Capítulo 1: El punto en que el desierto tocó el Cielo

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Jamás voy a admitirlo frente a ti, pero la primera vez que te conocí y aún no abrías la boca, pensé que eras un tipo bastante decente, además de... maldita sea, sí, pensé que eras bastante guapo en aquel entonces. Tenías veinte años cuando llegaste en compañía de mi nuevo padrastro, que según parece no tuvo alternativa que arrastrarte consigo ya que aún estabas en la universidad.

Entonces separaste esos preciosos labios rosas tuyos y comenzó la catástrofe ¿Es que acaso no podías decir nada amable? Desde aquel entonces, supe... que mi vida comenzaría a ser un desastre.

Y aquí estamos... tres años más tarde.

Con el culo completamente sumergido en la catástrofe.

Me desperté frente a una gloriosa mañana de verano y maldije casi al instante cuando sentí el olor de mis salchichas favoritas, las que, con mucho esmero había comprado ayer. La noche anterior había estado tan caluroso que había dormido sólo en ropa interior, pero no me importaba, iba a recuperar mi comida fuera como fuera. Así que, tal cual como me encontraba, me encaminé hacia la cocina.

Como me lo esperaba, me encontré a Seth frente al fogón de espaldas a mí y a su lado, mi preciosa bolsa de salchichas, completamente destruída –Hey, pero qué amable de tu parte prepararme desayuno.

Frente a mí, el chico más alto soltó una risa burlona, mientras me daba una rápida mirada algo desdeñosa–Si hubieran sido para ti, ten por seguro que les habría agregado algo de veneno.

–Suelta mi comida– le dije avanzando para tomar la sartén, pero me apartó de en un movimiento brusco.

–Por si no te quedó claro... es mi comida, la hice para mí – dijo elevando una ceja y volteando el contenido en un plato.

–Las compré yo, imbécil– moví mi mano con toda la rapidez que pude, pero este idiota frente a mí era veloz como una cucaracha. Sí, solía llamarlo cucaracha para mis adentros. Cada vez que veías una te causaba repulsión, además de ser casi imposibles de eliminar, prácticamente eran los parientes más cercanos que podía tener este tipo.

–Con el dinero de mi hermano debería decir, así que son mías de igual forma, ¿No lo crees querido sobrino? – dijo burlón mientras me apretaba la mejilla con algo más que un poco de fuerza.

Justo en ese instante de descuido metí la mano en el plato y le arrebaté una salchicha, estaba hirviendo, pero me las arreglé para metérmela en la boca como fuera, mientras miraba fijamente a la cucaracha frente a mí, que parecía algo alucinada con lo que había hecho. Tragó audiblemente.

Su boca se entreabrió un poco y pude ver sus labios temblar. Una extraña vulnerabilidad para un tipo como ese, enarqué las cejas y sonreí mientras me comía una segunda salchicha y luego otra. Incluso me di el gusto de relamerme los labios, mientras él continuaba sin moverse de su sitio, parecía incluso estarme retando a comerme otra. Aquello me sentó algo extraño –Espera no le pusiste veneno de verdad ¿No es así? – dije de repente, este tipo era capaz, sabía que lo era.

Finalmente Seth pareció volver a sus sentidos y una sonrisa sarcástica escapó de su boca, mientras caminaba con el resto de las salchichas hacia la bolsa de basura y frente a mí, las botaba –Supongo que lo sabremos en unas horas. Será un placer dejar de ver tu estúpida cara.

Lo maldije en mi interior mientras me devolvía a mi habitación, incluso dejé escrita una nota en mi teléfono: Seth es el culpable.

Si me moría este hijo de puta no podía salir inmune. Esta bien, quizás estaba exagerando, pero casi sonaba interesante pensar que este idiota me asesinaba y luego se pudría para siempre en la cárcel. Terminé de ducharme y vestirme. Cuando iba de camino a la puerta escuché a mi padrastro gritar –Seth lleva a Horus a la universidad.

SETHXHORUS: Entre el desierto y el cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora