buscaré ayuda.
Gritó a Wanda y Pietro para que intervinieran, pero no recibió respuesta alguna.
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Corriendo | Pietro Maximoff
Fanfiction-¿Tú?- preguntó el chico que ahora apenas la sostenía. Ella casi no lo reconoció. -¿Maximoff? Esta es la historia de Pietro Maximoff y Felicia Clark.