¿Cómo se puede saber que tus gustos son “diferentes"?,¿Cómo evitar sentirse mal tan solo de pronunciar aquella frase?,creo que en el fondo uno lo sabe siempre, basta con mirar en retrospectiva y darse cuenta que siempre miraste a las mujeres, y no lo aceptabas por lo que se te imponía: hombres, hombres, pero ninguno te llena, ninguno te pone lo suficiente feliz, y es que claro a veces te llena de vanidad o sentimientos bonitos por nombrarlos, pero nada comparado a lo que me hacía sentir Diana, el nervio de saber que decir, las ganas de hacerla reír una y otra vez solo para contemplar como a arrugaban sus ojitos, sentir su cercanía en un abrazo y notar como se erizaba la piel, buscar el mínimo acercamiento y a la vez ponerse nerviosa por ello, eso sino se llama atracción entonces no sé cómo se le nombre.
Le conté con lujo de detalle cada acontecimiento desde que la conocí, incluso va mirada que nos mandamos o que así yo interpretaba y no pude evitar esbozar una sonrisa mirando hacia el techo con la mirada iluminada y el rubor por cada centímetro de mi rostro mientras mis manos se movían sin control y mi voz producia cierta agudeza, por primera vez salían libres mis verdaderos pensamientos aquellos que guardaba y reprimía y al estar a lado de Alberto quién me veía con ternura y emoción me hacía sentir segura como si no pudiera ser juzgada.
Ahí fue cuando comprendí porque alguna gente cuando “sale del closet" como coloquialmente se dice, llora, y es que es como una olla de vapor, es tanto el sentimiento reprimido que explota y no queda más que sacarlo con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos.-Y no se cómo hacer para estar cerca de ella, no hay motivo aparente.- terminé por contar mi relato mirando hacia abajo.
-Bueno ya la invitaste a tus shows eso es un paso.
-Si pero no sé si vaya.
-Mira Lupita yo digo que si irá por lo que me has contado todo lo que te ha dicho lo ha cumplido, el único detalle que veo aquí es que su esposo trabaja para ti.
-Ni que lo digas.- puse mis manos sobre mi rostro.
-Ya ni la haces Lupita habiendo tantas mujeres.- dijo sarcásticamente.
-Ya lo sé aparte Mario siempre ha Sido un trabajador muy leal, dedicado claro que no se merece que yo miré con otro interés a su esposa.
-La verdad ahí yo no lo veo mal porque ¿Quien dice que ya toda la vida estarán casados?, No no mija hasta que no veamos que la tal Diana no da indicios de batear tus proposiciones o que no le rechina no daremos por perdida está posible relación.
-¿Y que hago?
-Primero ser más “amigas".- puso énfasis en la última palabra.- y no hagas que su esposo sospeche no no porque ahí si valemos madres.Las palabras de Alberto retumbaron en mi cabeza una y otra vez, y es que tenía razón en cierta forma, no era definitivamente que estuvieran casados toda la vida.
El fin de semana pasó y mis conciertos llegaron, el primero fue en Guadalajara, mis técnicos estaban vueltos locos y mientras me maquillaban yo hacía ejercicios de vocalización para calentar la voz.-¿Interrumpo?.- preguntó dando pequeños golpes a la del camerino Diana con una sonrisa.
-Diana.- exclamé al verla, haciendo a un lado a mi maquillista y poniéndome de pie hacia ella.
-Perdón señora Ana le dije que estaría ocupada pero quiso venir a saludarla.- intervino Mario quien estaba a un lado de ella.
-Para nada todo lo contrario me alegra que haya venido.- dije mirándola directamente haciendo que ella bajase la mirada.
-Te traje un pequeño detalle.- volvió a decir Diana acercándome una rosa.
-No era necesario.- al tomar la Rosa una vez mas nuestros dedos se encontraron.- muchas gracias.- olí la flor cerrando mis ojos para volver a mirar a Diana quien me veía expectante.
-No hay de que.
-Me ha encantado la flor...pero también que vinieras.
-Primero llevarte una rosa en cada show que me sea posible.- me guiñó un ojo.
-Bueno será mejor que nos vayamos no queremos interrumpir.- volvió a decir Mario aclarandose la voz y haciendo que nuestro contacto visual se rompiera.
-Mario ponla en primera fila para que pueda ver el show por favor.
-No cómo crees...
-Eres mi invitada especial.- interrumpí a Diana tomándola de la mano con fraternidad.