2-Joder, qué qu mala leche tienes tú [✅]

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Le pego con todas mis fuerzas en la espalda, pero él solo hace ruidos, al final dejo de intentarlo y miro a mi amiga que hace lo mismo, cuando nuestras miradas se unen nos reímos, ellos también se unen a nuestras risas y decido pegarle una patada en todo el estómago a Matías cuando lo hago él me suelta y yo casi me caigo, pero me coge a tiempo, pero nos caemos los dos a la vez al suelo mi amiga pega un salto y viene a ayudarme mientras que Marcos se queda allí mirando con una sonrisa.

—Joder, qué mala leche tienes tú—. Me dice Matías.

Sophia va a Marcos y le pega una ostia en toda la cara mientras o me pongo de puntillas para ver que le he hecho a Matías cuando levanto un poco de la camiseta estoy tan centrada en buscar un golpe rosa que no miro el abdomen que tiene. Cuando levanto la cabeza para disculparme veo que estoy a unos centímetros de su cara, pero cuando estoy a punto de apartar mi cara hago un peso hace que me hace más a él y que vayamos para un lado y veo que Matías me ha cogido de la cintura y también a mi amiga y Marcos en el suelo.

Suena el timbre y nos ponemos los cuatro de pie, vamos para el despacho del director, pero está ocupado, así que esperamos afuera.

Mientras tanto hablo un poco con la de recepción diciéndole lo que ha pasado y si tiene un pantalón tejano o una falda y ella y dice que hay una falda o un pantalón tejano corto y me pregunta cuál quiero antes de que le pueda decir algo me interrumpe mi amiga.

—Me podrías enseñar las cosas es que mi amiga no conjunta muy bien su ropa—. Dice ella con una sonrisa cuando la de recepción le saca las dos cosas, Sophia escoge la falda, aunque yo quería el pantalón.

—Gracias—. Le digo a la señora de unos 37 años.

—De nada—. Me responde con una sonrisa

Cuando me la pruebo veo que es muy corta y cuando salgo para decirle a mi amiga que cojo el pantalón veo que Marcos y Sophia se están besando y que Matías está con el móvil me voy a recepción y la señora al ver cómo me queda sonríe.

—Te queda genial, pero veo que no te gustan las faldas cortas, así que aquí tienes él... —me dice ella, pero una voz la interrumpe.

—Te queda genial, te lo digo en serio—. Dice Sophia mientras se pone a mi lado —¿A que sí? —le dice a la de recepción.

—La verdad es que sí, pero no puedo obligar a una chica a llevar falda, así que si ella quiere se puede cambiar—. Dice dándole la razón a mi amiga.

No sé cómo, pero me convencen las dos de que me quede con la falda, mientras que Marcos y Matías están sentados mirándonos cuando ya me convencen, me siento al lado de Sophia y de Matías.

—¿Cómo está el golpe? —le digo a Matías.

—No sé, no lo he mirado—. Dice levantando un poco la camisa, se ve perfectamente un moratón.

—Lo siento—. Digo por el golpe.

—No pasa nada—. Dice él moviéndose un poco.

En ese momento el director sale con un hombre de unos 54 años detrás de él, veo que mira fijamente a Matías cuando miró a Matías, veo que está todo pálido y deduzco que es el padre, voy al director y le saludo y al padre de Matías el director nos pregunta qué hacemos aquí delante del padre yo mientras veo que el padre de Matías está mirándolo solo a él yo le susurro al director que le diré una mentira delante del padre de Matías él asiente.

—Es que me he puesto a hablar con Sophia y con Marcos y el profesor ha creído que estábamos hablando los 4 y nos ha mandado aquí—. Digo el padre de Matías, ahora me mira fijamente.

—Las clases no están para hablar, por eso os han castigado, mi hijo no tiene culpa directora, así que veo normal que él se pueda ir—. Dice el padre de Matías muy serio.

—Disculpe señor por hablar, pero creo que usted no tiene que opinar acerca de las medidas que toma el instituto, vuelvo a decir lo siento señor—. Le salto yo al hombre, ahora me mira con peor leche que antes.

—Niñata contigo no estaba hablando, así que te callas—. Me salta el hombre con brusquedad.

—Señor, una cosa yo le estoy hablando con respeto, espero que usted me hables con el mismo respeto que yo me estoy dirigiendo hacia usted—. Digo y veo que eso le cabrea aún más y todos los demás sueltan una risa silenciosa.

En ese momento el hombre me levanta la mano, pero yo consigo cogerla a tiempo y lo miro de la misma forma con la que él me mira.

—Sabes que agredir a un menor es un delito y aún más si el menor no es pariente vuestro. Verdad, señor—. Digo con una sonrisa con lo del señor.

En eso llega una persona allí y cuando me giro veo que es mi padre, pero el hombre me ha metido una ostia, caigo al suelo tocándome el lado de la cara donde me ha impactado el golpe mientras veo como mi padre y Matías van a por el hombre mi padre lo coge de los hombros y lo mira con un odio que nunca lo he visto en él. Yo me levanto y voy en medio de todo el sitio y le pegó un puñetazo a la cara al hombre que se pone la mano en la cara.

—¿Estás bien, hija? —dice mi padre— ¿Te has hecho daño?

—Papa tranquilo, estoy bien—. Le digo yo— ¿Qué haces aquí?

—Es que me ha llamado el director por lo de matemáticas. ¿Y qué haces con ese jersey? —dice el luego se quita la mochila de los hombros y me la da— Ropa nueva que me han dicho que has venido empapada.

Hay un jersey rojo con unos pantalones negros y una chaqueta de color rojo.

Me cambio y cuando salgo veo a mi padre hablando con el padre de Matías me acerco y el padre de Matías me pide perdón por pegarme, yo no le digo nada, solo me voy para recepción a darle la falda a la señora.

—Gracias—. Le digo yo.

—De nada—. Me responde la mujer.

 Me responde la mujer

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Reina del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora