13.- Una misma forma

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Antoni

No imaginé que Sally pudiera pasar un infierno como lo que vivió. Cuando dijo que me contaría la verdad, no pude siquiera pensar en algo tan...cruel. El solo hecho de recordar sus palabras y todo lo que ese hijo de puta le hizo, hace que una parte de mi quiera encontrarlo solo para hacerlo pagar.

Ha sido una tortura fingir que todo sigue bien, porque a pesar de que lo que me confió no cambian mis sentimientos hacia ella, si han desatado un aire de venganza para quien la dañó de esa manera.

Ahora deseo protegerla, cuidar de ella como nadie lo ha hecho. Está sola, sin familia, probablemente solo con unos cuantos amigos, y con un cabrón que puede encontrarla un día de estos.

Fingir que no estoy preocupado es una jodida tortura. Y no sé que hacer para dejar de sentirme tan impotente.

El fin de semana que pasamos en la finca pasó con rapidez, disfruté cada segundo en compañía de Sally, la intimidad que tuvimos al compartir cama -sin ningún tipo de intimidad más que el compartirla- fue una de las cosas que amenazan con volverse mi favorita, deseando repetirla tanto como sea posible.

Hicimos deporte en familia, incluso mi madre pareció convivir más con Sally. Daphne y ella parecían haber disfrutado de todo el fin de semana en la finca, y eso fue suficiente para mí.

Tres días ininterrumpidos solo consiguieron aumentar mi adicción hacia Sally Rizzo. Conocer parte de su pasado y el hecho de que se haya abierto a mi de una manera tan honesta, solo ha conseguido que los sentimientos se intensifiquen.

No puedo decir que me asusta sentir esto, pero es extraño, experimentarlos con esta intensidad, con una necesidad creciente de ser su protector...me inquieta.

Llevamos pocos meses de conocernos, mucho menos de haber decidido comenzar a salir, ¿por qué entonces sentía como si hace años que la conocía? ¿Cómo si nuestra convivencia hubiese sido tan frecuente como en los últimos meses?

Son preguntas a las que no consigo hallarles una respuesta, pero por mi propio bien, he decidido dejarlas a un lado.

Luego de un fin de semana más que increíble, tuvimos que volver y el trabajo me devolvió a la realidad.

El desarrollo del software cada vez se acercaba a su final, habíamos decidido implementarle algunos cambios, pero en general, el avance era extraordinario. Queríamos mantenerlo en extrema confidencialidad, es sabido que la competitividad dentro del sector tecnológico está a la orden del día, así que he querido asegurarme que mi software no corriera el riesgo de ser plagiado.

Superviso un poco más de los avances hasta que la llamada de Ángelo me saca de la sala de desarrollo.

—Hola, sé que estás ocupado con todo el asunto del Software, pero, ¿crees que puedas darme una mano esta noche con tus sobrinos?

—¿No tienes dos niñeras para eso? —inquiero tratando de recordar si tengo algún compromiso para esta noche.

—Marie, la nana de los trillizos se ha enfermado —admite —tengo una gala en el casino y Daphne vendrá, ¿crees que puedas venir y ayudar a Sally con los desastres?

—Si es una gala del casino, ¿por qué no estoy invitado? —lo molesto —te recuerdo que aún soy accionista.

—No seas idiota, si rechazaste la invitación —dice y me rio —es sorprendente cuando decides aparecerte a una gala.

—Bueno, privilegios que me dan el ser socio por derecho —musito con una sonrisa —y hablando de esta noche, estoy libre. ¿Está bien si llego a las siete?

Un desastre inevitable (SL #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora