Capítulo 30: Lluvia

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—Aquí estás —se acuesta a mi lado sobre el césped.

No decimos nada durante un buen tiempo, nos centramos solo en ver el cielo, esperaba ver un bello atardecer, un cielo quizá con diferentes tonalidades de rojo, en cambio todo lo que veo es un cielo gris que empieza a llenarse de nubes negras, el viento helado recorriendo nuestro cuerpo, parece que incluso el clima sabe lo que se avecina, nadie está preparado para esto.

—¿Cómo te sientes?

Creo que Jack es de las pocas personas que en verdad me entenderían.

—Estoy asustada —confieso—. Nunca imaginé que tendría que hacer algo como esto, hasta hace unos meses todo era perfecto, estaba a nada de terminar con entrenamientos, ya estaba lista, tú ya te habías convertido en el mejor de todo el hospital, Ethan estaba conmigo y las cosas empezaban a salir bien para él, ¿qué cambió?

—La vacuna, Rachel, si la hubieran analizado un poco más de tiempo habrían notado que algo estaba mal y nada de esto habría sucedido.

—¿Crees que fue culpa de mi madre? Digo, ella se encargaba de todo eso.

—No, creo que culpar a tu madre sería muy injusto, no toda la responsabilidad debía caer sobre ella, había más personas involucradas ellas también debieron notar la falla. ¿La extrañas?

Suspiré con nostalgia observando como las nubes se movían.

—A veces —era mejor no pensar en ello—. ¿Tú cómo te sientes?

—Igual o más asustado que tú.

—Sabes que no tienes que venir.

—No te voy a dejar sola.

—Porque somos el dúo perfecto —añado con diversión.

—Y siempre lo seremos —sostiene mi mano sin siquiera mirarme—. Vamos a estar bien, no tienes de qué preocuparte.

—¿Cómo lo sabes?

—En nuestra divertida y especial relación siempre he sido yo el optimista, tengo que desempeñar bien mi papel —aprieto aún más su mano.

—Te prometo que obtendré la cura para Jerry.

—Eso lo sé, nunca he dudado de ti —más animado se levanta y estira su mano—. Hay un par de grupos que organizar, tienes que dar el discurso —la acepto y me ayuda a ponerme en pie.

—¿Discurso?

—¿Qué no has visto lo que pasa en las películas? —pone los ojos en blanco—. Necesitas motivarlos para que vayan contigo, no solo se llega a dar órdenes, ellos deben confiar en ti.

Genial, ahora debo pensar en algo convincente.

—¿Desde cuándo te volviste un experto en todo esto? —me crucé de brazos.

—Ya te lo dije, vi demasiadas películas, ahora vámonos o se nos hará tarde.

Llegamos hasta el lugar de entrenamiento y Megan nos ayuda a organizarlos, asignamos tareas específicas a los grupos y nos aseguramos que han entendido a la perfección el plan.

—Grupo B19 —me dan toda su atención en cuanto me escuchan—. Espero que sepan que son una parte fundamental en el plan, además de defensa ustedes se encargarán de transportar las anestesias y las curas de vuelta al domo —pongo mi mano en el hombro del líder—. Enzo, tú estás a cargo, confío en que sabrás liderar a este grupo.

—Gracias por la oportunidad.

—Desearía que fuera en otras circunstancias, pero necesito solo a los mejores, por favor vuelvan a salvo al domo.

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