Capítulo 38: Acabemos con esto

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Caos, gritos, humo. Con todo lo que pasaba allá afuera era imposible no despertar, tan pronto lo hicimos Ethan y yo comenzamos a toser.

—Genial y aún no amanece —sigue tosiendo.

—Ethan, concéntrate.

Tomamos nuestras armas y al salir todos corrían de un lado a otro. ¿Qué había pasado? Por suerte Alex nos vio y se acercó con nosotros.

—Se la llevaron.

—¿Cómo que se la llevaron? ¿A quién? —preguntó.

—A Rebeca.

Ah, no, eso no.

—Dije que moriría a mis manos, ¿qué pasó?

—Al parecer estuvimos equivocados al creer que nadie vendría a su rescate, varios de sus guardias lograron entrar.

—¿Cómo dejaron que pasara?

—Ethan, desde un principio se dejó en claro que la estructura del domo no era estable.

Y entonces no fue el hecho de que Rebeca lograra escapar lo que me preocupó, sino lo que pudo haberse llevado consigo.

—Alex, ¿y los tubos? —no podía ni mirarme a los ojos—. ¡Alex!

—Se los llevó también.

—Va a abrir el domo, si esos zombies entran

—Todos moriremos —completa—. Lo sé, un grupo la estaba siguiendo. Pero no supe más de ellos.

—Ethan ve por tu traje.

—Rachel no puedes ir así —soltó Alex.

A diferencia de él, Ethan había regresado por los trajes sin siquiera protestar.

—Mírame.

—Rachel estoy hablando en serio, Rachel —seguía buscando algo—. ¡Rachel! —me sujetó con fuerza del brazo y me obligó a mirarlo—. Quédate, yo iré y arreglaré esto.

—No dejaré que una persona más muera intentando arreglar esto, lo haré yo y no lo pienso discutir ahora, ¿vienes o te quedas?

Intentaba ocultar el miedo, pero si me decía que se quedaba entonces esto se complicaría.

—Voy contigo —respondió más tranquilo—. Siempre contigo.

Ethan aclaró un poco su garganta haciéndonos notar su presencia.

—Si le ves el lado positivo, tendrás a dos chicos bastante capacitados cuidándote.

—¿Eso es un alago, Ethan?

—No te emociones, Alex, solo quiero protección para ella.

—Acabemos con esto de una vez —pedí.

Sentí que lo demás estaba pasando rápido, a penas y nos dio tiempo de ponernos los trajes y todo lo que necesitáramos de comunicación, Jack se encargó de eso, conmigo ya venían varios grupos listos para la batalla, no dejaríamos que Rebeca se saliera con la suya, no esta vez.

Nos apresuramos cuanto pudimos, ya estábamos esperando que Jack abriera la puerta para cruzar los muros, pero Jack se encontraba a mi lado y lo peor es que también tenía un traje puesto.

—¿Jack?

—No es momento para discutir —mencionó sin apartar la vista de enfrente.

Fue Jerry quien abrió la puerta, podía verlo a través del cristal.

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