Capítulo 23

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Después de llegar allí, el mayordomo de su padre la había recogido en el aeropuerto. Ella le preguntó qué era lo que había pasado y él solo se limitó a contestar lo que ella le había pedido. Le dijo que su padre no había sufrido, que todo había ocurrido mientras que él estaba durmiendo, cosa que la tranquilizaba, pero no le quitaba el dolor.

El mayordomo, había estado con la familia desde siempre, ese había sido su primer trabajo y cuando había empezado a realizarlo Hiashi ni siquiera tenía pareja. Ciertamente, era un hombre que pasaba muchas horas en el trabajo y lo que tenía que servirle era poco. Eso había cambiado cuando la madre de Hinata había llegado ya embarazada de ella y tuvieron que casarse forzosamente por el que dirán.

Él veía como ellos avanzaban en su relación, de no conocerse de nada y haber sido un lío de una noche que trajo consecuencias, a empezar a quererse durante todas las vivencias del embarazo. Al principio ambos dormían en distintas habitaciones, los primeros días apenas cruzaban palabras, pero poco a poco empezaron a hablar más, hasta las noches de los fines de semana se pasaban la noche hablando y el día descansando. Fue entonces cuando empezaron a dormir juntos más seguido y aquello se hizo costumbre hasta que ambos dormían en la habitación principal.

Los había visto preparar la habitación del bebé, del cual no quería saber el sexo. Parecían felices y se habían adaptado muy bien a una persona que apenas conocían. A la llegada del bebé, fue la primera vez en muchos años que vi a su señor no ir a trabajar, él se quedaba en casa para ayudar a su esposa con su hija. Cuando volvió al trabajo siempre llegaba temprano para poder pasar algo de tiempo con su hija.

Cada vez la empresa demandaba más de su tiempo y su hora de llegada fue variando, aquello solo ocasionó discusiones en las que retumbaba toda la casa y se acababan oyendo los gritos de la pequeña bebé, ahí era cuando ella le echaba en cara que por su culpa discutían y hacía llorar a su hija.

Debido a las ausencias del señor, ella salía en busca de su amante, siempre se llevaba al bebé para que, si al volver estaba su marido en casa, pudiese decirle que había salido con ella a dar un paseo. Pero los comportamientos de ella cada vez eran más extraños. Empezó a dejar a la niña con el mayordomo y se iba todo el día para estar con su amante, le daba igual que su marido llegase antes de que ella volviese y que tuviesen una discusión debido a ello, daba igual cómo de grande fuese la discusión y ya a ella le daba igual que la pequeña niña llorase al escuchar a sus padres discutir.

La cosa fue cada vez a más, empezaron los reclamos, los insultos por parte de ella, los discursos de "no eres un buen padre" y el colmo fue, aquel último día que estuvo en la casa. Como siempre habían empezado a discutir delante de la pequeña, ella ya había empezado a andar y cuando se acercó a su madre, esta le dio un manotazo que la tiró al suelo, lo cual la hizo empezar a llorar.

Ese había sido el colmo de su señor, la echó de la casa en ese mismísimo instante. ¿Cómo se atrevía a hacerle eso a su propia hija? Después de que se fuese, su señor cuidaba a su pequeña hija lo mejor que podía. Conforme fue creciendo, el mayordomo vio como su señor volcaba sus frustraciones en su hija, que él viese nunca le había pegado, pero siempre se le escuchaba gritarle todo tipo de cosas. No le extrañó que debido a ello se fuese de la casa y que no volviese, en cierto modo le sorprendió volverla a ver aquel día que se quedó en la casa.

La joven a la que había visto aquel día, no era alguien a quien reconociese, físicamente era más mujer, pero al entrar en aquella casa, parecía haber recordado todo lo que le había pasado en aquellas paredes.

Durante el tiempo de ausencia de ella, su señor estuvo malhumorado durante mucho tiempo, pero se notaba que la echaba de menos, pero su orgullo le impedía pedirle perdón. Aquel orgullo se esfumó cuando le dijeron que tenía esa enfermedad y aun así le costó decidirse en contactar con ella. En muchas ocasiones le había comentado lo difícil que le estaba suponiendo encontrarla, ya que el muchacho que era amigo de ella nunca le quería decir como poder contactarla.

Nuevas aventuras (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora