Memento Mori

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Capítulo 26: Memento Mori

Epel automáticamente se puso a llorar.

Rook estaba apoyado en un pilar del invernadero, viendo al jardinero sentado en una banca, gimoteando.

—¡No quise!—dijo Epel, con las mejillas enrojecidas—, el señor Devaux me preguntó si sabía dónde estaban la noche de la boda del Príncipe. Y-yo sabía que se habían ido juntos, porque m-me lo dijo usted antes c-cuando...

—Quiero saber exactamente qué te preguntó—pidió Rook, suavizando su voz.

Epel asintió, mientras miraba sus zapatos embarrados.

—Me preguntó dónde estaba usted. Le dije que en el pasillo, afuera del salón. Él venía de ahí al parecer. Luego me dijo que había visto que u-ustedes hablaban de vez en cuando. Le dije que sí, que eran amigos, ¡Juro por Dios que no dije nada más! Cuando dije eso, supe que quizás dije demasiado. Soy consciente de que mi error es una traición.

—No Epel, no nos has traicionado—Rook estaba cruzado de brazos. Su rostro cansado demostraba que no había dormido en toda la noche.

—Y-yo... él me preguntó si era cierto que habían bailado en el cumpleaños de Neige y... pues todo el mundo lo vio. C-creo que no fue lo más...

—Lo sé—dijo Rook, suspirando y negando levemente, sacudiendo su melena—, mal paso por mi parte. Me extraña esa pregunta, Joseph estaba aquel día también.

—L-luego dijo que sabía lo que yo ocultaba sobre ustedes y me asusté... Le dije que no ocultaba nada, que era todo lo que sabía y me puse rojo y me fui sin decir nada.

—Los actos a veces hablan mucho más que las palabras.

Epel volvió a arrugar el rostro y comenzó a llorar de nuevo.

—Epel, mon doux jardinier, descuida, comprendo que te viste encrucijado. Ni Vil ni yo estamos enojados contigo.

El jardinero se limpió las lágrimas y miró a Rook, quien le sonrió cansado.

—¿Dónde está Su Majestad?

—En su habitación con Adelaide. No saldrá en todo el día. Adelaide se quedará con él.

—¿Le pasó algo?

—Está enfermo—mintió Rook—, tiene dolor en el cuerpo. Creo que es una gripe fuerte.

Epel apretó sus finos labios rosa y asintió.

—Es lamentable lo que le ocurrió al señor Devaux. Aquella caída del caballo debió ser horrible. Sé que el caballo pasó por sobre él.

Rook giró sus ojos para mirar una flor exótica que abría sus pétalos lentamente.

—Esperemos que se recupere pronto. Por ahora Vil y yo estamos un tanto preocupados por lo que sabe.

Epel se levantó del asiento y se acercó a Rook.

—E-esto... usted ocasionó esa caída del caballo, ¿Verdad?

Rook miró a Epel sin expresar absolutamente nada en rostro. Entrecerró los ojos y Epel abrió los suyos. Asintió un sinfín de veces y se tapó la boca.

—Prometo esta vez mantener mi silencio.

—No sé de qué hablas, Epel.

Rook se separó del pilar y limpió sus impecables ropas.

—El Príncipe Neige y su esposa se regresaron debido al accidente del padre de ella. Sin embargo, Vil quiere que salgamos en un día.

—¿S-salir? Pero, ¿No es arriesgado? Además está enfermo...

Corona de Sangre [RookVil TWISTED WONDERLAND]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora