Sally.
Me observo en el espejo, el vestido color crema que Daphne se ha ofrecido a prestarme se ajusta a mi cuerpo de una manera perfecta, la suave tela contra mi piel me hace sentir cómoda, tan cómoda como no pensé que pudiera sentirme.
No tengo joyas, pero Daphne ha abierto todo un alhajero para mí, y sus palabras fueron: Escoge la que quieras.
—Daphne... —intento decirle que esto es demasiado pero ella me hace un ademán para que me detenga.
—Es un evento importante —dice—. E irás con Antoni Lombardi, debes relucir, mujer.
Sonrío levemente. El hecho de que Antoni me pidiera acompañarlo al evento de caridad fue tan de repente que apenas procesé la respuesta que le dí. Un sí.
¿En qué estaba pensando? Primer punto en contra, no tenía ningún vestido para asistir a eventos de ese tipo, la noche de gala en el casino, Daphne me había prestado el precioso vestido negro que pude llevar, pero evidentemente no quería estar recurriendo a mi jefa para este tipo de cosas.
Segundo, no tenía idea de que es lo que haría, cuando vivía en California asistí a un par de eventos de este tipo, pero nunca a uno tan grande como Daphne dijo que sería.
Y tercero, ¿ir con Antoni Lombardi como acompañante? ¡Dios!
—¿No puedo cancelar? —Daphne ríe. Toma un par de collares de perlas, uno en color blanco y el otro en rosa y los pega a mi cuello.
—Este —dice decidiéndose por el blanco. La miro escoger las joyas y pendientes, en pocos minutos parezco otra persona, como una dama fina de la alta sociedad.
Me gusta lo que veo en el espejo, me gusta el reflejo que me recibe al otro lado. Mi cabello se encuentra a medio recoger, sostenido con un par de ganchos dorados. El vestido se ciñe a mi cintura para luego dejar un pequeño vuelo en la parte de la falta.
Los tacones a juego me hacen lucir un poco más alta, y el par de pulsos en la mano emiten un tintineo cuando las muevo.
—Listo —Daphne me entrega un bolso que combina con todo y me sonríe—. Estás preciosa, Sally.
—Realmente nada de esto era necesario —ella se encoge de hombros.
—Somos amigas, y si puedo ayudarte a conquistar a mi amargado cuñado, dalo por hecho.
—No quiero conquistarlo —me defiendo mirándome una última vez—. Esto es solo una salida de amigos.
—Un amigo no te invita a un evento de gala —dice con picardía—. Vamos, admite que el hombre es apuesto.
—Es tu cuñado, hermano de mi jefe, Daphne...
—Oh, Ángelo no tiene problema —dice con un gesto desinteresado—. Te apreciamos aquí y tú serías un buen partido para Antoni —arquea sus cejas un par de veces y eso me hace reír.
Sacudo la cabeza, lo cierto es que no quería sembrarme la idea de que Antoni hacía todo esto porque tuviera algún interés en mí. Sabía que veníamos de sitios diferentes, el hecho de que fuese amable no quería decir que tuviera una segunda intención.
Antoni Lombardi no se fijaría en la niñera de sus sobrinos, además, había dicho que no soy la clase de chica con la que sale, así que todo esto es solo una muestra de su amabilidad.
—Bueno, es hora de bajar —dice Daphne —el apuesto caballero debe de estar esperando por ti.
—¿Llamas apuesto a tu cuñado?

ESTÁS LEYENDO
Un desastre inevitable (SL #2)
RomanceÉl es un millonario fiel a un principio, no comprometerse nunca, ella es la niñera de sus sobrinos que ha renunciado al amor romántico. Antoni Lombardi nunca sintió la necesidad de asumir un compromiso, hasta que la conoció. Sally Rizzo estaba har...