14. Perder

17 6 0
                                    

Antonella.

Mi única amiga que me visitaba era gema. Me ayudaba con mis problemas y me consolaba.

Me decía que saliera para conocer más personas.

—Vamos An, solo es una fiesta— Trataba de convencerme, sé que sus intenciones son buenas, pero no sus formas de realizarlas.

—Gema no quiero—

—Te vas a divertir te lo prometo— Seguía insistiendo.

¿Por qué tiene el afán de que salga?

—Esta bien— Me rindo sabiendo que no iba a parar de insistir.

Nos arreglamos una hora antes.

La fiesta era en la casa de un amigo de Gema.

Eran las 10 de la noche y estaba con grupo de amigos con amigos de Gema.

Yo tenía un cóctel, los demás estaban jugando Beer Pong.

Me invitaron a jugar

Por supuesto me negué, pero yo no se qué tienen las personas con obligarme hacer cosas que no quiero.

Me senté un sillón mientras pasaban las horas, solo podía ver a las personas bailar.

Después de tomar otro de par de cócteles me sentía un poco mareada.

Pasaron varias horas y ya había perdido a Gema.

Le mandé mucho mensajes pero no contestaba.

La llamaba pero no tenía muy buena cobertura.

—Hola, ¿Qué hace una chica tan hermosa sola?— Se me acerca un chico de cabello castaños y con un chaleco marrón.

—Lo siento estoy buscando a mi amiga, no puedo perder tiempo— Mientras me alejo de él.

Me sujeta mi brazo con fuerza

—Yo te puedo ayudar a buscarla— Me mira fijamente.

—No prefiero buscarla sola—

—¿Enserio harás que te lo ruegue?— Me empieza a lastimar el brazo.

—Yo ni te conozco y así que mejor fuera de mi vista— Como siempre poniendo resistencia.

Trata de acercarse a mi colocando unos de sus brazos en la pared.

Le doy un empujón para quitármelo de encima.

Pero el tipo ese no se cansaba.

Le pedí ayuda a los amigos de Gema que me alejaran de ese sujeto.

Que al final lo terminaron lo terminaron echando de la fiesta.

Salí de la casa para tomar un poco de aire y conseguí a Gema sentada fuera de la casa.

Estaba pasada de tragos.

Sentadas las dos juntos viendo el cielo, apreciando la belleza de las estrellas.

Ella se acostó en mis piernas, mientras le acariciaba el cabello.

Me di cuenta del chico que perdí

Margot.

Seguro en este momento estaría con él leyendo y compartiendo distintas ideas.

A veces lo extraño.

La Relatividad del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora