¿Algún vez han estado tanto tiempo debajo del agua?, Una sensación rara no hay ruido solo se está uno solo en completa calma, a veces quisieras quedarte allí y no volver a la superficie llena de problemas.
Así me sentía yo, con ganas de no denotar con mi rostro algún gesto negativo, pero sentía ganas de echarme a llorar, veía como Diana estaba rebosante abrazada a Mario quien la llenaba de pequeños besos por todo el rostro provocando la risa melódica de ella que tanto amaba escuchar y que solo en esa ocasión no la disfrutaba como solía.
Me quedé de pie a unos pasos de la cama pellizcando mis dedos para inconscientemente distraer a mi mente, dejé salir un suspiro y me dispuse a caminar hacia la salida era claro que yo sobraba en aquel momento.-Ana ven.- gritó a mis espaldas Diana emocionada.- no te vayas mujer ven.
-Creo que es un momento que deben disfrutar juntos.- dije tomada del marco de la puerta.- como...esposos.- sentí un golpe en el corazón al escucharme decir eso.
-Para nada señora Ana no sabe lo importante que es para Diana además sin usted tal vez nunca se me hubiera pasado por la mente que bueno... Ella estaría embarazada.- dijo Mario pidiendo que me acercara también estaba emocionado, se veían sus ojos llenos de lágrimas contenidas de felicidad.Era tanta su insistencia y felicidad que se veía mal que yo tuviera cara de funeral, así que me acerqué tratando de poner la mejor sonrisa, Diana me sonreía y se ponía de pie de la cama abriendo sus brazos extendidos, en los cuales yo me dejé caer rodeando todo su cuerpo extendiendo mis manos por su espalda, impreganandome de su olor, sintiendo el calor de nuestros cuerpos y una seguridad al estar con ella, era como si todo estuviese bien, ella no paraba de reír y yo controlaba mis manos para no acariciar su cabello, cerré mis ojos, y acomodé mi cabeza sobre su hombro.
-Bueno las dejo que hablen y se emocionen como hacen las mujeres.- dijo Mario saliendo de la habitación con una sonrisa.
Eso no impidió que Diana y yo nos siguieramos abrazando por un rato más.
-¿Y como te sientes?.- pregunté al fin soltandola de mis brazos, acariciando con mis manos los de ella quedando tomadas de las manos, ella suspiró con tranquilidad.
-Pues que te digo.- se encogió de hombros.- no lo puedo creer quisiera gritar quisiera llorar, quisiera bueno tengo que decirle a mi madre y bueno no sé simplemente no lo puedo creer.- hablaba con rapidez dirigiendo su mirada a todas partes, no dejaba de sonreír y en lugar de soltar mis manos, cuando se emocionaba más las apretaba, y yo no dejaba de sonreir por ella, no importaba que no tuviera ganas ella provocaba eso en mi, al fin dejó de hablar y me miró a los ojos con una media sonrisa.- Pero...
-¿Pero?.-hizo una pausa bajando la mirada sentandose en la cama nuevamente.- Tengo miedo.- dijo con voz queda mientras subía de nuevo la mirada.De mi salió una sonrisa, evocando en mi una ternura como jamás había experimentado, tenía a una gran mujer que estaba feliz y de pronto se sinceraba conmigo de la nada, realmente había preocupación en su rostro, me senté junto a ella.
-¿A qué?.- pregunté en tono amable
-Siempre supe que llegaría el momento en que quedaría embarazada y estaría casada y está pasando como...
-Como nos dijeron que pasaría.- terminé la oración por ella dirigiendo la mirada a otro punto y recordando que así era como se nos decía.
-Si, justo eso y es hermoso claro pero tengo miedo de no saber criar a esta vida, tengo miedo de perderlo tengo miedo es una responsabilidad mia.- volvió a decir encogiéndose de hombros pero a la vez denotando que dejaba salir un gran peso.Yo no era madre aún ciertamente, no sabía cómo a sentía estar en esa posición, solo sabía lo que solían decir las madres. Respiré hondo puse mi mano sobre su rodilla y con la otra levanté su mentón.
-Mírame Diana.- dije.- ninguna mujer sabe cómo ser madre,creo que tenemos una noción de que es lo que se debe y que es lo que no, pero a ciencia cierta no hay una manera correcta más que lo que tú consideres que es correcto.- se percató de dónde tenía puesta mi mano y aunque sentí el rubor subir hasta mis mejillas decidí seguir actuando natural.- y no estás sola, Mario estará contigo y tú madre supongo que querrá aconsejarte, y estoy segura que cuando sostengas en tus brazos a...- se iluminó mi mirada mientras miraba su vientre aún plano.- ese hermoso bebé verás que todo está bien, todo estará bien.- fue solo un instinto pero con todo el tacto puse mi mano sobre su estómago, sintiendo un cosquilleo en la mano al hacerlo.- y yo también estaré para ti para lo que necesites.
- Ana.- dijo con lágrimas en los ojos.- me alegra tenerte tanto en mi vida.
-A mi igual muchacha.- se acercó para abrazarme nuevamente, esta vez ella se acomodó en mi hombro y yo en un abrazo dejé todo el amor que sentia en ese instante.- a mi igual.- repetí en un susurro.*Algún tiempo después*
-Ay mija muy agusto tu compañía estos días y todo pero ya mejor cuentame que haces una noche de viernes con tu Amiguis y no saliendo con la mujer que me habías platicado la otra vez.- dijo Alberto dándose una palmada en su pierna
Lo cierto que habían pasado solo algunas semanas desde la noticia del embarazo de Diana, pronto todos mis trabajadores comenzaron a felicitar a Mario, y poco a poco al ver cómo a unían más como matrimonio yo me alejé de Diana, después de todo yo no tenía porque arruinar su felicidad por algo que ahora comprendía nunca podría llegar a ser nada, más que un amable recuerdo que quizá me hizo conocerme a mi misma.
-Bueno ¿Acaso no puedo pasar tiempo con mi mejor amigo?.- dije tratando de evadir su pregunta.
-No me digas que te le declaraste.- exclamó poniendo una mano sobre su cara a modo de burla.
-No no nada de eso.- respondí aliviada
-¿Es mega hetero?
-Bueno si...pero no no nada de eso.
-Ay ya mija dime qué no me voy a pasar toda la noche adivinando.- reí pues era cierto quizá en parte me haría bien contarle a alguien lo que pasaba.
-Esta embarazada
-¿Que? No.- exclamó con sorpresa.- sssss eso no lo veía venir
-Ni yo para ser sincera.- le di un giro a mi vaso viendo como el hielo de mi bebida que se deshacía golpeaba el cristal.- pero creo que era algo obvio que pasaría en algún momento ¿No?.- pregunté irónica levantando mis cejas y dando el sorbo más largo para acabar mi bebida.
-¿Y que sentiste?.- cambió a un tono más serio Alberto al ver que mi semblante era de una profunda tristeza y desilución.
-Pues si me dolió, siento que íbamos tan bien, ella iba a cada show la veía emocionarse y el día que faltó bueno...Mario
-¿Mario?.- interrumpió confundido viéndome atentamente con la mano en la sien
-Si bueno así si se llama su esposo.- dije quitándole importancia.- Me dijo que ella se sentó mal y fui a verla de verdad estaba preocupada, fue ahí cuando me enteré que esperaba un bebé y no sabes lo difícil que es tener que aparentar que no te duele tenee que ser feliz y a la vez estar renunciando a todos los sentimientos que están naciendo en ti, tienes que dejar ir todos los recuerdos de miradas de roces, porque sabes que nunca serás correspondida, porque si había una esperanza ahora sabes que no existe y cuando creías que existía ella estaba ahí amando a su esposo hasta el punto de esperar un hijo, y lo peor es que sabes que jamás podría haber algo porque sabes que no sería bien visto porque no es lo mismo que sea un él a qué sea un ella, y no hay manera de olvidarla de olvidarte de toda esa historia que creaste en tu mente más que alejandote de ella porque ella cree y te considera su mejor amiga.Había hablado demasiado rápido, había sacado todo lo reprimido incluso a mi misma en ese momento, sentía ganas de llorar ¿Pero de llorar a qué? ¿A algo que nunca existió y que quizá nunca existiría? Solo queda ser fuerte sacar lo que se siente y aceptar que jamás la tendrias en tus brazos, aceptar que no todas las mujeres gustan de otras mujeres y sobretodo resignarte a ocupar el lugar que te toca, ser solo la “amiga".
-Bueno no siempre a quien amas te ama, y no será la primera ni la última vez que te pase, solo hay que seguir.- dijo al fin Alberto tomándome de la mano demostrando apoyo con media sonrisa.- Y aunque no hayas tenido nada no pierdas su amistad, búscala ella no tiene la culpa de algo que desconoce.