El apartamento que me dejó Osiris era enorme, parecía un apartamento suficiente para una familia. Estaba totalmente amoblado y era, por supuesto un lugar de lujo, me pregunté a quién pertenecía. Aquel lugar tenía la fuerte personalidad de su dueño por todos lados. Quizás era el viejo apartamento en el que habían vivido Osiris y Seth antes de mudarse a nuestra casa.
Pero no fui capaz de comprobar mi teoría, todo estaba demasiado limpio y ordenado, dándome una sensación extraña de soledad. Ni siquiera me atreví a utilizar uno de los cuartos simplemente lancé mis maletas en la sala y me recosté en el sofá, cubriéndome con una manta.
Tenía que encontrar una manera de sobrevivir, pero incluso en aquel instante el pecho me dolía terriblemente, extrañaba a Seth más de lo que podía soportar. Parecía que esa decisión apresurada me estaba hundiendo completamente en la miseria. Estuve a medio paso de volver y rogarle a Osiris de rodillas que me dejara amarlo. Haría lo que fuera, tan sólo... quería estar a su lado, tan sólo quería quedarme una vida completa a su lado.
Esa noche no logré dormir si quiera un poco, al día siguiente, claramente no estaba de ánimos ni siquiera para ir a la universidad. No me moví un milímetro, mientras miraba el techo blanco del apartamento, había contado cada una de sus grietas, las había dibujado en mi mente hasta el cansancio, intentando concentrarme sólo en eso y no pensar en nada más, pero no tenía sentido.
Claramente, el haber faltado a la universidad encendió las alarmas entre mis amigos. Cuando recibí la llamada número cincuenta de Anubis no me quedó alternativa que contestarle.
–Anubis...– dije con un suspiro.
–Oh mierda, espérame – escuché por detrás como el profesor le gritaba por estar maldiciendo en clases y como este salía de la sala no, sin antes, hacer un espectáculo.
–¿Te acaban de echar de la clase?
–Vaya creo que sí... – dijo casi riéndose – Pero eso no es lo que me importa ahora ¿Por qué no viniste? ¿Por qué no contestabas mis llamadas? ¿Estás bien?
Solté un suspiro, sin duda, no podía decir qué lo estaba sin que fuera la más asquerosa mentira – Yo... tuve que mudarme.
–¿Fue algo que pasó con Seth? ¿Acaso tuvieron una discusión?
–No fue... precisamente una discusión– susurré y sentí cómo intentaba darle sentido a mis palabras.
–¿Dónde estás? Iré a verte ahora mismo.
Finalmente no tuve alternativa que darle mi dirección, después de todo, necesitaba verlo, necesitaba alguien a quien decirle que las cosas no iban bien, alguien que dijera que había tomado la decisión correcta.
Sin embargo, después de escucharme, Anubis me miró con seriedad –Seth, fue hoy a buscarte a la facultad, en cuanto lo vi, me imaginé que algo andaba mal... no te diré que me sorprende la relación entre ustedes. Pude imaginarlo por la forma en que cambiaste en el último mes, siempre has sido una persona alegre, pero jamás te había visto así de deslumbrante, casi como si fueras una persona nueva.
Realmente, creo que deberías luchar de vuelta Horus, si se lo dices a tu madre, seguro estará de tu parte, cualquier madre lo estaría. Y estoy seguro, por la forma en que vi a Seth hoy que también lucharía por ti frente a todo el resto.
Negué un poco –Es precisamente lo que quiero evitar, no quiero perjudicar a Seth o a mi madre.
–Si Osiris no es capaz de velar por las necesidades de ambos, no creo que sea la mejor ni siquiera para tu madre.
Lo miré con expresión afectada — Después de todo, eso no es algo que pueda decidir yo.
Anubis devolvió la mirada en silencio unos segundos mientras pensaba profundamente —Seth lo averiguará tarde o temprano, es sólo cosa de tiempo.
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SETHXHORUS: Entre el desierto y el cielo.
FanfictionCuando tenía diecisiete años mi madre volvió a casarse, junto a este matrimonio llegaron Osiris mi nuevo padrastro y también Seth un completo bastardo al que ahora debía llamar tío aunque apenas tenía un par de años más que yo. En los tres años que...