Capítulo 8

139 22 0
                                    

La muchacha puso rumbo a la empresa, Aeri se había despertado antes de partir así que le dio un juguete para que se entretuviese jugando todo el trayecto. La pequeña se entretenía con muchas cosas, pero siempre tenían cuidado de que no cogiese nada que fuese demasiado pequeño y que se lo pudiese tragar, todo eso lo tenían demasiado mirado.

Mientras iba conduciendo, iba cantándole a la pequeña, a Aeri le gustaba escuchar cantar a su madre, por lo que cuando iba en el coche siempre lo hacía. Para Hinata no era fácil ir a la empresa de su padre y más en las condiciones en las que iba a entrar, ya que debido a la incapacidad de su padre, en esos momentos ella era la presidenta de la empresa.

Aquella empresa nunca había sido algo importante para ella, su padre siempre la había mantenido excluida de ella, pese a que ella se interesaba en saber hacer el trabajo. Pensaba que así su padre la aceptaría más, pero nunca iba a ser así, e incluso enfermo se dio cuenta de que, aunque él se arrepintiese, no había cambiado en lo más mínimo y simplemente la toleraba. Todo aquello era doloroso para ella, aunque su padre le había dicho que su madre había muerto, sabía que los había abandonado, posteriormente había muerto en un accidente de tráfico, así que no pudo buscarla. Sabía que había ocurrido aquello porque había investigado al escuchar a su padre hablar con el abogado sobre la muerte de su madre, como hubo algo que no le convenció del todo, contrató a un investigador privado que pudo informarle de lo que ella sabía hasta ese momento sobre su madre.

En cierta manera, entendía porque su madre había abandonado a su padre, pero no entendía porque la había abandonado. En cierta forma, le guardaba un poco de resentimiento a su madre, ya que aún no sabía porque se había ido, pensaba que si ella se encontrase en esa situación, abandonaría a Sasuke, pero nunca a su hija, era por eso por lo que no lo entendía, ¿cómo podía haberla abandonado?

Cuando se enteró de todo aquello que investigó la persona a la que había contratado, intentó entenderlo, pensó mucho en ello y en todo lo sucedido, pero nunca había llegado a una conclusión clara, solo que estaba enfadada con ella por lo que había hecho al dejarla allí. Tampoco había preguntado nunca a su padre, ya que seguramente él sabría lo mismo que ella y además podía intuir que ella se había ido por el carácter que tenía su padre, no era secreto que su padre tenía un carácter muy difícil de llevar, pero ella nunca vio a su madre golpeada y, tal cual lo recordaba, su padre siempre trataba a su madre con mucho amor. Todo lo malo empezó después de que su madre se marchase.

Durante mucho tiempo lo había pensado y siempre había llegado a la conclusión de que su padre le hacía todo aquello, no por ella, sino por su madre, solo porque se parecía a ella. Eso no era excusa porque su padre nunca debió de haber pagado la molestia que tuviera con su madre con ella, nunca pensó que ella había perdido a su madre, igual que él había perdido a su esposa. Nunca se paró a pensar en el daño que había ocasionado el abandono en ella y que como resultado él se volviera violento contra ella. Aunque nunca sería algo que diría en voz alta, sabía que debía perdonarlos, pero les guardaba resentimiento por todo lo que ambos le habían hecho sufrir, sabía que aquello solo había fortalecido mas su caracter, pero para ella hubiese sido mejor haber crecido con unos padres que la querían, como los señores Uchiha querían a sus hijos, antes que saber que ninguno de sus padres la querían.

Todos esos pensamientos, se debían al mucho tiempo que había pasado sola, pensando en cosas que ella no podía controlar y pese a todo lo que le habían hecho, ella quería a sus padres, mentiría si dijese que no era así. Aun así, en ese aspecto, sabía que debería de haber hecho lo que Sasuke le había dicho con respecto a su padre, pero ella quiso hacer algo bueno por él, pese a que sabía que al final acabaría mal.

Después de hacer todo el recorrido hasta la empresa de su padre, aparcó en la plaza de garaje que se suponía le correspondía. Sacó la silla de bebé del maletero del coche y una vez que estuvo abierta, bajó a Aeri, la colocó en su carro y le puso sus cinturones para que no se cayese de tanto moverse. Entró en la empresa, siendo claramente observada por todo el personal que se encontraba aquella mañana trabajando y subió hacia el despacho de su padre.

Nuevas aventuras (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora