33. Dolor

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Ella entreabrió la puerta, solo se le veía su carita hermosa y tenía una camisa gigante juntos con un short.

-¿Margot qué haces a esta hora aquí?- Me pregunta.

Ya la lluvia estaba empeorando y se colocaba más fuerte.

-Primero, ¿Puedo pasar? Es que por si no lo notas está lloviendo-

No sé que más razones necesitaba para entrar, pero ni me dirigió la palabra.

-No puedo- me dice ella dejándome con dudas.

Yo no podía comprender por qué dijo eso.

-¿Por qué?-

Se queda en silencio, hasta que me golpeó con su comentario.

-La verdad ya no quiero que vengas a esta casa- Responde.

Empañado por la lluvia y con esos pensamientos ya podía decir que esta no iba hacer mi noche.

-Me vine desde mi casa con lluvia y con todo en mi contra para disculparme ¿Y ahora me dices me largue?-

Estaba molesto porque hice un gran esfuerzo para recibir una patada.

-Ya no podemos estar juntos- Ese fue el comentario que me noqueó mente.

Ya la noche iba de peor a fatal.

-¿Por qué me haces esto?-

Las gotas camuflan mis lágrimas.

-¡Ten el valor de mirarme a la cara y decirme el por qué!- digo dejando escuchar mi voz cortada y con el nudo en mi garganta me dejaba sin aire.

-Me interesa alguien más, ¡Entiende!-

Lo último que me faltaba escuchar de ella.

-Lo siento Margot, lo conocí en aquella fiesta a la fuimos. Estábamos bailando y me dejé llevar más de lo normal-

En ese momento quería que la lluvia me llevara por una canal.

Todos mis pensamientos desaparecieron junto con mis disculpas.

-Margot tal vez no es lo que esperabas escuchar, pero tienes que entender no podemos estar juntos-

-Eso lo tengo muy claro, tu eres muy sociable y yo soy todo lo contrario- Interrumpo su palabras.

Quito la miraba de su rostro y la enfoco a los charcos que se generaban por la lluvia.

-Mejor quedemos así- Me dice

Eso me molestó aún más. Ella cree que podemos quedar bien después de lo que hizo

-Claro que es mejor así, prefiero estar solo, que tener tu mala compañía-

-Piensa lo que quieras Mart, ya no me importa nada de lo que me digas-

-¿Pensar? ¡Yo pensé que eras lo que querías !- Expulso las palabras de todo mi cuerpo. - Obviamente pensé mal-

Y luego me terminó de evaporar toda la sangre al escuchar una voz conocida.

-¿Por qué tantos gritos cariño?- para mi sorpresa, era el chico de la fiesta. Lo que faltaba.

-¿Sabes qué? Se feliz con quien quieras, ya me rindo- Digo mirándolos a los dos.

-Pues lo seré- Dice destruyendo lo que que habíamos formado desde el verano.

Agarro mi skate, pero aún necesitaba decir algo más.

-Antes de irme, gracias por nada y de nada por todo-

Me alejé con lluvia, charcos, lágrimas, pero lo peor es que me fui con un dolor en el pecho.



La Relatividad del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora