*Narra Ana*
Viernes, todos soñamos con llegar a este día descansar de todo, alejarse de lo que nos estresa, a menos que tengas curiosidad de algo quisieras saltarte el fin de semana para que vuelva a ser viernes.
Me encontraba en plena tarde del sábado sentada en la sala con los pies descalzos arriba viendo a detalle el bordado cuidadoso del pañuelo de Diana, “Diana Verónica" que nombre tan único tan imponente pensé, el pañuelo era de un color beige muy clarito, y las iniciales estaban bordadas con un color amarillo aún más claras, en el centro había quedado marcado el beso que me había dejado y que limpié, tendría que lavarlo con mucho cuidado para devolverselo.
-Señora señora.- volvió a interrumpir mis pensamientos la señora que me ayudaba en el hogar.
-¿Ah qué pasa?.- pregunté mirándola volviendo en mi.
-Afuera está el señor.- bajó un poco más la voz.- Muñiz ¿Le digo que pase?Ese hombre siempre me tomaba por sorpresa, no me decía cuando venía, y la mayor parte de las veces me ilusionaba, pero ahora estaba en un momento tan de paz conmigo misma que siendo sincera no me apetecía.
-Ay.- dije a modo de remilgo.- Dile que...
-¿Que mi chaparrita?.- dijo Coque entrando en la sala interrumpiendo y dejándome sin opciones.
-Que pase obviamente querido.- dije sonriendo fingidamente.- Puedes retirarte, tomate el día.- le dije a la señora del servicio e inmediatamente salió.-No te esperaba hoy dije poniéndome de pie para saludarlo.
-Bueno pues aquí estoy ¿Recibiste mi arreglo ayer?.
-Deberías decirme cuando vengas y si muy precioso gracias.- me acerqué a saludarlo de beso.
-Si te lo dijera sería predecible y creo que te gustó porque soy espontáneo.- volvió a decir arrogante.Nuestra relación era extraña, no éramos nada oficial, para él yo no era nada enserio y por aquel tiempo yo solo deseaba un hijo, cosa que solo los hombres podían dar.
Al principio solo éramos esa clase de amigos especiales, y nada lo tomábamos enserio, el problema fue cuando me enamoré y confundí unos instantes de diversión juntos con una relación que si tuviera algo que ofrecer.-¿Bueno me quedo aqui a platicar o podemos ...- comenzó a acercarse más a mi.
-Amm bueno de hecho hoy no puedo.- dije alejándome mientras acariciaba mi cabello.
-¿Porqué te pasa algo?.- preguntó sacado de onda.
-Bueno es que... Ando en esos días si si.- lo cual era mentira pero así no insistiría.
-Lo lamento chaparrita entonces no hay más que hacer.
-¿Te marchas?.- pregunté tratando de disimular mi felicidad.
-No por supuesto que no también eres mi amiga.- dijo arremangando sus mangas.- te invito a comer vámonos.
-¿Enserio?.- estaba atónita.
-Si ven yo voy por tu bolso.Siempre dejaba mi bolso en una mesa que ponía en la entrada, me gustaba que estuviera lista con cualquier cosa que ocuparía, la tomó y me abrió la puerta del auto, todo era muy extraño para mí, pero agradecía enormemente que me tratara así.
-¿Y que tal todo que tal tu trabajo?.- preguntó mientras manejaba.
-Pues todo muy bien ando en ensayos para nuevos conciertos.
-Ah muy bien.- dijo un poco desconcentrado
-¿Y tú?
-Pues ya sabes viendo que onda con mi carrera.- era curioso como siempre que giraba el volante juntaba las cejas.- Mi papá sigue molestando con que a mí edad era más famoso,¿Traes cigarros?.- me preguntó
-¿Te ayudo en algo?.- abrí mi bolso y le ayudé a encender el cigarro.
-No no te preocupes.- me miró unos segundos y después puso su mano en mi pierna.- Solo no lo menciones.Seguimos en silencio el resto del camino, y veía como se consumía rápidamente el cigarro, sin duda estaba bajo presión.
Comimos en un restaurante de la Condesa, solía ser muy gracioso, por lo que la comida me fue muy amena.-Entonces cuado yo te Vi dije que chinita tan curiosa.- dijo él.
-Ey porque.- dije riendo de su anterior chiste
-Porque nadie me había visto como lo hacías tú.- dijo seriamente mientras veía su copa de vino y yo sonreía a medias.
-Vaya vaya.- interrumpió una voz de señor mayor e imponente.
-Donde Jorge.- dije bajando la mirada.
-Que tal Ana ¿Cómo estás?.- me devolvió el saludo.-¿Que no deberías estar en...
-Si papá se supone pero bueno preferí venir a comer con Anita.- interrumpió Coque a su padre con tono molesto.
-No te voy a durar toda la vida para andarte haciendo citas con las disqueras Coque espero que la buena compañía de Ana te haga madurar.- nos sonreímos mutuamente.- Les dejo disfrutar su comida.- sentenció y se fue.