SALLY
—¿No se te olvida nada? —volteo hacia Antoni, él me mira con curiosidad mientras estaciona el auto en la entrada de la universidad.
—No —aseguro —tengo todo lo necesario.
—¿Tus horarios se acomodan? —cuestiona frunciendo las cejas —sino puedo hablar con el decano, es buen amigo y...
—Antoni no vas a hablar con el decano —respondo divertida —estaré bien, pareces un papá.
Una sonrisa crispa sus labios mientras sacude la cabeza.
—Lo siento, solo estoy emocionado por ti, dolcezza —admite encogiéndose de hombros —el primer día de la universidad siempre es emocionante.
Ladeo la cabeza, mirándolo con ternura.
Han pasado seis meses, seis meses en donde he intentado retomar mi vida de a poco. Con la terapia, los medicamentos, el apoyo de Antoni y su familia, me ayudaron a volver a ser yo.
—Dios, tu auto comienza a captar miradas —señalo y él sonríe con orgullo —¿esa es la intención?
—Afirmativo —responde con un asentimiento —ahora aguarda aquí, que yo te abro la puerta.
Se baja antes de que pueda decir algo, así que aguardo en mi asiento con una sonrisa tirando de sus labios. Antoni ha comprado un nuevo auto, uno que parece tiene toda la intención de lucir con orgullo.
Un precioso Maserati rojo brillante, que deslumbra con solo aparecer. Sonrío un poco más cuando abre la puerta y extiende una de sus manos hacia mí, la cual tomo de inmediato y bajo del auto.
Los guardias están detrás, siguiéndonos de cerca como de costumbre. Soy consciente de las miradas que hemos captado, y me siento un poco cohibida por eso.
—La cabeza en alto, dolcezza —dice Antoni tomando mi mentón y elevándolos —ve por ellos.
—Te veo luego —asiente, se inclina hacia mis labios y deja un suave beso en ellos.
—Paso por ti —asegura con un guiño —éxito, amore.
Le sonrío haciéndole un ademán de adiós y caminando hacia la entrada del gran edificio que se alza frente a mí.
—Vamos por ellos —pronuncio mientras me acomodo la mochila en el hombro, y continúo con un andar casi seguro.
He tomado los cursos necesarios, he estudiado tanto como me ha sido posible en los últimos meses intentando prepararme lo más posible para estar aquí. Gracias al mapa de la universidad no se me complica encontrar el aula, hay varios asientos disponibles así que me coloco en uno de los que están en las filas medias.
—Hola —volteo cuando una chica se acomoda en el asiento de mi costado —¿emocionada por comenzar la carrera?
Tiene el cabello lacio con las puntas teñidas de un rosa llamativo. Tiene maquillaje del mismo tono en los ojos y un labial muy bajo pero que aún consigue notarse.
—Más de lo que debería —admito —Soy Sally
—Janeth —extiende la mano hacia mí —encantada.
El aula comienza a llenarse de a poco, así que nuestra conversación se interrumpe, y cuando el profesor ingresa, el silencio se instala. Su mirada se posa en mí, una sonrisa se extiende por sus labios mientras se acerca.
—Señorita Rizzo —pronuncia —El señor Lombardi me habló bien de usted, espero no me decepcione.
Sonrío tensa, anotando asesinar a Antoni al llegar a casa.
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Un desastre inevitable (SL #2)
RomanceÉl es un millonario fiel a un principio, no comprometerse nunca, ella es la niñera de sus sobrinos que ha renunciado al amor romántico. Antoni Lombardi nunca sintió la necesidad de asumir un compromiso, hasta que la conoció. Sally Rizzo estaba har...