Rosas de exhibición

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Capítulo 36: Rosas de exhibición

Eran las 12 de la noche. Como en los cuentos de hadas.

Vil estaba algo mareado. Había bebido de más.

Se sentó en el escenario con Rook, escuchó sus poemas: su corazón estaba cubierto de miel ante esas palabras tan perfumadas.

Tocaron piano, cantaron una canción conocida, incluso rieron.

Debido al mareo, se había recostado en el escenario. Sentía calor, estaba agradablemente templado, quería correr y lanzarse a la fuente del exterior, pero: ¿Qué es eso del Rey lanzándose al agua algo ebrio?

—Rook—susurró con una sonrisa boba en el rostro—, llévame a tu habitación.

Rook resistía mucho mejor el alcohol, pero no por eso estaba completamente sobrio. Él estaba sentado a su lado, en dirección contraria.

—Tengo vodka en mi habitación, tengo rosas y tengo trementina.

—¿Trementina? No me digas que la inhalas y...

—A veces—sonrió Rook, sin un dejo de culpa—, pero no es lo que piensas.

Vil intentó sentarse, pero realmente estaba mareado. Rio ante su intento y finalmente aceptó la ayuda de Rook. Se quedaron mirando un momento y Vil se fijó en sus labios.

—¿Qué importa que todos sepan que el cazador es quien me ha robado mis noches?—susurró Vil, sin dejar de ver sus labios—Quiero besarte.

—Sé paciente, Vil. Prometo ser tuyo esta noche.

—¿Y las demás?—preguntó Vil, sorteando un mareo.

—Todas las noches, mi hermoso Vil.

—Tengo calor—susurró, ayudándose de Rook para colocarse de pie. Ambos bajaron del escenario teniendo precaución de no caer por la escalera. Iban tomados de la mano...

Vil no aguantó. Ahí, en la soledad de las bambalinas, tomó el rostro de su cazador y le besó. Se hundieron en un beso cálido, incluso escandaloso si alguien lograba mirarlos. Las fuertes manos de Rook tomaron su cintura y cubrieron su espalda delgada. Se separaron un momento y el cazador susurró:

—Prometo que esta noche será eterna en nuestro corazones.

—Necesito que jamás termine—dijo Vil, con cierto temblor en su voz.

Se arreglaron sus ropas, Vil peinó su flequillo y salieron al teatro, como si nada hubiese pasado.

Subieron las escalinatas, agradecieron por la hospitalidad (la botella de whisky) y la agradable compañía. El administrador se despidió de ambos y el carruaje ya esperaba por ellos.

Vil sintió cómo su mundo se balanceaba al subirse y sentir la portezuela cerrarse. Suerte entre los pasajeros y el cochero había una ventanilla que estaba cerrada.

En silencio volvieron a besarse, aprovechando el andar de las ruedas y la oscuridad de la noche. En un momento chocaron y se golpearon las frentes debido a un pequeño desnivel, lo que causó la risa de ambos.

—Estamos demasiado mareados—dijo Rook cerca del oído de Vil—, pero aún así, quiero preguntarte algo.

—¿Qué ocurre?

Rook se separó y alzó ambas cejas para intentar enfocar con mayor claridad. Giró su cabeza con lentitud hacia Vil y se quedó estático.

—¿Por qué tanta frialdad, ma Rose Rouge?

Corona de Sangre [RookVil TWISTED WONDERLAND]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora