Las prácticas de esta semana se dieron con normalidad.
No me encuentro bien, en el término de salud para mi médico y mi familia. Sin embargo, como me siento ahora me basta.
No necesito ir a un centro psiquiátrico, no quiero alejarme en estos momentos.
Desde ese día en Ledya no he tenido más momentos a solas con Krooz. El único tiempo que pasamos juntos ha sido en la pista de hielo, preparando las últimas partes del programa. Hemos compartido miradas secretas cargadas de mensajes, toques intencionados con deseo y palabras susurradas que me cargaban de necesidad.
No creí que estar tan cerca sin poder demostrar nuestros sinceros instintos se convertiría en una opresión tan desesperante.
Lo percibía físicamente frente a mí, pero estaba tan lejos de sentirlo.
Era agobiante tras haber aceptado la verdad.
Mas, ahora resulta sencillo comprender por qué requiero de su presencia de manera continua. Y hoy aprovecharé un momento para volver a tenerlo a él.
—¿Por qué todavía no te has vestido?
Eidriene irrumpe en mi habitación. El sonido de la muleta hace que el suelo resuene. Ha mejorado, a pesar de ello todavía debe mantener cuidado al andar.
—¿Por qué estás aquí sin yo haberte llamado? —pregunto con recelo.
No la he perdonado y tampoco debo hacerlo. Ni siquiera debí enojarme con ella, porque lo que yo hice fue mucho peor. Pero no soy tan valiente como para decírselo.
—Porque me aseguro de que estés listo para cuando empiece la fiesta.
—Yo no planeé una fiesta. Yo no quiero ir a la fiesta —digo con aburrimiento—. ¿Por qué haces estas cosas? No te lo pedí.
—Zov, cumples diecinueve. Eres un adulto ahora —me comunica, como si no lo supiera.
—Soy un adulto desde que tuve dieciocho —le corrijo.
—Bueno sí... Pero, estás creciendo muy rápido. Es que no puedo dejarlo pasar. Nunca entenderás mi sentimiento de verte convertir en un niño a un adulto —expresa con emoción mientras se toca el pecho—. Me pone triste y muy feliz al mismo tiempo.
—No eres mi madre. No te pongas de llorona.
Eidriene sacude sus manos venteándose la cara.
—Déjame —se queja—. No creo que con tu tosco sentido de familiaridad puedas entenderme —insta, con indignación—. Ahora vamos. Debes arreglarte. Invité a tus amigos y pronto llegarán.
Me giro al otro lado de la cama para no tener que verla.
Soy un maldito hipócrita.
Me enfadé tanto que disfruté de mis emociones sin sentir culpa. Ella no merece esto. Estoy consciente de que debería detenerlo, pero no dejo de sentirme tan increíblemente extasiado con Krooz.
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El cisne y el príncipe
Lãng mạn(Novela: Boys Love) +21 COMPLETA Entre acuerdos y alianzas, los herederos de Ledya y Teorvek se ven arrastrados hacia un deber trascendental. El primer encuentro en familia insinúa una relación llevadera, pero las apariencias pueden ser engañosas...