—SETH
Los brazos de Horus me aferraban por los hombros mientras dejábamos las flores. Sentí los ojos de Osiris sobre mí, así que le devolví la mirada, pero simplemente me sonrió levemente mientras me inclinaba y dejaba las flores sobre la piedra. Él también hizo lo suyo con las flores que le había traído Isis.
Mi cuñada soltó un suspiro suave mientras presionaba su mano contra la piedra —Lamento no haber podido conocerlos en persona. Sólo les puedo prometer que vamos a ser felices... desde ahora en adelante vamos a ser felices.
Horus le sonrío levemente a su madre y luego me miró —Es realmente un honor poder conocer a los padres de Seth, es un gran chico.
—Se convirtió en todo lo que pensaron que sería, sé que estarían orgullosos de verlo — Osiris tenía los ojos fijos en la piedra y soltó un suspiro, mientras Isis le tomaba la mano. Apreté los labios intentando contenerme, realmente deseaba que fuera cierto, que si me hubieran visto hubieran estado orgullosos, felices de verme. Nunca lo sabría.
Mi hermano tomó la mano de mi cuñada y ambos se dieron una de esas miradas que en un inicio me exasperaban porque destilaban su amor a todas luces, pero que ahora simplemente me parecían una muestra de lo obvio, se amaban, eso era todo. Y mi hermano era la persona más feliz del mundo a su lado.
Horus por su parte, me abrazó por la cintura acercándome a él, era un gesto sutil, pero sabía que era un gran paso para él que solía estar avergonzado del contacto físico en público. No lo culpaba, conocía bastante bien lo que el mundo podía hacerte porque simplemente no seguías las normas de lo que algunas personas habían pauteado como "normal". Quería que fuera a sus tiempos, que hiciera lo que lo hiciera sentir cómodo, porque la verdad es que si fuera por mí lo estaría besando todo el día, sin preocuparme de nadie más a nuestro alrededor. Pasé mi brazo por su espalda, le di una última mirada a la tumba de mis padres y juntos hicimos el camino de vuelta al coche tras mi hermano.
—Horus— le susurré en voz baja lo que atrajo su atención hacia mí. Vi el amago de una sonrisa aparecer en su rostro conforme me miraba con la curiosidad escrita en todos lados de su cara.
—¿Qué tramas? — me susurró casi en el oído lo que me hizo soltar una risa.
—Vamos a la playa y dejemos que Osiris y tu madre tengan un momento a solas, te mostraré un lugar que me gustaba cuando era niño— le dije yo en voz baja. La verdad es que no era idea mía, era un favor que me había pedido mi hermano. Quería un tiempo a solas con su novia en ese viaje, y claramente el toque de viaje familiar que le dio mi cuñada no facilitaba mucho las cosas si el plan de mi hermano era ponerse romántico.
Vi la mirada suspicaz de Horus y por un minuto pensé que estaba mirando a Isis, dios, en ocasiones tenían las mismas expresiones. Esas en que parecían que te estaban leyendo incluso el alma y lo sabían, sabían todas las respuestas sin necesidad de palabras, pero simplemente me asintió sin quitar la sonrisa.
Osiris me dio una larga mirada inquisitiva mientras nos acercábamos al coche y yo en un impulso le cerré un ojo para confirmarle. Lo escuché soltar una carcajada mientras negaba un poco y cuando Isis le preguntó al respecto dijo que se había acordado de algo. Era bastante mal mentiroso para ser un político, me preguntaba cómo se las había arreglado para llegar a dónde estaba.
Nos dirigimos hacia la playa. Todos nosotros estábamos plenamente conscientes de que este viaje iba a terminar en una visita en la casa de mis tíos, sin embargo, mientras menos pensáramos en ello, era mejor para todos. Me pregunté si dormiríamos ahí también, pero no lo había conversado con Osiris, dudaba bastante que fuera a exponer a Isis a eso, incluso me preguntaba si la llevaría a la casa. Aunque estaba seguro de que ella era más fuerte que todos nosotros juntos.
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SETHXHORUS: Entre el desierto y el cielo.
Fiksi PenggemarCuando tenía diecisiete años mi madre volvió a casarse, junto a este matrimonio llegaron Osiris mi nuevo padrastro y también Seth un completo bastardo al que ahora debía llamar tío aunque apenas tenía un par de años más que yo. En los tres años que...