Volvimos al domo, no tenía idea de cómo sentirme, mamá murió, dos veces, no la volvería a ver ¿Por qué entonces no estoy llorando desconsoladamente? Supongo que todos llegamos a un punto en donde sufrir ya es debilidad, lo último que quiero es que el resto del equipo me vea siendo débil.
Cuando llegamos vi que una camioneta se estaba alejando, al entrar Joe se acercó con nosotros, había varios chicos cerca de los árboles, jóvenes y adultos.
—Joe, ¿de dónde ha salido toda esta gente?
—¿Los trajo esa camioneta? —pregunta Jack.
—¿Cómo es que la camioneta puede irse sin ser atacada por esos zombies? —cuestionó Ethan.
—El hombre que conducía la camioneta dejó esto para ti, Rachel.
Me entregó un sobre y lo abrí, había una pequeña nota, reconocería esa letra en cualquier parte, era un tanto peculiar.
Te dije que rescataría a más personas, estoy haciendo bien mi trabajo, jefa. No pienso descansar hasta que haya ayudado a todos los sobrevivientes, espero verte pronto, le dejé un pequeño regalo a tu novio.
Te quiero, por favor cuídate mucho y también cuida de estos chicos.
—Alex
—La envía Alex —guardé la nota en mi bolsillo—. Los rescató a todos, dijo que había un regalo para ti, Ethan.
—¿Alex preocupándose por mí? Eso es nuevo.
—¿Qué regalo? —Jack miró a los lados.
—¡Ethan! —gritó la mujer emocionada y corrió a sus brazos.
—¡Mamá! —claro que correspondió el abrazo.
Su madre lo abrazó con fuerza y lo llenó de besos como si se tratara de un niño pequeño, admito que aquella escena me conmovió.
—Estás viva, creí que algo le había pasado a la camioneta en donde ibas, mandé un grupo de rescate la semana pasada, pero no te encontraron, creí que
—No digas nada más, cariño —sostuvo su rostro, su cabello rubio caía a los lados de su cara—. Estoy aquí, no me iré —derramó una lágrima—. Te he extrañado tanto.
—Y yo a ti, mamá.
—Y a ti también, hermosa —se giró para abrazarme—. Gracias por cuidar de mi pequeño.
—A estas alturas ya no sé quién cuida de quién, me alegra verte, Amanda.
—A mi igual, Rachel.
—Seguro que estás cansada. Amor ¿por qué no la llevas a una de las habitaciones del tercer piso?
—Son las mejores —asegura su hijo—. Ven, te encantará.
Y sin más se marchan, aunque por trabajo no paramos, Joe regresa a su puesto, Jack tiene que arreglar algunos dispositivos y yo debo seguir preparando la ruta que tomaremos cuando vayamos a Bridgen, eso y asegurarme que Rebeca no se meta en nuestros asuntos, se ha mantenido al margen, pero no sé cuánto tiempo lo seguirá haciendo.
Horas y horas en el área de comandos, me siento tan cansada que ya ni siquiera distingo las rutas con claridad, hice un esfuerzo por evitar las alcantarillas, pero es imposible, esta es la única opción que tenemos. Me quedo observando el holograma, quizá todas las respuestas que estamos buscando están en Bridgen, este caos realmente puede terminar.
Tocan a la puerta y aparece Joe, luce tan cansado como yo, toma asiento a mi lado y deja frente a mí una taza de café.
—Creí que Ethan estaría contigo —le da un sorbo a su bebida.
ESTÁS LEYENDO
PROGRAMA F3
Science FictionLa ciudad estaba en completa oscuridad, pero ellos no se encontraban solos, Rachel, Ethan y Zach, 3 desconocidos con una cosa en común: el miedo a morir. Deberán sobrevivir a las criaturas de la noche y llegar al domo, un lugar que promete ser su s...