Capítulo 9

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Cuando llegas al instituto te asombras de que hayas llegado de una sola pieza. El día anterior te lo habías pasado con Seiko, habíais ido de compras lo que se traducía en más de cinco horas de tienda en tienda para que al final ella acabara comprándose lo primero que vio y tú acabaras sintiéndote aún más indecisa sobre tu armario. Y la noche había sido aún peor, después de comprar, tocaba probarse toda la ropa y las combinaciones posibles en casa de tu mejor amiga ya que ella se negaba a utilizar los probadores de las tiendas desde que tuvo un ligero incidente con un niño de 10 años y una cortina, lo que redujo drásticamente tus horas de sueño a 3.

Te sientes como un auténtico zombie, lo único que quieres es subirte al autobús y ponerte a dormir, pero como siempre, una no puede conseguir todo en esta vida, te toca coger la lista de todos los que van a la excursión y empezar a gritar sus nombres en alto y comprobar que se encuentran ahí y suben al autobús. Tu voz suena ronca en tus oídos y sientes la garganta seca, como si te hubieras pasado con el alcohol, no te importa hasta que Seiko te dice, mientras sube al autobús, que tienes voz de camionera, la dedicas una mirada de odio y sigues con tu tarea.

Cuando subes al autobús el panorama no mejora en nada, todos gritan y se cambian de sitio constantemente como si fueran críos de primaria, los esquivas y te dejas caer en el primer asiento que encuentras libre, esperando que Seiko te encuentre y se ponga a tu lado. Apoyas la cabeza en la ventanilla, cierras los ojos e intentas ignorar todo el ruido que hay a tu alrededor.

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El autobús da una sacudida y mueve tu cuerpo hacia el lado contrario a la ventana lo que provoca que tu cabeza caiga sobre algo duro, pero a la vez blando, estás demasiado cansada por lo que optas por no abrir los ojos, simplemente acomodas la cabeza sobre esa superficie, piensas que es muy probable que sea el hombro de Seiko y con ese pensamiento vuelves a perderte en la semi-inconsciencia mientras que llega a ti una esencia a agua de mar y algo más, sabes que has olido esa fragancia antes, pero no tienes suficientes fuerzas para pensar en ello y te dejas llevar por el cansancio.

Cuando decides abrir los ojos, lo que te encuentras no es para nada lo que te esperabas. Ves como unos ojos dorados están clavados en los tuyos y te miran con una sonrisa en el rostro. No puede ser.

-¡Buenos días _____-cchi!. Dime, ¿podría ganarme la vida como almohada si lo de ser modelo falla?

-¿Qué haces tú aquí Kise-kun?

-Lo mismo que tú, voy a un campamento.

-No me refiero a eso-Dices sin levantar la cabeza de su hombro lo que le obliga a él a girar aún más la cabeza para poder mirarte a los ojos desde arriba- ¿Por qué estás sentado aquí?

-No parece que realmente te moleste, es más, parecías muy cómoda mientras dormías, tenías una cara tan serena...¡parecías una muñequita!

-¿Me miras mientras duermo? ¿Qué eres, un vampiro de una novela adolescente?

-Vaya, no se cómo tomarme a eso..si tu pregunta es si brillo al sol...depende del ángulo en el que me pille el cámara.

-No te eches tantas rosas Kise-kun, o te acabarás pinchando.

-Oh venga, no te enfades, solo le hacía un favor a Kasamatsu-senpai, parece que está interesado en tu amiga, pero shh, no se lo digas o seré hombre muerto, literalmente.

-Así que con este secreto me estás confiando tu vida...¿tanto confías en mi?.

-No tienes a nadie a quién contárselo, no me estoy arriesgando mucho.

Levantas la cabeza de su hombro a la velocidad del rayo y lo fulminas con la mirada. Vale que seas una antisocial, pero eso no era razón para que él te lo echase en cara. Parecía que Kise era así...podía ser amable en un momento y volverse cruel al otro, o simplemente no sabía el efecto que esas palabras tenían sobre ti, te esforzabas tanto por que parezca que no te importaba estar sola que finalmente todos se lo habían creído antes que tú misma.

-Podría contárselo a Seiko...

-Pero ella no haría nada por aparentar que lo sabe, porque no querrá causarme problemas.

Lo miras atónita.

-¿Hace cuánto que lo sabes?

-¿Que le gusto?...hace bastante tiempo, ella no se molesta en disimularlo.

-¿Quieres bajar la voz!?

-Nadie no está escuchando ____-cchi.

-¿Pero y si lo oyen sin querer?

-Te preocupas demasiado.

-Y tú eres demasiado despreocupado.

-¡Así que ____-cchi también tiene una faceta protectora!

Suspiras y te acomodas en tu asiento mientras que coges tu móvil y los cascos, esperando que él se enterase que habías dado por finalizada la conversación.

Te pones los cascos y levantas las piernas para luego doblaras y colocarlas debajo de ti quedando así sentada sobre tus muslos y tobillos. Tenías una manía a la hora de sentarte, siempre tenías que tener al menos una pierna debajo de ti o no te sentías cómoda. Crees que finalmente has conseguido encerrarte en tu burbuja y dejar a Kise de lado, pero te equivocas.

-¿Qué escuchas ____-cchi? -Dice mientras te quita un casco y se lo coloca.

-_______, no creo que te guste.

-¡Pero es genial! No sabía que te gustaba este tipo de música.

-Hay muchas cosas que no conoces de mi.

-Es verdad, y será muy entretenido irlas descubriendo poco a poco.

No dices nada mientras subes el volumen.

-¿Pasa algo si ahora soy yo el que apoyo la cabeza en tu pecho?

-¿No tienes aspiraciones en la vida? ¿Tan rápido quieres morirte?

-Vale, vale, me cobraré ese servicio más adelante.

-¿Qué servicio vas a cobrarte?

-Las almohadas no son gratis.

-Deberías dedicarte a las finanzas en vez de ser modelo.

Kise no dice nada más, pero si se acerca más a ti por lo que vuestros hombros entran en contacto, sientes una punzada de dolor, pero te resistes, ya habías tenido hace dos días una discusión con Akashi sobre tus moratones y habías quedado totalmente agotada después de eso, no quieres tener que hacer algo parecido en un futuro próximo, además, ese simple contacto, tan inocente, te llena de una calidez inexplicable.

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Cuando finalmente llegáis al campamento te sientes mucho más descansada que cuando saliste de tu casa, no sabes si se debe al rato que estuviste durmiendo o simplemente al efecto relajante que acabas de descubrir que Kise tiene sobre ti.

Miras por la ventana y ves otros siete autobuses aparte del tuyo y te preguntas si realmente hay habitaciones suficientes y lo suficientemente grande para toda la gente que estaba allí.

Te bajas del autobús y recoges tu maleta y tu mochila además de ayudar a Seiko a bajar las suyas y os dirigís hacia el capitán de vuestro equipo.

Miras a tu alrededor y cuando finalmente encuentras a tu hermano alzas tu brazo y lo saludas energéticamente y sonríes. Shojo no había pasado por casa desde que te rompió el labio, sabías que se sentía culpable, así que querías demostrarle que estabas bien, que no había sido gran cosa. Lo miras y él te sonríe ligeramente y te saluda con una inclinación de cabeza, ves como sus compañeros de equipo te miran , sonríen a tu hermano y le dan algún que otro codazo amistoso, él se limita a mirarlos con una mirada más afilada que un escalpelo.

Vuelves a mirar a tu mejor amiga cuando ella te da un apretón en la mano y te indica con la cabeza que te muevas. Entráis en el campamento que va a ser vuestra casa en la próxima semana y respiras profundamente mientras rezas para que todo salga bien y que no haya ningún imprevisto.



KnB y tú.// Kise Ryouta x Reader.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora