La verdad es que estaba bastante frío cuando finalmente volvimos a nuestro cuarto y nos acostamos. Realmente habría sido una locura dormir en la playa como había propuesto en un inicio.
Pero, me bastaba con apretarme un poco contra el cuerpo tibio de Seth entre las sábanas para que se me olvidara todo ese asunto del frío. Ni siquiera nos atrevimos a darnos un beso. Era, como esos primeros días después de que dormimos juntos y apenas nos tocábamos porque no sabíamos concretamente qué pasaba con nosotros. Aunque la verdad, es que los motivos en este momento eran bastante distintos.–Háblame de algo – dije entre susurros en la habitación oscura.
–¿De qué quieres hablar? – me preguntó mientras se acomodaba un poco contra mi pecho.
–No lo sé, cuál era tu asignatura favorita en el colegio.
–Mierda sobrino, te estás poniendo demasiado creativo – dijo burlón mientras posaba una mano contra mi frente – ¿Cuánto trabajo le costó a tu cerebro salir con una pregunta así de buena?
Me incliné un poco y le mordí el hombro, mientras lo escuchaba soltar una carcajada – No más de lo que le costará a tu cerebro responderla.
– Te amo– me dijo de repente y dejó un beso suave en mi mejilla. Solía decírmelo de sorpresa, antes de que pudiera reaccionar completamente y creo que no importa cuántas veces me lo diga, creo que nunca pararé de sentirme de la misma manera – Y mi asignatura favorita era física.
Sonreí un poco –Te amo, Seth.
Así de sencillo era estar con él. No tenía ninguna duda, a su lado todo era certeza. Y eso era sólo una parte de la magia. La otra, sin duda, se hallaba ahí, en su cuerpo tibio y los latidos de su corazón.
Al día siguiente me desperté antes que Seth, simplemente porque realmente quería comer, sin duda, no aguantaba ni un poco con hambre. Seth se enojaba hambriento, yo no podía pensar en nada más. Ambos nos volvíamos realmente poco funcionales sin comida. Bajé perezosamente hacia la cocina, en donde la dueña del lugar me saludo efusivamente, casi como si ya fuera parte de la familia, le sonreí mientras preparaba algo de té y ella nos hacía unos sandwiches.
–¿El chico que vino contigo aún está dormido?
–Sí...
–Disculpa si soy algo entrometida, no logro aguantarlo ¿Ustedes acaso son...?
Asentí mientras inspiraba profundamente, sabía que me acostumbraría algún día, pero aún me resultaba demasiado nuevo todo esto –Es mi novio, sí.
Ella me sonrió y entonces puso una bandeja entre mis manos –Me lo imaginé, anda llévale algo de desayuno a tu novio entonces, seguro le alegras la mañana.
Le agradecí mientras me dirigía a nuestro cuarto. Seth dormía sobre su costado, completamente relajado, mire la expresión calma de su rostro unos segundos, antes de decidirme y finalmente despertarlo dándole un par de besos en los labios – Buenos días amor, mira lo que te trajo el mejor novio del mundo.
Seth sonrió perezosamente mientras se sentaba en la cama –Definitivamente, no hay nadie mejor que tú.
Mientras comíamos me puse a conversar acerca de lo divertido que sería tomar vacaciones juntos alguna vez. Seth asentía de cuando en cuando mientras agregaba algún destino que le gustaría visitar. Quedamos de acuerdo en que ambos estaríamos bastante felices si nos diéramos un tour por Italia.
–Me gustaría ver cómo seremos tú y yo en unos años, cuando estemos trabajando – dije mientras terminaba de comerme mi última rebanada de pan.
Seth sonrió bastante complacido de la perspectiva de mirarnos a ambos en un futuro – Seguramente serás un poco más guapo, cada año que pasa te pones mejor.
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SETHXHORUS: Entre el desierto y el cielo.
Fiksi PenggemarCuando tenía diecisiete años mi madre volvió a casarse, junto a este matrimonio llegaron Osiris mi nuevo padrastro y también Seth un completo bastardo al que ahora debía llamar tío aunque apenas tenía un par de años más que yo. En los tres años que...