Ese no fue el único día que nos vimos.La visitaba una vez a la semana y en algunas ocasiones dos veces por semana.
Aunque costaba mucho porque ella vivía en otra ciudad, valía la pena, solo me bastaba una tarde con anto para olvidarme de lo malo.
Nos sentábamos en su árbol donde se posaba a leer.
Yo le tomaba fotos mientras leía, ella tomaba mi cámara y empezaba a tomarle fotos al cielo, quedaban mejor que las mías.
A veces iba a su casa para ayudarla con algunas tareas de la prepa o simplemente íbamos al parque.
Continuamos con esa rutina por varias semanas, y todavía no me cansaba de verla. En algunas noches me llamaba para mantenerlos al tanto de la vida del otro.
Un día cuando estaba acostado en su cama con un libro en la mano, me soltó una pregunta.
-¿Eres feliz con Jules?-
Yo sé que he tenido varios problemas con Jules pero me siento muy bien con ella.
-Feliz no, pero ella es una gran chica y me gusta tenerla a mi lado- Le respondo.
No necesitaba estar con Jules para ser feliz, ya que la felicidad es algo relativo en mi vida. Jules tiene un espacio en mi corazón, donde no lo ayuda a bombear y tampoco lo detiene, solo se vuelve amiga de él.
Yo no hablo mucho del tema de Jules con Antonella porque no me tan relevante.
Esa tarde estaba muy tranquila.
Solo éramos ella, yo y una limonada, porque hacia mucho calor.
-Oye, ¿Te quieres colocar mascarillas? O daña tu masculinidad?- me pregunta
Yo no tenía problema con eso, además me gustaba como me dejaba la piel suave.
-Esta bien-
Ella empezó a esparcir la máscara con sus manos suaves, haciendo pequeños círculos en mis mejillas.
Lo mismo hice con ella.
Nos tomamos varias fotos.
-Puedes quedarte con todas las fotos que quieras- le digo entregándole las fotografías.
Me miró y me abrazó.
Después de eso nos sentamos a ver una película y como si el destino quisiera que tuviéramos el día perfecto estaban pasando nuestra película favorita. Antes de verla bajamos a preparar bocadillos para disfrutar.
Ella preparó las palomitas y yo estaba tratando de cómo aprender hacer galletas.
Me ayudó a batir la mezcla, mientras prendía el horno. Al terminar de esperar a que el horno estuviera listo las colocamos a hornear y seguimos haciendo otras cosas. Pero como somos muy idiotas se nos olvidó ponerles azúcar.
Yo estaba haciendo las bebidas, pero me cayeron por culpa de antonella que me estaba haciendo cosquillas.
Subí a ver si ya la película había empezado.
Eran como las seis de la tarde y tenía mi teléfono apagado.
-¡Mierda, Las galletas!- Grité.
Cuando bajé pude ver que las galletas ya se habían quemado.
Al final tiramos las galletas a la basura.
Solo fue un desperdicio de tiempo.
Bueno Antonella y yo terminamos de ver la película con las palomitas y las bebidas que se lograron salvar.
Y así terminé uno de muchos días que tenía con ella.
Cuando me despedí le dejé las fotos de nosotros y yo me quedé con las del cielo.
Ya al despedirme encendí mi teléfono que ya tenía batería y se me bajó la presión al ver varias llamadas perdidas de Jules.
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La Relatividad del Amor
Romance¿Tiempo? Acaso tienes tiempo para visitar ha alguien, que probablemente ya ni recuerde el color de tus ojos. Tantos viajes y el camino sigue avanzando. Igual que el tiempo, nunca se detiene y tampoco te espera. Dime ¿Disfrutaste la última vez que es...