Capítulo 4

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Hinata se encontraba en la habitación de su hija sentada con ella en la mecedora, la pequeña se había dormido y estaba demasiado tranquila como para arriesgarse a despertarla al acostarla en la cuna. Aquellos días pronto llegarían a su fin y, en cierta, manera la entristecía tener que marcharse, le había gustado tanto estar ahí con el y haber estado los tres juntos como la familia que eran que sentía que cuando se fuesen lo iban a estar abandonando.

Cada vez que miraba a su pequeña, se daba cuenta de que era casi igualita a Sasuke, casi era su viva imagen. Sabía que para él, al igual que para ella no había sido fácil, sabía que no lo era tampoco. Le dolía que no estuviesen allí con él, era su culpa que no fuesen una familia, pero no había vuelta a atras, al menos en esos momentos, ya que consideraba que él debía demostrarle que de verdad quería estar allí con ellas y que no eran simplemente un adorno mas de esa casa. 

Cuando la pequeña ya estaba mas dormida, se levantó y después de acercarse a la cuna la acostó en ella.     La joven salió de la habitación para dirigirse a la cocina, le apetecía tomar algo de beber que estuviese caliente, ya que se encontraba algo destemplada por el frío que tenía. Al llegar a la cocina comenzó a calentar la leche para poder hacerse un delicioso cacao caliente, mientras que a Sasuke comenzó a prepararle tambien un café caliente para llevarselo y que se lo pudiesen tomar juntos.

No sabía de que hablarían, pero realmente tenían muchas cosas de las que hablar que podrían influir en su unidad familiar, ya fuese para bien o para mal, pero era un hecho que podría hacerlo. Las conversaciones que tenían nunca eran predecibles, por lo que se podía esperar cualquier cosas, incluso que no hablasen de nada y simplemente compartiesen algo de tiempo juntos, mientras que ambos leían o en su defecto mientras él leía y ella dibujaba. Ella siempre llevaba su cuaderno de dibujo a todas partes porque nunca sabía cuando le llegaría la inspiración para hacer un boceto, su imaginación siempre volaba en el momentos mas inesperado.

Al terminar fue al salón, en el cual se encontraba Sasuke leyendo uno de los libros favoritos de ambos. Levantó la vista para ver como la muchacha caminaba hacia él con las dos tazas en la mano, una que nada mas llegar dejó al alcance de la mano de él y ella se sentó con la suya en la mano. Como él sabía que era él favorito de ambos comenzó a leer en voz alta para ella, eso le gustaba mucho y en algunas ocasiones mientras que estaba embarazada tambien le había leido.

La joven se quedaba embelesada viendolo leer para ella, le encantaba lo bien que lo narraba todo y la tranquilizaba muchísimo. Iban descansando para beber cada vez que terminaban de leer un capítulo, no hablaban, él solo se dedicaba a leer y ella simplemente a escuchar, la pequeña aun se encontraba dormida, por lo que no había ningun problema en que siguiese leyendo tranquilamente.

Hinata se encontraba realmente embelesada y a Sasuke le encantaba, le resultaba encantador ver esos ojos mirarlo con la mayor admiración del mucho, le encantaba ver que por una vez su mirada no tenía esa pizca de decepción que había tenido los último día que habían estado viviendo juntos, juntada con la tristeza que toda aquella situación le había provocado. Él quería cambiar todas aquellas situaciones tristes por situaciones mas felices que la hiciesen sentir dichosa, no porque quisiese hacer justo lo que había hecho antes, sino para esta vez no dar lugar a perderla de nuevo para siempre.

No se perdonaría si eso volviese a pasar, si volvían y ella se volvía a ir por su culpa. Ya la había perdido demasiadas veces a lo largo de su vida y no iba a permitir que su orgullo lo hiciese perderla otra vez. Ella era demasiado importante para él, sabía que nunca iba a perder a su hija, pero le molestaba no poder verla todos los días, no poder estar con ella todos los días le dolía bastante.

Hinata iba con Sasuke en el coche, camino de nuevo a casa de su padre. El ambiente que se respiraba era completamente tenso y triste, la pequeña iba despierta, pero iba totalmente callada, solo se la escuchaba hacer leves ruiditos mientras que jugueteaba. Ellos dos iban tristes porque se tendrían que volver a separar después de tantos días juntos, eso no les gustaba demasiado. 

Nuevas aventuras (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora