La Reina y el Cazador

58 17 0
                                    

Capítulo 10: La Reina y el Cazador


Aquel día, era el cumpleaños de Neige, para ser más específicos, 6 de marzo.

El palacio entero, incluida la ciudad del reino, estaban de fiesta desde el día anterior. Flores de manzano cubrían los adornos de las mesas, acompañadas de rosas blancas y rojas en bellos arreglos que, de noche, brillaban con lucecitas flotantes de colores cálidos.

Vil estaba especialmente tenso. Había tenido reuniones durante varias horas seguidas aquellos días, donde se discutía la inversión en vehículos motorizados que últimamente estaban revolucionando el modo de transporte. Lazulia era un reino algo apartado del resto, sin embargo, tenía el poder adquisitivo para traer una línea ferroviaria o vehículos más sofisticados. La luz eléctrica tampoco se quedaba atrás, pero el sistema de iluminación mágico era tan eficiente, que Vil lo había estado retrasando. Las plazas y lugares públicos se encontraban bien iluminados de noche, el palacio era un punto brillante de elegancia con aquellos faros cubiertos de pequeñas luces flotantes que incluso, tenían un aire romántico. Vil estaba consciente de que la electricidad no solo servía para iluminar, pero la magia lo suplía todo.

No estaba escuchando realmente la asamblea, solo miraba atentamente la pluma sobre su escritorio del concilio. El tintero estaba a medio llenar y el brillo del fino cristal que le contenía lo distraía aún más. Alzó la mirada y la fijó en el reloj ubicado al extremo de la sala. Aún faltaba un cuarto de hora, la que probablemente se le haría eterna.

—El departamento de ciencias exactas de la Universidad de Lazulia ha hecho una petición—comentó uno de los más ancianos miembros del concejo, profesor también de dicha academía de estudios.

Vil hizo un gesto con la mano para que continuara, intentando volver a concentrarse en el tema de conversación.

—Necesitan instalaciones de generadores de electricidad para probar bobinas. Se estima que podrían aportar energía a motores sin depender tanto de la magia. Sería un plus a la producción a escala industrial. Nuestra riqueza proviene especialmente del intercambio de productos de minería, ayudaría a la extracción eficiente de materiales primarios.

Vil entrecerró los ojos, sintiendo como su atención volvía a volatilizarse. Alzó las cejas y cambió de posición.

—El presupuesto discutido es grande, pero primero tengo que lidiar con los ocupantes ilegales de las minas. Especialmente esos enanos. Se han apropiado de una de las minas más importantes. Hay que resolver ese problema primero, sin embargo, la inversión debería hacerse de forma progresiva.

—Estoy de acuerdo—dijo una mujer seria.

Ella era la primera ministra de Lazulia.

Vil se acomodó una segunda vez para prestarle atención a la mujer. Ella ordenó un par de notas y apoyó sus enguantadas manos sobre el escritorio.

—El cálculo de los insumos para incluir este tipo de tecnología será revisado por el departamento de economía. Una vez que las cifras sean precisas, serán informadas en este concilio. Con respecto a la mina de diamantes... —la mujer se aclaró la garganta y alzó las cejas—, tendremos que recurrir a la milicia.

Vil frunció el ceño y alzó una mano.

—No quiero llegar a ese extremo aún. Tengo entendido que son siete enanos los que trabajan ahí. Ni idea para qué utilizan los recursos ni dónde viven ni nada. Quisiera insistir con la protección que les podemos ofrecer si nos dan parte del porcentaje de la mina. Estoy de acuerdo que la mina está dentro de los dominios de Lazulia, pero ellos la han descubierto y explotado.

Corona de Sangre [RookVil TWISTED WONDERLAND]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora