Capítulo 6: Días cálidos.

380 34 3
                                    




Tengo que reconocer que en mi cabeza, en ese minuto,  lo besé, le arranqué la ropa y probablemente lo hice con él hasta el cansancio.

En mi cuerpo, cierto viejo y traidor amigo mío estaba comenzando a ponerse duro.

Arranqué la mirada de sus ojos con brusquedad y sentí como sus ojos seguían posados en mi cara mientras bebía un par de sorbos de agua. Finalmente, probé la sopa, era suave, algo cremosa con leves toques ácidos. Estaba bastante bien.

–Mi tío Seth, sabe cocinar ¿Cómo es que no había mostrado sus grandes habilidades antes? – dije mientras le daba una rápida mirada de soslayo, no iba a soportar otro intercambio de miradas. Vi como un débil sonrisa aparecía en su rostro.

–Lo sabrías si hubieras puesto atención – dijo burlesco.

–¿A qué?

–A mí.

Enarqué una ceja ¿Acaso quería que le pusiera atención? ¿De eso se trataba todo esto? Me atreví a darle un vistazo a su cara, había una expresión desafiante en ella, había cuadrado los hombros y su mano sujetaba el tenedor con fuerza –¿Me estás pidiendo que te ponga atención?

–No dije eso.

–Pues suena así – dije observando con algo de diversión como había devuelto su mirada hacia su ensalada, se veía incluso algo infantil.  Sin embargo, ahora que lo miraba con atención, su rostro parecía bastante cansado, las marcas oscuras bajo sus ojos seguían destacando bastante igual que la noche anterior. Sin poderme contener le pregunté –¿Dormiste mal anoche?

Vi como su mano temblaba ligeramente y la apretaba un poco para contenerla, cuando pensé que se iba a negar a contestarme finalmente escupió en voz muy baja – Culpa de quién crees que es.

–Voy a suponer que mía, pero parece ser que siempre que hago una suposición contigo me sale al revés –  dije mientras me devolvía a mi sopa.

–¿Qué hiciste anoche? – dijo tras unos minutos de silencio.

–Pues me fui de fiesta– dije finalmente, había dicho que no tenía ninguna intención de decirle el día anterior pero hoy mi estúpida boca me estaba traicionando.

–¿Acaso...?– dejó la expresión abierta, no había vuelto a comer pero tenía la mirada clavada en su plato, incluso parecía estar conteniendo la respiración. No era necesario que terminara sabía qué era lo que quería preguntar, era bastante obvio.

No me quise cuestionar el porqué en ese minuto, habían demasiados sentimientos complicados arremolinándose en mi pecho desde que nos acostamos juntos y a pesar de que estábamos en guerra y de que esto podía ser un arma definitiva en su contra, algo en mi interior me dijo que si le mentía, aquello le iba a doler de la misma manera en que me había dolido a mí. Y no quería que lo hiciera. No tenía idea porqué, no tenía una respuesta lógica para nada esto, ni para el porqué esa sopa de repente se había convertido en la mejor comida que he tenido en mi vida, o el porqué mi corazón seguía latiendo fuerte y claro desde que me senté frente a él, lo sentía llenar mi cuerpo completo de calidez.

Estaba seguro de que luego me iba a maldecir por mi debilidad pero le dije –No, Seth, no me acosté con  nadie.

Vi como dejaba escapar el aire de sus pulmones por sus labios y luego inspiraba profundamente, su expresión se relajó y  sus labios temblaron, mientras hacía grandes esfuerzos por reprimir una sonrisa –Está bien – respondió finalmente.

Le sonreí de vuelta aunque no estaba mirándome y terminé de beberme mi sopa. Finalmente él se puso de pie y tomó mi plato para llevarlo al lavavajillas. Lo retuve y negué un poco –Déjalo, yo lo hago. Ve a descansar.

SETHXHORUS: Entre el desierto y el cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora