Capítulo 21: Te voy a extrañar

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Dos días, eso es lo que habíamos esperado para asegurarnos que la cura funcionaba, Megan y Enzo no presentaron efectos secundarios, tampoco necesitaron otra dosis y al menos no intentaron matarnos.

Funciona, esta cura en verdad funciona y ahora lo que nos queda hacer es dársela a cuantos zombies podamos, no nos quedaremos de brazos cruzados, no puedo rendirme, no cuanto estoy más cerca de conseguir que el programa f3 desaparezca.

—¿Se sienten bien?

Sé que ya pasaron dos días, pero nunca está de más ser precavidos.

—Sí, al menos ya no estamos encerrados —bromea Enzo.

—Sí, lamento eso, pero era

—Necesario —completa Megan—. Descuida, entendemos los protocolos de seguridad, sabemos que no arriesgarías la vida de las personas que están bajo tu cuidado.

—Rachel es un tanto perfeccionista, es por eso que quiso asegurarse, créanme que cuando yo era uno de ellos estuvo vigilándome todo el tiempo, fue la única que creyó que realmente podía salvarme.

La mirada de Jack me mostraba cuan agradecido estaba conmigo, no hice nada fuera de lo normal, solo intenté recuperar a mi mejor amigo, no importa lo sacrificios que tuviera que hacer, si había una mínima posibilidad de salvarlo, haría todo lo que estuviera en mis manos para ayudarlo; y así fue.

—Siempre habla de mí como si fuera la heroína —comento—. Me alegra que estén bien.

—Significa que la cura funciona, eso es bueno, ¿verdad? —Enzo se veía esperanzado.

Recordé entonces la muerte de las personas a las que les dimos las curas, lo horrible que fue verlo retorciéndose de dolor y vomitando sangre, pasando sus últimos segundos de vida en agonía, después de eso, nada. Terminaban muertos, no era un panorama muy alentador.

—En tanto podamos ayudar a los demás todos nuestros esfuerzos valdrán la pena, no olvidemos eso —habló Jack ya que yo no lo hacía.

—Jack, ¿podrías traernos un poco de agua?

—Por supuesto, ya vuelvo.

Aproveché que no estaba para hacerles un par de preguntas a los chicos.

—Ustedes trabajaban en el departamento de policía de Bridgen, ¿cierto?

Ambos intercambiaron miradas un tanto preocupados.

—Sí. —Respondió Megan—. Entiendo que quieres ayudar a todos, Rachel, y lo más importante es que te quieres deshacer de una buena vez del programa f3, pero de nada sirve que el domo central esté allá si no puedes cruzar ni siquiera la barda, esos zombies acabarían contigo en cuestión de segundos.

—Lo entiendo, no es seguro, pero debe haber otra forma de entrar a Bridgen, la barda se puso solo para tener un control de qué personas entraban a la ciudad y nada más, pero me imagino que no es la única entrada, nunca lo es, ustedes estuvieron ahí ¿cómo puedo entrar?

—En realidad —su hermana lo golpeó con el codo—. ¡Auch!

—Enzo, tú sabes cómo entrar ¿puedes ayudarme?

Megan negó como si su hermano no tuviera remedio y lo dejó hablar.

—Las alcantarillas siempre han sido un método poco convencional para entrar, pero puede funcionar.

—Dios, más alcantarillas no, por favor.

—¿Tuviste mala experiencia con ellas o por qué no quieres entrar por ahí?

—Larga historia, Megan.

—Resúmela entonces.

—Cuando no podía recordar qué es lo que había pasado me encontré con dos personas, Ethan y mi padre, estuvimos juntos escapando de los infectados y haciendo todo lo que estuviera en nuestro alcance para poder llegar al domo, mi padre aseguró que ir por las alcantarillas acortaría la distancia y estaríamos más seguros.

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