-¿Y cómo sigues mija?.- preguntaba Alberto con un suspiro del otro lado de la línea.
-Mejor todo bien ando viendo haber si veo a mis papás y....- dije agetreada mientras olía las cremas que tenía en mi tocador.
-Ya Lupita sabes que no me refiero a eso
-¿Entonces a qué?.- lo sabía pero prefería ya no hablar más de Diana sino en un sentido estrictamente de amistad.
-De Diana.- exclamó
-Bueno ella está bien, su bebé también está bien y todo correcto.- sentencié
Alberto notó lo mucho que me costaba hablar del tema y prefirió cambiarlo, y es que últimamente Diana me involucraba en todo lo de su bebé, a veces la acompañaba a comprarle ropa y mi mirada se perdía entre los percheros, pensamientos albergaban mi mente hasta que ella los interrumpía buscando mi opinión en algo, era cuando me veía forzada a sonreír, pero así era la única manera de estar tan cerca de ella, no podría vivir sin mirar su sonrisa y el brillo natural de su rostro que la hacía ver aún más hermosa.
Precisamente aquella tarde iría a comer a casa de Diana, era un Domingo por la tarde, dudé mucho en aceptar aquella invitación ya que vendrían sus padres para ver cómo iba su embarazo,y naturalmente yo no tenía absolutamente nada que hacer allí.
*FLASHBACK*
-¿Si? De verdad no lo puedo creer.- decía emocionada Diana al teléfono.
Nos encontrábamos en su casa tenía la intención de organizarle un baby shower, casi no tuve tiempo de hablar pues en cuanto abrió la puerta sonó el teléfono de la casa y le dije que podía contestar, de veía emocionada incluso mordía su labio, y yo solo miraba mis piernas y las acariciaba con mis palmas.
-Perdón.- dijo al colgar el teléfono.
-Nombre no te preocupes.- respondí expectante.- ¿No me vas a decir quien era?
-Am...
-Perdón perdón tienes razón soné muy tóxica.- dije riendome poniendome roja al instante.
-Es broma mujer ya sabes que te cuento todo.- hizo especial enfasis en el “todo" y a veces prefería que no me diera tanto detalle.- Era mi madre, dice que vendrán este fin de semana a verme
-Oye que buena noticia me alegro bastante.- dije tocandole el brazo.
-Les prepararé una comida especial es más.- dijo también poniendo su mano sobre mi rodilla, lo de ella era un movimiento tan espontáneo, tan natural, y me hacía ponerme nerviosa, incluso sentía como si mi pierna temblara y que mis latidos se aceleraban.- ¿Porqué no vienes el domingo para que los conozcas?.- volvió a decir
-No no como crees.- dije con la voz temblorosa por su mano aún.
-Por favor Ana
-Es que ellos quieren verte a ti y supongo que será un momento muy familiar.
-Ana.- paró en seco con un tono ya no de burla, haciendo que la mirara fijamente.- Eres muy importante para mí.- mi corazón explotó de amor, ¿Acaso había oído bien? Un grito interno salió para ahogarse en mi boca abierta, y una sonrisa se dibujo por todo mi rostro.- Y por eso mismo estaría encantada de como bien dices estés en un momento tan familiar.
-Vendré gustosa de conocerles.- alcancé a decir aún con la emoción que me había dejado aquella simple oración que había bastado para no dejarme dormir por la sonrisa como estúpida que no se borraba de mi, ¡Ay! Solo a mi me encanta hacerme ilusiones con amores que quizá no ocurrirán...
*Tiempo actual*
Me vestí un poco formal pues quería causar una buena impresión a los padres de Diana, incluso fui muy puntual, revisé mi maquillaje poco elaborado antes de bajarme del auto, y sentí el sudor en mis manos cuando toque el timbre, adentro se oían risas y fragmentos de conversaciones, al notar que nadie abría al cabo de unos segundos volví a tocar, se escuchaban pasos a la puerta y yo miraba el suelo, entrelazando mis dedos.
-¡Ana si veniste!.- exclamó Diana boquiabierta al verme, lanzándose a abrazarme
-Bueno te prometí que vendría.- dije con una sonrisa.
-Pero pasa pasa no te quedes en la puerta.- dijo Diana tomándome de la mano
