Después del entierro, la futura familia Uchiha se fue a la casa que iban a estrenar aquél día, ya que Sasuke le había dicho que cuando ella se fuera, se quedaron en casa de los padres de Sasuke. Era la primera vez que el azabache entraba a esa casa estando ya con todos los muebles y había quedado preciosa, Hinata le había dado ese toque que hacía ver que esa era la casa de ambos, que ese era el lugar al que ambos pertenecían.
Mientras que su futura esposa le daba de comer a Aeri, él fue a ver todas las habitaciones, todas eran sumamente perfectas y estaban decoradas con buen gusto. Le sorprendió ver como estaba pintada la habitación de su hija, era un mural que ocupaba todas las paredes y hacía como una especie de parque y tenía muchas cosas pintadas. ¿Cómo no amar a esa mujer que era tan maravillosa?
Al ver el desván, pensó que aquello no podía ser más perfecto, era un lugar en el que estar los tres juntos y tenían unas vistas hermosas desde las grandes ventanas fijas que había en aquel lugar, pero sabía que todo aquello en aquel momento no hacía feliz a su futura esposa, lo cual era normal porque su padre se había marchado.
Al bajar a la cocina, en la cual se encontraban las otras dos integrantes de aquella casa, se dio cuenta de que Hinata estaba físicamente allí, pero que su cabeza no lo estaba, parecía estar completamente ida. Supuso que sería normal que se sintiese así, al fin y al cabo por mucho que su padre le haya hecho, él no la había abandonado, se había quedado con ella después de que su madre los había abandonado.
Era cierto que su padre no había llevado ese abandono de la mejor manera, que en cierta manera había pagado su enfado con ella y que eso no era justo, pero, aunque la trataba mal, nunca la había abandonado. La miraba y no sabía siquiera que era en lo que podía estar pensando en esos momentos, parecía tener la mente completamente en blanco, le preocupaba que estuviese así.
Después de que terminase de darle de comer la vio bajarla de la sillita y la dejó en el suelo mientras que ella iba a dejar el cuenco de la comida de su hija. La pequeña gateó hasta los pies de él, lo cual hizo que se agachase para tomarla en brazos. Sasuke se acerca a ella por la espalda y pasa su mano por la cintura para que ella se sintiera querida y sintiese que ellos estaban ahí para ella y que nada le iba a pasar.La azabache mayor, se había abrazado a ellos. Amaba a su pequeña familia y ellos dos eran su mayor apoyo, ellos dos eran las dos personas que más amaba en el mundo.
-Voy a descansar un poco - dijo mientras miraba hacia arriba aun con la cabeza apoyada en el masculino pecho de su futuro esposo -.-Si, necesitas descansar. No te preocupes, date un baño caliente y relájate antes de ir a dormir, ¿si?
El beso del azabache en su frente y aquellas palabras le hicieron ver lo comprensivo que era él con ella, exactamente comprensivo no era la palabra, pero siempre quería cuidar de ella fuera cual fuera la situación. Ella le dedicó una sonrisa triste y empezó a caminar en dirección a las escaleras, Sasuke la observa y es obvio para él que ella no caminaba con la energía con la que lo hacía siempre, eso lo preocupaba y sabía que no iba a traer nada bueno para los próximos días, aún así él la cuidaría y pediría que todo el trabajo se lo diesen para hacerlo en casa.Aquel comportamiento en Hinata, también había sido notado por su madre en el funeral y su cuñada se había dado cuenta de igual modo de ello y ambas se habían preocupado mucho y como era obvio solo le habían expresado su preocupación.
Él abogado de su padre ya la había llamado para ir dentro de una semana a la lectura del testamento, quizás no era el día, pero el hombre estaba haciendo su trabajo.
Un mes después, habían pasado pocas cosas. Tal y como estaba previsto habían ido a la semana siguiente a la lectura del testamento.
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Nuevas aventuras (TERMINADA)
FanfictionSegunda parte de "LO QUE MAS DESEO" Sasuke e Hinata siguen con los acontecimientos que les depara la vida ahora que tienen una hija. ¿A qué nuevos sucesos tendrán que enfrentarse? Los personajes no son mios, pertenecen al gran Masashi Kishimoto