Sally
Antoni me conduce por los lujosos pasillos de la empresa. Sostiene mi mano mientras señala cada una de las cosas que conforman su prestigiosa empresa de tecnología.
Soy consciente de la mirada recelosa que algunas mujeres me lanzan, como si no esperasen que su jefe se presentara con una mujer tomada de su mano.
—Esa de ahí es el área de diseño —explica mientras nos detenemos frente a una sala en donde hay escritorios de todo tipo y de todos los tamaños —es donde los diseños de los softwares cobran vida. También tenemos una sala de innovación y esa que está al final —señala el final del pasillo —es donde el equipo de sistemas crea la magia.
—¿Es donde se desarrollan? —inquiero.
—Así es —afirma con una sonrisa orgullosa.
Un movimiento al otro lado de la sala nos hace voltear, varias personas entran y salen con algunas pantallas y carteles.
—¿Tendrás un evento? —cuestiono con curiosidad.
—No es un evento en sí, es el lanzamiento del nuevo software —tira de mi cuerpo hacia el lado contrario del pasillo —solemos hacer una pequeña ceremonia para darlo a conocer, junto con los equipos tecnológicos en los cuales estarán presentes.
—Entonces si es un evento —confirmo con una risa.
Antoni me lanza una sonrisa torcida.
—Espero que puedas acompañarme —dice lanzándome una mirada inquisitiva —será durante el día, es en dos semanas.
Me apego a su cuerpo mientras salimos al jardín trasero de la empresa. Un bonito césped nos da la bienvenida, hay algunas flores que dan un aspecto colorido al espacio y una fuente justo en el medio.
—Tengo una condición —Antoni gira la cabeza hacia mi —¿podemos hacer una fiesta por tu cumpleaños?
Él arquea una de sus cejas, sus labios se crispan en una sonrisa y su mirada se ilumina.
—¿Cómo sabes que mi cumpleaños se acerca?
—Tengo mis métodos para obtener información —admito encogiéndome de hombros.
—Esos métodos ¿incluyen a mi hermano? —suelto una risa ante su acertada pregunta.
Avanzamos hasta un pequeño banco que hay atravesando el jardín. No respondo hasta que me siento en el borde de la madera, y giro el cuerpo hacia él.
—Puede que tal vez haya dicho que no eres tan afecto a las fiestas de cumpleaños —digo suavemente.
Antoni se remueve en el banco, apoya la espalda en el tronco del árbol detrás de nosotros y toma una corta inspiración.
—No en realidad —confiesa —las fiestas de cumpleaños no son precisamente mi pasatiempo favorito.
Me rio un poco.
—No puedes considerar los cumpleaños como un pasatiempo —debato —y pareces divertirte en las fiestas de tus sobrinos.
—En la de ellos sí, en las mías no —dice tensando los labios.
La gracia que me causaron sus respuestas anteriores se esfuma. El cuerpo de Antoni está ligeramente tenso, sus cejas están arrugadas mientras parece recordar algo. No pregunto, a pesar de que quiero hacerlo, porque sé que hay temas difíciles que no es agradable compartir.
—Bueno, entonces tal vez no haremos una fiesta —respondo con suavidad.
Él vuelve a mirarme de forma inquisitiva, como si no entendiera la respuesta que acabo de darle.
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Un desastre inevitable (SL #2)
RomanceÉl es un millonario fiel a un principio, no comprometerse nunca, ella es la niñera de sus sobrinos que ha renunciado al amor romántico. Antoni Lombardi nunca sintió la necesidad de asumir un compromiso, hasta que la conoció. Sally Rizzo estaba har...