Todo iba muy bien en mi vida.
Además hoy estaba de aniversario con Jules después 7 meses juntos.
Aunque no le daba mucha importancia a esa fecha, decidí hacer algo especial para ella.
Planeé todo un día para los dos.
Tal vez no sea algo material pero por lo menos hará que su corazón recuerde el sentimiento de ese día.
Me preparé desde las 6 de la tarde, con una vestimenta algo casual.
Me dirigí a su casa.
Y vi que estaba en su puerta esperándome con un vestido que hacía que se viera más hermosa que cualquier otra chica.
-¿Qué soy yo una simple espina al lado de las más hermosa de las rosas?- Le digo mientras le entrego un ramo de flores.
-Alguien llegó muy confiado ¿Qué tienes en mente para hoy?- Me pregunta.
Siempre busco que se quede con la duda hasta el final.
-¿Confías en mi?-
-Por supuesto-
Le vendo los ojos y trato de guiarla con mi mano, ella dudó al principio, pero aceptó.
Mientras nos reíamos por el camino. Parecíamos par de raros por la calle, pero a la mierda lo que digan los demás, yo estaba pasándola bien con ella. Me abraza cuando se sentía miedo pensando que se iba a golpear con algo.
No tardamos mucho en llegar al lugar.
-Ya puedes quitarte la venda- Le digo esperando su reacción.
Se podía notar un pequeña sonrisa mientras se sonrojaba.
Había rentado toda la Rueda de la Fortuna para nosotros dos.
Nos subimos mientras ya tenía preparada otra sorpresa. Pero esa sería para terminar la noche con broche de oro.
Disfrutábamos del pequeño paseo viendo las hermosas estrellas que posaban en el cielo.
-Este es el paseo de nuestra vida-Le decía mientras colocaba mi brazo en su hombro.
Solo disfrutaba de la brisa en mi cara y el sonido del romper de las olas.
Al terminar con el paseo de la rueda de la fortuna, nos dirigimos a una cabina de fotos.
Hacíamos cualquier cara boba.
Pero nos divertíamos.
Tomamos más de 15 fotos, me guardé algunas para mí.
-Ven, sígueme- Le tomo de la mano.
La dirigí a un camino con pétalos en el suelo que hice en el muelle.
Ella plantó su mirada en mi cara y yo igual.
-Aquí nos conocimos y fue aquí donde se chocaron nuestros caminos
- Digo tomándola de la cintura con suavidad.Acercamos nuestros labios bajo el brillo de la luna. Sus boca rojiza era tan suave como el algodón de azúcar.
Parecía una noche perfecta.
Hasta que recibí una llamada.
Aproveché que Jules se estaba separando un poco.
Le dije que iba a preparar algo, para poder contestar
Parecía que era un número desconocido.
-Hola, ¿quién es?-
-Hola Mart, soy Antonella-
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La Relatividad del Amor
Romance¿Tiempo? Acaso tienes tiempo para visitar ha alguien, que probablemente ya ni recuerde el color de tus ojos. Tantos viajes y el camino sigue avanzando. Igual que el tiempo, nunca se detiene y tampoco te espera. Dime ¿Disfrutaste la última vez que es...