Tiempo

236 33 18
                                    

Cuando uno está en el clóset, siente que todo lo que dices o haces es para salvarte, para protegerte, pero cuando te detienes a pensarlo, lo único que pasa es que te lastimas en tu interior, y a las personas que están a tu alrededor.

Después de haber dado la declaración que di, ví lentamente la mirada de Diana Verónica apagarse, su sonrisa desvanecerse, y podría jurar que incluso una lágrima que ella secó inmediatamente con las yemas de sus dedos,no fue sino al cabo de unos minutos que me miró a los ojos y se fue de allí, desconcentrandome por completo, pues solo esperaba que terminara mi canción para poder ir a verla, necesitaba explicarle, ya no me importaba el público.
Corrí por todos los pasillos, dejando a un lado a toda la gente que allí transitaba, solo mi tacón retumbando en el piso, fui a mi camerino, pero ya ni sus cosas estaban allí, corrí con el corazón a punto de salirse hasta el estacionamiento en dónde seguramente ahí estaría ella, no me equivoqué pues estaba cerrando la cajuela de su auto, pasando un Kleenex por sus ojos, supongo que aún ahogando su llanto.

-Diana.- grité con toda la voz que salía de mi

Y ella al escucharme se giró, pero sin caminar hacia mi, solo estática, con los brazos cruzados y los ojos cristalizados.

-Diana.- volví a decir con menor intensidad al estar frente a ella.- Lo que pasó allá.- tragué saliva intentando recuperar el aliento.- Yo no... Es complicado ¿Sabes? Es que...
-No entiendo lo complicado.- me interrumpió ella.
-Tu tienes un esposo, y bueno yo no puedo decir así como así que estoy enamorada de una mujer.- continúe diciendo de la manera más armoniosa que pude.
-Eso lo entiendo,pero pudiste haber contestado diferente, pudiste haber evadido la pregunta, es más si hubieras dicho que estabas enamorada de alguien aunque hubieras omitido mi nombre yo lo habría entendido.- dijo notablemente exaltada.
-Perdóname te juro que ni siquiera pasó por mi cabeza, me precipité a contestar y...
-Es como si me hubieras borrado de tu vida, es como si yo no te conociera y me doy cuenta de que es así, no te conozco pues la Ana de la que yo me enamoré odia las mentiras es sincera, cuida su vida personal, y está.- dijo bajando un poco la voz y mirándome de arriba hacia abajo.- solo le importa el que dirán, pero no le importó salir de mi casa por una ventana siendo que cualquiera la pudo haber visto.

Ni como refutar esos argumentos, la había herido de la peor manera, y todos los que alguna vez hemos tenido un amor así, sabemos que duele. Me veía con enojo y frustración, incluso más lágrimas salieron de ella, y por un instante no me fijé si alguien nos estaba escuchando.

-¿Qué puedo hacer para que me perdones? Yo de verdad lo siento tienes toda la razón pude haber contestado cualquier cosa.- volví a decir con un nudo en la garganta.
-Vamónos Ana vámonos lejos, yo misma dejo todo ahora mismo si tú me lo pides, solo te pido llevar a mi hija conmigo lo demás no importa.- habló tan rápido que lo que decía era enserio, incluso su mirada de había iluminado, y nunca lo hubiera imaginado pues ella no es así de arrebatada como suelo ser yo.

Ella se abalanzó hacia mi para besar mis labios, y yo en un movimiento reflejo si un paso hacia atrás bajando la mirada.

-Yo te amo Ana.- dijo ella limpiándose una lágrima.- pero veo que para ti solo soy una más de tus conquistas.
-No Diana no es así.- dije tocándole sus brazos.
-Puedo decir que yo todo te lo di hasta ya estoy...- hizo una pausa.- Espero que comprendas cuando te digo que sea lo que sea que tuvimos se acabó.- sentenció mirándome a los ojos y abriendo sus brazos para que yo dejara de agarrarla.
-No puedes estar hablando enserio yo te juro que te amo eres todo lo que podría querer en alguien, eres inteligente,linda, y esa sonrisa discreta que haces cada vez que te miro a lo lejos me mata y...yo adoro a la niña verte como le dedicas todo tu tiempo es admirable por favor.- dije acercándome a ella.- Dame otra oportunidad
-Ya te dije que yo dejaría todo por ti, pero creo que eres tú la que necesita pensar si todo eso que dices que te gusta de mi es lo suficiente como para empezar algo serio más allá de lo que tenemos ahora.

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora