Inestable

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Capítulo 39: Inestable

Rook apareció en su habitación rápidamente, justo cuando Vil iba llegando a ella. Se observaron mutuamente unos minutos.

—Muerto... —murmuró Rook.

Vil asintió, aún sonriendo.

Rook rió sorprendido, sin poder creerlo. Se aclaró la garganta y apretó sus labios.

—No me parece correcto alegrarme por la muerte de alguien—comentó, sacudiendo su melena en señal de negación—, pero no puedo negar que tu sonrisa me llena el alma.

Sus ojos vivaces habían notado sus mangas blancas manchadas de blot. Se asustó, por un momento imaginó que era sangre.

—A mi no me importa. Me hace feliz y no lo ocultaré.

Rook acomodó su sombrero, ocultando un ojo tras el ala. Extendió una mano, pidiendo la de Vil.

—¿Me permites?

Vil sabía que quería ver sus mangas, por lo que no se resistió en mostrar su mano derecha. Rook las analizó con una sola mirada y sonrió con tristeza.

—Sé que estabas en el salón de baile y sé que no estabas bien. ¿Puedo acompañarte?

Alzó la mirada de tal manera que sus ojos quedaron libres de la sombra cauta de su sombrero. Vil asintió con suavidad, abriendo la puerta de su habitación.

El cazador se internó y se dirigió al sofá, donde invitó también a Vil, para que se sentara a su lado.

—¿Quieres hablar? Hoy fui temprano p...

—No—dijo Vil, apoyándose en la puerta, ya con la sonrisa atenuada y los ojos tristes.

Rook se silenció enseguida y entrecerró los ojos.

—Vil, ma belle étoile, je sens loin ton amour.

—¿Distante?—dijo Vil—, mi amor es tan intenso como siempre.

—No mientas a mi corazón, ma Rose Rouge. Mis noches han sido inusuales en esa extraña incertidumbre en la que me has sumido.

—¿Qué deseas que haga?—preguntó Vil en un murmullo suave—¿Quieres que entregue mi cuerpo? Lo haré cuántas veces tú lo necesites.

—¿Y qué hay de ti, mi hermosa Reina? No puedes vivir para cumplir mis fantasias. Debes sentirte pleno en tus propios deseos.

—Yo...

Ya no había nada. Su corazón se estaba desangrando. La imagen de Rook y Neige regresaba a su mente. El espejo fue claro, tan claro como un reflejo a plena luz del día.

Vil meditó un momento.

—¿No sabes qué ocurre en esta habitación cuando estoy adentro?—preguntó, intentando averiguar si Rook sospechaba algo.

Non—respondió—, no he trazado ningún milímetro de tu habitación. Ni siquiera tu puerta, nada. Si he tocado las paredes o las cosas presentes, en ningún momento ha sido con la intención de plasmar mi peculiaridad.

Vil asintió, no convencido con la respuesta.

Si Rook y Neige, aquel día...

El lado racional le indicaba que no podía ser posible que Rook fuera así de descuidado, lo cual era peor aún: ¿Vil prefería vivir engañado a que enterado?

Ojos que no ven, corazón que no siente.

Vil miró su aparador donde siempre había agua fresca, pero no fue por agua, fue por vodka. Apartó un vaso y se sirvió, tentado a pedir hielo, sin embargo, no tenía muchos deseos de interaccionar con alguien más. Sirvió en otro vaso para Rook y se giró para entregárselo.

Corona de Sangre [RookVil TWISTED WONDERLAND]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora